Por Yan Speranza (*)
El gran escritor Víctor Hugo decía: "Uno puede resistir la invasión de una armada poderosa, pero no se puede resistir a una idea renovadora del tiempo presente". Es la esencia misma de los emprendedores. Y el "emprendedorismo" se ha convertido en una clave central para entender cómo las sociedades pueden crear empleos y crecer económicamente en periodos turbulentos y llenos de incertidumbre.
Todos competimos actualmente en una economía basada en el conocimiento. Dentro de ese marco las verdaderas armas competitivas son las nuevas ideas. Y no precisamente los bajos precios, como muchas veces tendemos a creer.
El gran teórico de la nueva economía del crecimiento, el economista Paul Romer, de Stanford University, lo pone de esta manera: "El crecimiento económico y la generación de empleos ocurren siempre que un grupo de emprendedores toman recursos y lo re-agrupan en nuevas formas que generen más valor. En otras palabras, se trata de desarrollar nuevas y mejores recetas y no simplemente cocinar más".
Los grandes cambios sociales que experimentamos con la globalización, y el tremendo desarrollo de las tecnologías de la comunicación, nos presentan desafíos globales y locales de grandes proporciones. Pero así también oportunidades enormes que necesitan de emprendedores que logren desarrollar nuevas recetas que creen valor y positiva experiencia.
Ahora bien, ¿cómo se forman dichos emprendedores? ¿Son solo un grupo de personas especiales que por algún motivo singular han logrado desarrollar ciertas capacidades que el resto de los mortales no lo pueden hacer? ¿Será que aparecen espontáneamente y solo hay que esperar que de tanto en tanto nos presenten sus innovadoras ideas?
La respuesta es claramente NO. Las sociedades desarrolladas hace tiempo que han encarado de manera sistemática la creación de condiciones favorables para la aparición de más y mejores emprendedores. El ser emprendedor implica cierta actitud ante la vida que no puede ser enseñada simplemente como una materia que te permita, por ejemplo, graduarte de "emprendedor". Pero determinados ambientes favorables pueden estimular la emergencia de un notable número de emprendedores con el tiempo, generando en el proceso verdadero crecimiento económico y creación de miles de fuentes de empleo.
Esa es la tarea fundamental que en el Paraguay debemos encarar como una acción compartida y de colaboración entre el sector público, el privado y el de las organizaciones de la sociedad civil.
En general, los emprendedores pasan por tres etapas desde la concepción de una idea innovadora hasta su consolidación en el mercado. En lo que llamaríamos el "proceso emprendedor" tenemos, en primer lugar, la etapa de gestación de ideas en la que se desarrollan las motivaciones y competencias básicas del emprendedor, y es donde se visualiza una oportunidad. En esta etapa los contenidos del sistema educativo nacional son relevantes para estimular el pensamiento creativo y adquirir ciertas competencias emprendedoras. Lastimosamente nuestra educación carece en gran medida de estos componentes y eso debe ser motivo de preocupación para todos nosotros.
La segunda etapa, tiene lugar cuando los emprendedores toman la decisión final de crear una empresa o, en su defecto, una organización sin fines de lucro en el caso de los emprendedores sociales. Implica básicamente capacidades vinculadas a tener un plan de negocio básico y acceso a recursos mínimos para arrancar. En este contexto, el sector privado puede jugar un papel fundamental promoviendo fondos de capital de riesgo o inversores ángeles, aunque en nuestro país esta alternativa es prácticamente inexistente.
Por último, en la tercera etapa se trata de entrar al mercado y sobrevivir los primeros años, probablemente los más difíciles para los emprendedores. Y acá es fundamental contar con redes de soporte, tanto sociales como productivas e institucionales, que permitan aumentar el índice de supervivencia.
En fin, se trata de preguntarnos como sociedad qué estamos haciendo para crear condiciones favorables para la aparición de más emprendedores. Pues solamente a través de ellos vendrá la creación de empleos que tanto necesitamos para una población mayoritariamente joven. Y que se merecen, como el país, un presente mejor.
(*) Director del Club de Ejecutivos
http://www.ultimahora.com/notas/254750-Creaci%C3%B3n-de-empleos--y-emprendedores
El gran escritor Víctor Hugo decía: "Uno puede resistir la invasión de una armada poderosa, pero no se puede resistir a una idea renovadora del tiempo presente". Es la esencia misma de los emprendedores. Y el "emprendedorismo" se ha convertido en una clave central para entender cómo las sociedades pueden crear empleos y crecer económicamente en periodos turbulentos y llenos de incertidumbre.
Todos competimos actualmente en una economía basada en el conocimiento. Dentro de ese marco las verdaderas armas competitivas son las nuevas ideas. Y no precisamente los bajos precios, como muchas veces tendemos a creer.
El gran teórico de la nueva economía del crecimiento, el economista Paul Romer, de Stanford University, lo pone de esta manera: "El crecimiento económico y la generación de empleos ocurren siempre que un grupo de emprendedores toman recursos y lo re-agrupan en nuevas formas que generen más valor. En otras palabras, se trata de desarrollar nuevas y mejores recetas y no simplemente cocinar más".
Los grandes cambios sociales que experimentamos con la globalización, y el tremendo desarrollo de las tecnologías de la comunicación, nos presentan desafíos globales y locales de grandes proporciones. Pero así también oportunidades enormes que necesitan de emprendedores que logren desarrollar nuevas recetas que creen valor y positiva experiencia.
Ahora bien, ¿cómo se forman dichos emprendedores? ¿Son solo un grupo de personas especiales que por algún motivo singular han logrado desarrollar ciertas capacidades que el resto de los mortales no lo pueden hacer? ¿Será que aparecen espontáneamente y solo hay que esperar que de tanto en tanto nos presenten sus innovadoras ideas?
La respuesta es claramente NO. Las sociedades desarrolladas hace tiempo que han encarado de manera sistemática la creación de condiciones favorables para la aparición de más y mejores emprendedores. El ser emprendedor implica cierta actitud ante la vida que no puede ser enseñada simplemente como una materia que te permita, por ejemplo, graduarte de "emprendedor". Pero determinados ambientes favorables pueden estimular la emergencia de un notable número de emprendedores con el tiempo, generando en el proceso verdadero crecimiento económico y creación de miles de fuentes de empleo.
Esa es la tarea fundamental que en el Paraguay debemos encarar como una acción compartida y de colaboración entre el sector público, el privado y el de las organizaciones de la sociedad civil.
En general, los emprendedores pasan por tres etapas desde la concepción de una idea innovadora hasta su consolidación en el mercado. En lo que llamaríamos el "proceso emprendedor" tenemos, en primer lugar, la etapa de gestación de ideas en la que se desarrollan las motivaciones y competencias básicas del emprendedor, y es donde se visualiza una oportunidad. En esta etapa los contenidos del sistema educativo nacional son relevantes para estimular el pensamiento creativo y adquirir ciertas competencias emprendedoras. Lastimosamente nuestra educación carece en gran medida de estos componentes y eso debe ser motivo de preocupación para todos nosotros.
La segunda etapa, tiene lugar cuando los emprendedores toman la decisión final de crear una empresa o, en su defecto, una organización sin fines de lucro en el caso de los emprendedores sociales. Implica básicamente capacidades vinculadas a tener un plan de negocio básico y acceso a recursos mínimos para arrancar. En este contexto, el sector privado puede jugar un papel fundamental promoviendo fondos de capital de riesgo o inversores ángeles, aunque en nuestro país esta alternativa es prácticamente inexistente.
Por último, en la tercera etapa se trata de entrar al mercado y sobrevivir los primeros años, probablemente los más difíciles para los emprendedores. Y acá es fundamental contar con redes de soporte, tanto sociales como productivas e institucionales, que permitan aumentar el índice de supervivencia.
En fin, se trata de preguntarnos como sociedad qué estamos haciendo para crear condiciones favorables para la aparición de más emprendedores. Pues solamente a través de ellos vendrá la creación de empleos que tanto necesitamos para una población mayoritariamente joven. Y que se merecen, como el país, un presente mejor.
(*) Director del Club de Ejecutivos
http://www.ultimahora.com/notas/254750-Creaci%C3%B3n-de-empleos--y-emprendedores
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