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11 Consejos para una campaña exitosa

Éste año tendrán lugar elecciones en quince estados, en ellas se elegirán 11 gobernadores, mil 545 alcaldes y 506 diputados locales, en la disputa por estos espacios muchas de las derrotas y victorias estarán definidas por el manejo y control de comunicación e imagen de los contendientes.

Debido a la poca formación política y profesional del candidato promedio en México, aun se menosprecia la importancia de estas materias en los procesos electorales, pero poco a poco la consultoría en marketing electoral va ganando campo entre partidos y lideres consientes de las ventajas y el valor agregado de éstas técnicas, por su influencia directa en la percepción que la ciudadanía tiene sobre ellos.

Los candidatos que busquen hacerse conocer y persuadir efectivamente al electorado, deberán comprender que una elección es un proceso político basado fundamentalmente en la comunicación y que solo a través de ella se acercarán a su objetivo en los comicios, estos candidatos en particular encontrarán muy útiles los siguientes consejos.


1. Asesórese

Usted puede considerar que cuenta con un equipo político funcional, un grupo de personas en el que confía y con el que ha salido avante en otras campañas, si es así puede estar acercándose rápidamente al desastre electoral. Las campañas que descansan en el trabajo de otros políticos, militantes y voluntarios son altamente riesgosas, éstos elementos, aunque valiosos, perderán de vista la estrategia por la instrumentación de tácticas inmediatas y el día a día de la campaña, dejarán constantemente de observar la “foto grande”. Usted necesita de un profesional de la política externo que detecte las necesidades y expectativas del electorado, procurando encauzar los esfuerzos del equipo hacia una estrategia definida.

Los equipos compactos que llevan mucho tiempo alrededor de un líder político tienden a generar una conciencia de grupo demasiado optimista, cuando alguien rompe con esa visión es comúnmente segregado a favor de esa realidad compartida. Cuando estos equipos alcanzar a ver un escenario que les resulta desfavorable, generalmente es muy tarde para corregir.

En cualquier campaña moderna se debe contar con un consultor que pueda dotar de una metodología profesional al proceso, así mismo facilitar el conocimiento de expertos en términos de política, comunicación, relaciones públicas, imagen, semiótica, fotografía, dirección de arte, diseño gráfico, sistemas de la información, mercadotecnia, producción, publicidad, iluminación, diseño de interiores, estética, cosmetología, entre otros. Por más modesta que sea su campaña, debe contar con la asesoría profesional que le permita diseñar e implementar un plan de estrategia y comunicación.


2. Asuma que cada campaña es distinta

No importa cuán larga sea su racha ganadora, el exceso de confianza es el ingrediente principal de una derrota en las urnas.

El contexto político, social, y electoral cambia constantemente, rechace toda idea preconcebida sobre el desarrollo de la campaña, entre ellas las siguientes:

La lealtad del electorado (voto duro). Puede servirle como un indicador más, pero constituye un débil marco de referencia, conforme maduran las democracias, el voto por la marca (por el partido) disminuye, si la investigación del mercado electoral indica que la preferencia del partido disminuye con usted como candidato, deseche por completo su utilidad.

Voto de confianza reiterado. Dormirse en los laureles de las victorias pasadas de su partido por el impedirá ver con claridad el escenario electoral, y puede hundirlo por completo en alguna coyuntura crítica (que puede ir desde un caso de corrupción al que se le ligue, hasta un atentado terrorista), cada voto cuenta, no deje de buscarlo un solo momento.

Imagen inamovible. Sea la propia o la del contrincante más cercano, el electorado es influenciado no solo por la imagen, sino por múltiples factores que pueden atemperar una mala reputación o devaluar una positiva. Por ejemplo, un candidato tildado a voces de corrupto puede ser percibido como efectivo en la gestión gubernamental, mientras que un candidato que es conocido por su honradez no reúna las cualidades que la gente busca en cierto funcionario y esto puede ser definitorio para la elección.

Las mejores propuestas ganan. Solo una escaza minoría comparará el proyecto político de los candidatos, es importante tener una plataforma de propuestas, pero es mucho más importante llegar a las emociones de la gente. Ataque sus corazones, no su cabeza.


3. Dinero vs. Creatividad

Las campañas se hacen fundamentalmente con tres materias primas: dinero, dinero y comunicación. Si cuenta con mayores recursos económicos que sus contrincantes evite volverse predecible desarrollando una campaña tradicional, cargar la balanza a la entrega de prevendas, “apoyos” o parafernalia a la población, en detrimento del factor comunicacional. Si bien es importante reconocer la realidad económica de la mayor parte de la población, aun en condiciones de pobreza el electorado puede volverle la espalda si desconoce cuál es su mensaje fundamental de campaña, ante estímulos contradictorios la respuesta natural de la gente será el rechazo.

Si por el contrario se encuentra usted en desventaja material con su opositor, no pierda tiempo quejándose de ese desequilibrio, eso lo hará parecer infantil restándole carisma y liderazgo, tampoco pierda el valioso tiempo de campaña reuniendo recursos. Prevea el inicio de los tiempos de campaña y reúna tantos recursos como pueda, pero al comenzar el proselitismo entienda que su desventaja económica puede ser suplida con creatividad, movilidad, e innovación. No compita con el dinero de su contrincante, sea altamente eficiente, cubra todos los escollos de su comunicación.


4. No menosprecie los medios alternativos.

La mayoría de los candidatos dejan en manos de simpatizantes, comúnmente jóvenes, recursos tan útiles como las redes sociales, YouTube, blogs y correo electrónico. Utilice la energía creativa de los voluntarios jóvenes de su campaña, pero entienda antes seis condiciones de la plataforma electrónica.

Controle la comunicación. Aun en internet es importante que su campaña transmita efectivamente el mensaje de la misma, pequeñas microcampañas electrónicas pueden perjudicar más de lo que ayudan, generan ruido y confunden al elector, que todo aspecto de su campaña vaya orientado a comunicar efectivamente su discurso.

Participe. Las redes sociales no son un medio de difusión, no los use como otro canal propagandístico, no son medios de comunicación unidireccionales sino horizontales, no hay jerarquías, no hay controles totales, interactué con los usuarios, despolitice su campaña de internet para atraer más jóvenes.

Genere resonancia. Las actividades en la calle deben llegar a internet, no solo para invitar y difundir, sino para generar una aparente ubicuidad, utilice los recursos multimedia para que la intensidad de la campaña quede manifiesta, muestre al electorado apoyándole, sea omnipresente.

Aproveche YouTube. Dependiendo del nivel de penetración de internet en el área de su interés éste puede tener mayor relevancia. Recuerde que mientras no generé gastos en producción audiovisual la ley permite que suba a la red toda cantidad de videos. Los más efectivos suele ser aquellos que la gente graba, edita y sube por iniciativa propia.

Recurra al ‘viral marketing’. No hay mejor publicidad que el ‘boca a boca’, y en internet ésta puede tomar dimensiones masivas, si logra llamar la atención de los internautas ellos se encargarán de diseminar cualquier material, juegue con su imaginación, toque sus emociones, mantenga la espontaneidad.

Promueva la campaña limpia. Los usuarios partidistas utilizan constantemente internet para denostar a sus contrincantes, aunque en términos generales una estrategia de “guerra sucia” puede ser útil cuando no logra “bajar” a su competidor, generalmente es mejor que usted mismo promueva usos propositivos para éste medio, la mayoría de los usuarios son jóvenes y al ser expuestos a diatribas entre partidos sólo aumentará su rechazo por su campaña (y ojo, por las demás), provea orientación a sus huestes, si no busca polarizar a el electorado busque que ellos transmitan su pasión a otros, que inspiren en vez de llevar el campo de batalla a la red.


5. Sea lo que la gente quiere.

La mayoría de los políticos tienen que lidiar con su ego y asumen que la gente debe quererles tal cual son. Olvídese de quien es, procure que sus asesores detecten perfectamente cómo está compuesto el mercado electoral (edad, genero, estudios, profesión, número de hijos, percepción económica, etcétera), cuáles son los problemas más importantes de la gente, qué piensa de cada uno de los partidos en pugna, de sus candidatos, de todos los órdenes de gobierno, qué quieren del próximo funcionario, y todo factor que le ayude a conocer la cara del líder buscado por la sociedad. Una vez definido esto, acérquese tanto como le sea posible, no finja, puede ser contraproducente, destaque las cualidades que comparte con ese personaje ideal, aquellas de las que carezca constrúyalas a través de su estrategia de comunicación.


6. Evite sombras

Los equipos de campaña están llenos de personajes que quieren sobresalir, persiguen sus intereses particulares, esto es natural pero debe evitar que le despojen del reflector, evite los voceros polémicos o de mayor peso político, el protagonista debe ser usted.

Para estar en todo lugar y en todo momento es necesario que tenga representantes, personajes que lo materialicen, asegúrese que estos son un reflejo de usted y su campaña, úselos con mayor intensidad al final de ella según el desgaste que tenga por su exposición.

Ser el protagonista no quiere decir que la cara de la campaña deba ser invariablemente usted, recuerde que para muchos las voces de terceros tienen más credibilidad que la suya, recurra a promotores ciudadanos, líderes sociales, deportistas, artistas, recurra mediáticamente a la fórmula del “testimonial”, legitímese a través de otros.


7. Deje la democracia fuera del equipo de campaña

Un equipo grande puede ser muy útil para la creatividad, el perfeccionismo, fomentar el sentido de equipo y la innovación, pero es sumamente pesado e ineficiente. Permita que las decisiones de mayor importancia sean tomadas por un número reducido de personas, es preferible un equipo que reaccioné rápido a uno que generé soluciones más completas pero tarde.

Procure establecer un organigrama muy claro, la cadena de mando y las responsabilidades de cada miembro del equipo, ignorar esto generará una constante ineficiencia, duplicidad de funciones, roces entre los asistentes, lentitud y mal ambiente de trabajo. Cuide que definir claramente los roles del equipo no impida la creatividad ordenada.


8. Defina los términos del debate

Sea usted quien marque la agenda, señale el campo de batalla, una vez ahí, estará en una posición privilegiada. Evite que la discusión fundamental de la campaña se dirija a un frente en el que usted o su partido son débiles.

Si usted es el candidato con mayor preferencia, no se enfrasque en debates planteados por su contrincante, lo más probable es que pierda campo, exhiba la agresividad de quienes lo atacan, la gente rechaza a quien agrede en principio, defiéndase con suavidad.

Por el contrario, si los números no le favorecen, sea propositivo, planteé la discusión con vehemencia, llame al debate a autoridades en funciones, póngase al “tu por tu” con los grandes, cuando logre irritarlos y respondan lo habrán elevado a su nivel, si lo esquivan dé resonancia a su negativa para discutir los asuntos públicos, no pueden evitarlo permanentemente, insista.


9. Actúe como ganador.

La realidad no existe, solo la percepción, por ello la comunicación debe ser la piedra angular de toda campaña, no se preocupe por lo que usted es, sino por lo que la gente cree que es. Compórtese como si ya hubiera ganado, adquiera las cualidades del funcionario en activo, sea lo que busca ser antes de la elección, sea el gobernador antes de ocupar el Palacio de Gobierno.

Nadie quiere estar en el equipo perdedor, genere una expectativa ganadora, la táctica del famoso “carro ganador”, arrastrará con usted a los indecisos de último minuto y mantendrá alta la moral de su equipo y simpatizantes.

Haga de cada mitin un espectáculo, permanezca cercano a la gente pero no olvide parecer “el indicado”, recoja peticiones, estreche tantas manos como pueda, haga que lo presente un liderazgo reconocido por el auditorio, o un miembro respetado de la comunidad, sea breve pero conciso, establezca un vinculo emocional, dé esperanza a la gente, alague sus oídos, sea visual, y nunca olvide la puntualidad.


10. Nunca pierda contacto con la realidad.

Al mantenerse día a día en contacto casi exclusivo son su equipo de campaña se llenará de comentarios halagadores, se emborrachará de la efervescencia de sus simpatizantes, el optimismo le intoxicará. Piense siempre en el peor escenario, actué como si estuviera al borde de la derrota, jamás desperdicie tiempo, no se permita pensar nunca que la victoria está cerca, base sus decisiones en los números fríos, y aun con ellos en la mano convénzase de que son demasiado alegres. Piense que se le escapa la victoria, asuma que es su última campaña, porque de hecho, puede ser la última.


11. La campaña no termina

Puede replantear su estrategia una vez terminado el proceso electoral, pero nunca abandonar del todo la dinámica comunicacional que ha arrancado, aproveche la inercia generada y extienda tanto como le sea posible el ánimo favorable que la gente tendrá los primeros meses de sus funciones. Si la población percibe un cambio abrupto entre el producto que ha adquirido con lo que en realidad obtuvo el quebrantamiento de sus expectativas precipitarán la popularidad del gobierno que usted encabeza. El marketing político no empieza (o termina) en las urnas, éste le ayudará a mantener una imagen fuerte, influirá en sus índices de aprobación, y en la longevidad de su carrera pública. Gran parte del poder político estriba no en su capacidad de gestión o influencia, sino precisamente en parecer poderoso.


*Víctor Mancera, Consultor, estratega y analista político, Mancera ha transitado del periodismo, y la comunicación gubernamental, a la asesoría político-electoral. Se define a sí mismo como un moderado demócrata liberal con una irrenunciable vocación crítica. Egresado de ciencia política en el ITESM, ha participado en el sector público, editorial y de consultoría política. Formó parte del equipo de reporteros de Grupo Reforma, se ha desempeñado en las áreas de comunicación y planeación estratégica gubernamental, así como a la instrumentación de diversas campañas políticas. En su faceta periodística, dirigió el proyecto LaDisidencia.com, portal de opinión, análisis y critica ciudadana. Estudioso de la política y experto en temas de narcotráfico, mantiene una colaboración regular en la revista “Luces del Siglo”.



http://columnas.ejecentral.com.mx/elpoderdelasideas/2010/01/13/11-consejos-para-una-campana-exitosa/

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