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Posibilidades de triunfo de una tienda online IV: Los productos

En este capítulo nos centramos en cuales son los productos adecuados para su venta por Internet. En principio, cualquier producto parece ser susceptible de ser vendido por este canal, sin embargo hay unos que se adaptan mejor que otros a las limitaciones que impone el medio. Los más fáciles de comercializar son los productos y servicios que no requieren envío de un objeto físico al domicilio del comprador. Por ejemplo los billetes de avión o las canciones en mp3.

Primeros más adecuados, los artículos y servicios digitales
La venta por Internet de estos productos ha sido tan arrolladora que han puesto en peligro la continuidad de los establecimientos físicos abiertos al público. Tanto las agencias de viajes tradicionales, como los establecimientos de venta de discos, o han tenido que cerrar, o han reconvertido profundamente su negocio hacia áreas que no resultaron afectadas por la irrupción de Internet.

Productos de catálogo
A continuación, como productos más fácil de comercializar por Internet, están los productos cuyas calidad y características físicas, quedan perfectamente definidos con solo dar su descripción, o su código de referencia. Un producto farmacéutico o cualquier producto de catálogo, que el comprador haya comprado repetidas veces anteriormente, se adecua en principio a la venta por Internet, pues el comprador sabe a ciencia cierta lo que va a recibir en el pedido. Todas las farmacias reponen sus medicamentos vía Internet, y la mayoría de las ventas al por mayor se hacen con ayuda de Internet o en la venta en sí o en el seguimiento del pedido.

Los menos adecuados, los productos no estandarizados
El problema se plantea cuando el producto no es tan fácilmente definible con un texto, o bien la calidad varía de una partida a otra. Los supermercados tienen sencillo vender productos envasados, pues quedan perfectamente identificados para el cliente con solo dar la marca del producto y el peso del envase, pero les resulta mucho más complicada la venta de productos frescos, pues la descripción y la imagen que de ellos podamos dar, no identifican al producto que enviemos al cliente.

La descripción e imagen de un filete, no definen con exactitud los filetes que te van a mandar a casa, no da idea exacta de su tamaño, y de la calidad de la carne ni de la perfección de su corte. Será imprescindible que como clientes, nos fiemos de que la selección de productos que el vendedor va a hacer en nuestro nombre es la adecuada. Aparece pues nuevamente un factor crucial en la venta por Internet: la fe del cliente en la honradez del vendedor.

Precio de los portes a domicilio
Por otra parte el precio unitario del pedido realizado es importante. Es evidente que el vendedor por Internet puede conseguir importantes ahorros en la comercialización de los productos, puesto que no tiene una tienda abierta al público, ahorrará importantes cantidades en partidas como alquiler del local, sueldo de empleados, robos en el establecimiento, y otros. En cambio tiene el gran handicap de los gastos de envío a domicilio. De nada le vale al cliente, que repercutamos nuestros ahorros en el precio final y le vendamos una lata de sardinas a mitad de precio, si luego tenemos que cobrar seis euros por enviársela a su domicilio.

Claro está que estos artículo de coste unitario reducido pueden reunirse en un solo pedido con el fin de repartir el coste de envío entre todos lo productos del pedido. Esto es lo que hacen los supermercados que suelen aceptar pedidos por encima de cierto importe, pero el problema sigue siendo que las personas no se gastan normalmente 50 o 100 € cada vez que compran algo, salvo casos excepcionales. El supermercado puede aspirar a vender por Internet el pedido quincenal, peto tiene la batalla perdida para todas las pequeñas compras que la familia realiza diariamente de forma continuada, desde el periódico, a la reposición de un artículo habitual del pedido diario que se ha agotado antes de lo previsto.

Difícil formar el pedido mensual
Queda aparte el hecho que realizar un pedido de muchos ítems es más complejo por Internet que en una tienda. ¿Seríamos capaces de elegir, entre los miles de referencias de un hipermercado, 600 artículos diferentes para después de compararlos seleccionar 50 de ellos en 120 minutos, que es lo que tardamos en ir al hipermercado, comprar y volver a casa?

Internet ha mejorado mucho en su velocidad y las páginas de las tiendas virtuales tiene hoy mejor diseño y son mas prácticas que las de hace algunos años, pero dudo mucho que lo consigamos, y eso sin tener en cuenta la zozobra que es pedir productos frescos sin verlos como ocurre cuando vas a la tienda Por otra parte caben muchas confusiones a la hora de elegir productos que no se dan en cuando compras en el supermercado. El destornillador que queremos comprar, ¿es del tamaño que aparenta, o interpretamos mal la imagen?.

Los precios no son necesariamente mejores
Teóricamente los precios deben ser bajos, pues el fabricante puede enviar directamente el producto de la fábrica a nuestra casa sin intermediarios. Ello no es cierto, seguimos con el pedido del mes. Los 50 artículos comprados proceden de un montón de fabricantes diferentes. Con un valor medio de 3 euros por artículo, no es posible que el fabricante lo envíe directamente desde su fábrica. Por tanto hace falta al menos un almacén que racionalice la distribución.

Coste de los servicios posventa, entrega y garantía
El almacén supone un coste y dos transportes, e fábrica al almacén, el almacenado y la distribución posterior, quizá algo mas bajos que en un supermercado pero ser procesos que cabe mecanizar en alto grado, pero no mucho menor pues hay que compensar el porte a la casa del cliente, y los gastos post-venta. Si al ir a pagar descubrimos dos huevos rotos, en la tienda se aparta el paquete y no se factura, Si esos huevos llegan un pedido a la casa de un cliente, hay que retirar el paquete, devolverlo al almacén y abonar al cliente el importe,

Esta es la mayor limitación que se encuentra la venta por Internet. Lo que hace que determinados artículos, como los frigoríficos, que tiene un coste unitario alto sean adecuados para la venta por Internet, mientras que los productos de la huerta no lo sean, aun que a pesar de ello algunos encuentran como hacerlo.

Selección limitada de productos
La existencia de un almacén intermedio acaba con otro mito de la compra por Internet, la inmensa selección, pues la capacidad de visitar rindas digitales es tan limitada como la de visitar tiendas físicas y en cada una hay lo que hay. Existen sistemas de búsqueda automática que seleccionan la mejor oferta, pero no son prácticos. Supongamos que tenemos un asistente de búsqueda perfecto Qué le mandamos:

¿Compra cada artículo allí donde sea más barato ente? – Reuniremos en nuestra puerta a 50 transportistas cada uno con un pedido diferente.

¿Compra donde en conjunto salga a mejor precio?, – Simplificamos la entrega a cambio de menor ahorro.

El envío a casa, no siempre viene bien
Con frecuencia nuestro cliente es una atareada ama de casa que trabaja mucho, por lo que hace los pedidos por Internet por que no tiene tiempo de ir a las tiendas. Recibir un pedido en casa es un suplicio. Hay quien solicita un día libre en el trabajo para abrir la puerta al fontanero que viene arreglar una avería, esta persona o solucionan el problema de la entrega en domicilio o recibiéndolo en la oficina, (cincuenta referencias diferentes en tres de cartón, no lo olvidemos), o lo envían a casa de su madre, o piden a la vecina que por favor de aceptar el envío.

Elimina el placer de comprar
Por último, aunque para muchos sea un castigo, para otros ir de compras es una fiesta, mucha gente va los fines de semana con toda la familia a un centro comercial y concilian la compra con el ocio en familia, otros les agrada vagar tranquilamente por calles comerciales y curioseando aquí y allá. También hay quien periódicamente decide “echar la tarde a compras” y después de probarse ropa en cuarenta boutiques, vuelve a casa feliz y contenta con una única bolsa.

Conclusión
Estos factores y otros existentes como el miedo al pago por la red, la insuficiente infraestructura logística, desconfianza generalizada del público etc., han llevado al fracaso de la venta por Internet. No obstante los hechos nos demuestran que algunos han conseguido superar las barreras en el último capítulo explicaré como mi amiga lo ha hecho en su negocio, que si bien no tienen garantizado todavía la supervivencia, ya ha conseguido superar las etapas mas peligrosas, ha salido ya de los números rojos, y parece que camina despacio pero con firmeza hacia una situación estable y desahogada



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