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LAS MARCAS MÁS LITERARIAS (1): COCA COLA, UN EJEMPLO DE MARKETING FICCIÓN

El ‘MARKETING FICCIÓN’ analiza el valor cultura de las grandes marcas comerciales, sus apariciones en las obras literarias y cinematográficas y el significado que en las mismas adquieren. Sus posibilidades como herramienta de comunicación y marketing las hemos visto en otro post.

Hoy vamos a poner el ejemplo de Coca-Cola, una de las marcas que más presencia tiene en las obras literarias de los siglos XX y XXI. Algunas de las menciones literarias en que aparece la marca de refrescos son las siguientes:

1. LA CRUZ DE SAN ANDRÉS

Autor: Camilo José Cela.

Nuestro simpar Premio Nóbel Camilo José Cela introduce la marca de refrescos en una de las escenas de ‘La Cruz de San Andrés’, novela con la que ganó el Premio Planeta. Muy en su estilo, a Cela le gustaba incorporar a sus historias una especie de inventario con los productos y marcas que consumían sus personajes. Fiel reflejo del mundo en que vivían. Esta es una escena:

“Los tres excursionistas de Balcobo, cuando volvieron a La Coruña se fueron a casa de Lucas que también era buen cocinero, Lucas lo hacía todo bien, bueno, digamos que casi todo, con las mujeres tengo mis dudas.

- Puedo daros coca-cola o fanta, no tengo vino.

- No importa, yo no bebo.

- Ni yo.

Lucas sacó coca-cola de la nevera, les puso unos amorosos valses de Chopin en el tocadiscos, se metió en la cocina, les preparó unos espaguetis carbonara riquísimos, se los sirvió y se esfumó”.

Vemos aquí, por tanto, a Coca-Cola como una marca omnipresente e imprescindible a la hora de ofrecer como bebida en cualquier comida. En esta escena vemos cómo, la alternativa a Coca-Cola, es Fanta, otra marca perteneciente al mismo fabricante. ¡Refrescos de lo más literarios!

2. LA CARRETERA

Autor: Cormac McCarthy

Una de las mejores novelas de los últimos años, galardonada con el premio Pulitzer 2007. La historia transcurre en la inmensidad del territorio de Estados Unidos, en medio de un paisaje literalmente quemado por lo que parece haber sido un reciente holocausto nuclear. Un padre trata de salvar a su hijo emprendiendo un viaje hacia el mar. Rodeados de un paisaje baldío, amenazados por bandas de caníbales y empujando un carrito de la compra donde guardan sus escasas pertenencias…

Padre e hijo llegan a lo que queda de un antiguo supermercado y buscan algunos restos de alimentos que les sirvan para aliviar el hambre. Allí se desarrolla la siguiente escena:

“Dejaron allí el carrito y recorrieron los sucios pasillos. En la sección de alimentación encontraron en el fondo de los cajones una cuantas judías verdes y lo que parecían haber sido albaricoques (…) El chico le seguía (…) Junto a la puerta había dos máquinas de refrescos que alguien había volcado y abierto con una palanca. Se sentó y paseó la mano por las tripas de las máquinas y en la segunda palpó un cilindro frío de metal. Retiró lentamente la mano y vio que era una Coca-Cola.

− ¿Qué es, papá?

− Una chuchería. Para ti.

− ¿Qué es?

− Ven. Siéntate.

Aflojó las correas de la mochila del chico y dejó la mochila en el suelo detrás de él y dejó la uña del pulgar bajo el gancho de aluminio en la parte superior de la lata y la abrió. Acercó la nariz al discreto burbujeo que salía de la lata y luego se la pasó al chico. Toma, dijo.

El chico cogió la lata. Tiene burbujas, dijo.

− Bebe

El chico miró a su padre y luego inclinó la lata para beber. Se quedó allí sentado pensando en ello. Está muy rico, dijo.

− Así es.

− Toma un poco, papá.

− Quiero que te la bebas tú.

− Solo un poco.

Cogió la lata y dio un sorbo y se la devolvió. Bebe tú, dijo.

− Quedémonos aquí sentados un rato.

− Es porque nunca más volveré a beber otra, ¿verdad?

− Nunca más es mucho tiempo.

− Vale, dijo el chico”

La escena anterior tiene un enorme valor simbólico. Coca-Cola representa el mundo perdido tras el desastre nuclear y todo lo bueno que allí existía. El padre superviviente añora los tiempos pasados y quiere que su pequeño hijo tenga la experiencia de la chispa de la vida.

3. LA NOCHE DEL ORÁCULO

Autor: Paul Auster.

“Antes de que pudiera contestarle, apareció un camarero delante de nosotros y nos preguntó qué queríamos tomar. Podía ser el viejo que nos había abierto la puerta antes, pero no estaba seguro. Quizá fuese su hermano, o tal vez algún otro pariente con intereses en la empresa. Chang se inclinó hacia mí y me musitó al oído:

- Nada de alcohol –me advirtió–. Cerveza sin alcohol, Seven Up, Coca-Cola. Muy arriesgado servir bebidas alcohólicas en un local como éste. No tienen permiso.

Informado de todas las posibilidades, opté por una Coca-Cola. Chang pidió lo mismo”.

Son sólo tres citas literarias, pero hay muchas más. En un trabajo de ‘MARKETING FICCIÓN, además de la reproducción literal de la cita, realizaríamos un análisis del valor literario de la marca dentro de las obras en que se cita (tipo de escenas en que aparece, utilidad que le dan los personajes, ambientes en los que aparece…) y de su utilización por parte de novelas de todos los estilos literarios (suspense, policiaco, novela intelectual, juvenil…)

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