A la época de la evolución del pensamiento
administrativo se le ha designado como etapa científica, principalmente porque a finales del siglo XIX e
inicios del XX varios autores se mostraron interesados en investigar desde el
punto de vista "científico" la problemática que presentaban las
empresas industriales, principalmente por la producción a gran escala y en
forma estandarizada. Entre algunos de estos pensadores tenemos a Charles
Babbage (1792-1872), H. Robinson Towne (1844-1924) y Joseph Warthon
(1826-1909).
Frederick
Winslow Taylor (1856-1915), ingeniero industrial de profesión, nació en
Filadelfia (Estados Unidos), y se le ha calificado como el padre de la administración
científica por haber investigado en forma sistemática las operaciones
fabriles, sobre todo en el
área de producción bajo el método científico.
El estudio de
estas operaciones las realizó mediante la observación de los métodos utilizados
por los obreros; de sus
observaciones surgieron hipótesis para desarrollar mejores procedimientos y
formas para trabajar. Experimentó
sus hipótesis apoyado por los empleados fuera del horario normal de trabajo;
los métodos que comprobó mejoraban la producción y fueron puestos en
práctica en el trabajo cotidiano, previa capacitación de los operarios.
Frederick Taylor llegó a la conclusión que todo esto era aplicable a
cualquier organización humana.
Entre sus conclusiones se encuentran:
No existía ningún sistema efectivo de trabajo.
No había
incentivos económicos para que los obreros mejoraran su trabajo.
Las decisiones eran tomadas militar y empíricamente más
que por conocimiento científico.
Los trabajadores
eran incorporados a su labor sin tomar en cuenta sus habilidades y aptitudes.
Frederick Taylor
desarrolló métodos para organizar el trabajo, considerando los materiales, el equipo y las habilidades de cada individuo. Éstos se han llamado tiempos y
movimientos, hoy conocidos como OPERACIONES DEL PROCESO O SISTEMA.
Publicó en 1911 un libro titulado "Principios de la administración
científica", fundamentándose en estos cuatro
principios:
Sustitución de reglas prácticas por preceptos (mandatos,
cánones, normas)científicos.
Obtención de armonía, en lugar de discordia.
Cooperación en lugar de individualismo.
Selección científica, educación y desarrollo de los
trabajadores.
La influencia de Taylor en el pensamiento
administrativo fue, y continúa siendo, de gran trascendencia.
En la actualidad
está presente en todo el mundo, pero su enfoque ha sido modificado y
humanizado.
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