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‘La mente de par en par’ de Steven Johnson

Ya no cabe ninguna duda de que estamos viviendo el siglo del cerebro. Cuando éste termine, os lo garantizo, se habrán dejado atrás tal cúmulo de mitos, prejuicios, malos entendidos e intuiciones que un hombre del siglo XXII se barrenará la sien con el dedo índice cada vez que eche la vista atrás.

Steven Johnson intenta dar un paso más en dirección a ese más que probable futuro aglutinando en este La mente de par en par algunas de las más interesantes prospecciones de nuestra cabeza que hoy en día se están realizando en laboratorios de medio mundo.

La pregunta fundamental que trata de responder La mente de par es par es: ¿hasta qué punto la comprensión del cerebro ha cambiado nuestra manera de vernos a nosotros mismos?


Las nuevas tecnologías para cartografiar el cerebro en tiempo real están permitiendo, por ejemplo, que sepamos qué regiones de nuestra geografía cerebral se activan cuando llevamos a cabo diferentes tareas, como reconocer el rostro de un ser querido, planificar una lista de la compra o simplemente hilvanando una frase.

Un cerebro es como una huella dactilar: cada cual posee una topografía única. Una mayor comprensión de nuestras sinapsis, neurotransmisores y ondas cerebrales, de los distintos patrones químicos y eléctricos, pues, no sólo abrirá de par en par nuestro cráneo sino que nos identificará con más definición. Nos dirá cómo somos respecto a los demás.

Nos dirá por qué sentimos miedo y de qué. Qué es lo que provoca un chiste a nivel neuroquímico. Cómo podemos mejorar nuestra atención. Qué significa amar. De dónde surgen nuestras aptitudes, estados de ánimo, emociones y multitud de comportamientos. Steven Johnson, pues, se convierte así en un cicerone mucho más instruido (y con una mejor brújula) que los que proporcionan la psicoterapia, la meditación o las drogas.

Al penetrar en ese apiñamiento de células nerviosas por las que cruza un microvoltio de electricidad, como si viajáramos a tierras remotas, aparecen enseguida infinidad de palabras en latín y conceptos de neurociencia realmente densos que precisan de un adiestramiento previo. Consciente de ello, Johnson coge de la mano al lector profano y evita que su libro se parezca a un cursillo intensivo de anatomía: para eso existen manuales académicos estupendos.

La mente de par en par se centra de lleno en un cerebro en acción y, sobre la marcha, sin abrumar, Johnson expone los mecanismos subyacentes limitando al máximo la terminología necesaria: media docena de compuestos químicos, media docena de regiones del cerebro y una comprensión rudimentaria de la manera en que se comunican las neuronas. Y todo ello, además, salpicado con una maestría divulgativa asombrosa, y también un buen puñado de guiños, bromas y juegos de palabras que provocan la carcajada en más de una ocasión, con esa fina ironía que tanto me recuerda a Terry Pratchett y que cultivan otros autores de divulgación científica como Natalie Angier o Bill Bryson.

Además, Johnson se somete personalmente a toda clase de experimentos, entrevista a neurólogos y especialistas del cerebro, se implica, se ríe de sí mismo y, por el camino, sin darnos apenas cuenta, se convierte en uno de nuestros mejores colegas.

Pero cuanto más aprendemos sobre la arquitectura del cerebro, más reconocemos que lo que ocurre en nuestra mente se parece menos a un solista y más a una orquesta, donde hay docenas de intérpretes que contribuyen a la mezcla y al resultado general. Podemos oír la sinfonía como una cascada torrencial, pero también podemos distinguir los trombones de los timbales, los violines de los violonchelos. Para acceder a una comprensión semejante de nuestra mente, no necesitamos una máquina de reproducción de imágenes de un millón de dólares. Basta con saber algo de los componentes del cerebro y de sus parámetros de activación habituales.
Editorial Turner
Colección Noema
248 págs.
ISBN: 978-84-7506-749-0


http://www.papelenblanco.com/divulgacion/la-mente-de-par-en-par-de-steven-johnson

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