Mañana el sol vencerá a las tinieblas y los días volverán a ser más largos. Podremos apreciar las luces navideñas en una larga noche, tras este largo domingo de compras. Los papás noeles cocacoleros lucirán su palmito, no sabemos si penetrado, que también habría que respetar.
La economía de mercado ha sustituido y animado los aburridos encuentros familiares de cuando éramos niños. Los rituales que el cristianismo nos trajo se han ido sustituyendo por el árbol de navidad alemán (originalmente dedicado al dios del sol) y el papá noel estadounidense (plagiado del alemán y vestido de rojo publicitariamente para cocacola). La publicidad adorna nuestras fiestas y sus productos calientan nuestros hogares.
Celebraremos con emoción que la inclinación axial del globo terrestre es máxima en el día de mañana (sol sistere o sol quieto). Volveremos a la adoración de múltiples deidades: el sol, la luna, el corte inglés y la play, y a otros tipos de esclavitud. Se suprimen las tradiciones que no tienen efecto multiplicador en la pirámide de base consumista. El capitalismo con el filtro de la familia y las tradiciones parecía que podía llegar incluso a ser algo bueno, veremos qué pasa sin ellos. Esperemos que no sea el progreso de hogares solitarios y la tasa de suicidio de los países occidentales más avanzados.
Parece que todas las culturas mantienen sus tradiciones menos los cristianos europeos. Si lo que celebramos es el solsticio lo que mejor podemos hacer es irnos a Cancún o, mejor aún, a Patagonia, más cerca del sol. Al menos mantenemos al Niño Jesús por nuestras calles. Parece que la historia se repite puesto que le dejan nacer, aunque sea a la intemperie, y finalmente nos lo bajan de la Cruz.
Vista la alternativa, prefiero la Navidad tradicional en familia.
http://alfonsogadea.blogspot.com/2009/12/feliz-solsticio-de-invierno.html
La economía de mercado ha sustituido y animado los aburridos encuentros familiares de cuando éramos niños. Los rituales que el cristianismo nos trajo se han ido sustituyendo por el árbol de navidad alemán (originalmente dedicado al dios del sol) y el papá noel estadounidense (plagiado del alemán y vestido de rojo publicitariamente para cocacola). La publicidad adorna nuestras fiestas y sus productos calientan nuestros hogares.
Celebraremos con emoción que la inclinación axial del globo terrestre es máxima en el día de mañana (sol sistere o sol quieto). Volveremos a la adoración de múltiples deidades: el sol, la luna, el corte inglés y la play, y a otros tipos de esclavitud. Se suprimen las tradiciones que no tienen efecto multiplicador en la pirámide de base consumista. El capitalismo con el filtro de la familia y las tradiciones parecía que podía llegar incluso a ser algo bueno, veremos qué pasa sin ellos. Esperemos que no sea el progreso de hogares solitarios y la tasa de suicidio de los países occidentales más avanzados.
Parece que todas las culturas mantienen sus tradiciones menos los cristianos europeos. Si lo que celebramos es el solsticio lo que mejor podemos hacer es irnos a Cancún o, mejor aún, a Patagonia, más cerca del sol. Al menos mantenemos al Niño Jesús por nuestras calles. Parece que la historia se repite puesto que le dejan nacer, aunque sea a la intemperie, y finalmente nos lo bajan de la Cruz.
Vista la alternativa, prefiero la Navidad tradicional en familia.
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