jueves

Aprender a pensar desde la imagen

'Detrás de la cámara' concede el protagonismo a los más jóvenes



Las carteleras cinematográficas viven estos días la habitual concentración navideña de películas dirigidas a los más jóvenes, un público numeroso y por lo general agradecido que las grandes productoras tienen muy en cuenta. Mientras tanto, todos los viernes de octubre a mayo, a última hora de la tarde, 25 niños y jóvenes de entre 7 y 18 años se acercan al mundo audiovisual desde otra perspectiva muy distinta, desde detrás de la cámara, convirtiéndose no sólo en protagonistas absolutos de sus propias creaciones sino en espectadores críticos a los que no será fácil dar gato por liebre.
Los chicos y chicas que el pasado viernes se familiarizaban con las técnicas de iluminación en un aula del Politécnico Easo, de San Sebastián, constituyen la más reciente hornada del programa 'Detrás de la cámara', puesto en marcha hace doce años por Isabel Alba, escritora, guionista de cine y televisión y profesora de guión y lenguaje audiovisual, que en la actualidad se sostiene gracias al esfuerzo de padres y profesores y a una pequeña ayuda de la Diputación Foral de Gipuzkoa. En poco más de una década, de este programa han surgido 75 piezas audiovisuales, algunas de ellas premiadas, íntegramente concebidas y realizadas por los jóvenes cineastas. No obstante, Isabel Alba afirma que «el producto no es la meta, aunque sí supone una gran satisfacción, porque nuestro objetivo no es formar pequeños Spielbergs, sino mostrar a los chicos y chicas qué hay detrás de una cámara y cómo utilizar su creatividad para expresar sus ideas e inquietudes en imágenes». Se trata, básicamente, de «enseñarles a pensar desde la imagen».
Espectadores críticos
«En el momento en el que les explicas cómo funciona una película, lo ven de otra manera», asegura Isabel Alba, que heredó de su madre -la guionista Lolo Rico, a la que la historia de la televisión debe programas tan emblemáticos como 'La bola de cristal'-, la inquietud por tratar a los espectadores más jóvenes con la dignidad, la seriedad y el respeto que merecen. Porque «en cuanto se muestra el artificio de la creación, se consiguen espectadores más críticos». Espectadores que no sólo son muy capaces de pensar por sí mismos sino que, en tiempos en los que hasta el móvil más sencillo del mercado esconde una cámara, pueden canalizar su creatividad y expresarse a través de las herramientas tecnológicas que forman parte de su vida diaria.
En 'Detrás de la cámara' les enseñan, por supuesto, a manejar las herramientas pero, sobre todo, les enseñan a contar, tratando de evitar que «los medios técnicos eclipsen la creatividad» y dando voz a quienes, por razón de edad, dignidad y gobierno, están más acostumbrados al «cállate, niño» que a ser tenidos en cuenta. «Nosotros tratamos a todos como personas, y rompemos los habituales guetos de edades haciendo que todos trabajen juntos. Al margen de las edades, colaboran de igual a igual, todos tienen voz y opinión. La experiencia resulta fantástica».
El programa, en el que además de alumnos y profesores se implican activamente padres, madres y antiguos alumnos que aportan sus conocimientos a las nuevas generaciones, tiene una larga lista de efectos secundarios: «Se les da responsabilidad, se fomenta su autonomía, aprenden a organizar el trabajo y a a trabajar en equipo, se fomentan las inquietudes artísticas...». Y, pese a la mala prensa que tienen en la actualidad los más jóvenes, se rompen tópicos porque, en contra de lo que se cree, «están deseando que alguien deposite su confianza en ellos». Ellos demuestran que se la merecen, y además se lo pasan en grande. ¿Hay quién dé más?



http://www.diariovasco.com/20091222/cultura/aprender-pensar-desde-imagen-20091222.html

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