martes

Marketing político negativo

Señor director de NORTE:
Nos acercamos nuevamente a un acto electoral y lamentablemente volvemos a ver que no aprendimos nada en 25 años ininterrumpidos de democracia y de gimnasia política.


Muchas veces los que hacemos política y estamos interesados en promocionarnos, somos imprudentes, otras veces faltamos el respeto a la propiedad privada, a veces somos agresivos con la naturaleza o cuando menos contaminamos el medio ambiente visual.
Como les decía, apenas entrando el año electoral vemos a nuestra ciudad invadida por afiches pegados por doquier. No se salvó nada ni nadie, pasando por esculturas, árboles, carteles de tránsito, escuelas y tantos otros lugares que venían siendo, en algunas oportunidades, respetados y ahora aparece este joven justicialista que evidentemente no tiene control sobre su gente o lo que sería peor tiene todavía la mentalidad anticuada y obsoleta de ser conocido a cualquier costo. Esto nos deja, a los que venimos pregonando un cambio de metodologías, al menos asombrados.
Si pensáramos en el votante, en el vecino, en el prójimo, nuestra actitud debería ir cambiando y adecuándose junto a nuestra educación, cultura y el respeto a los demás condimentos muy necesarios para mejorar nuestra sociedad.
Debemos, paulatinamente, agudizar el ingenio para hacernos conocer, hay muchas formas, desde haciendo buenas obras, con herramientas informáticas, con prensa (siempre que sea independiente) y tantos otros caminos.
En casos extremos de no poder evitar antiguos métodos se deberían hacer despliegues que luego puedan ser removidos fácilmente de la vía pública. Pero ojo!!! No hagamos cargo a otro de esta remoción; en mi casa “el que ensucia limpia y el que rompe arregla”.
Aclaro antes que otro lo señale, que hago política desde muy joven y pasé por esos 25 años de democracia realizando las tareas típicas de un militante, he pintado muros, colgado pasacalles y pegado afiches. La diferencia es que siempre que estuvo bajo mi influencia, no se atacó la propiedad privada ni lugares públicos o vedados para esta actividad y siempre, siempre se limpió, removió, despegó o repintó lo que hizo falta para dejar todo como estaba.
Quisiera pensar que este desliz cometido por este grupo político o este joven sea salvado procediendo a la limpieza inmediata de todo lo afectado. Quisiera también que este error sirva de ejemplo para otros para que lo piensen dos veces porque este tipo de marketing es totalmente negativo.

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