El creativo y su equipo han decidido celebrar su vigésimo aniversario con una delirante campaña publicitaria centrada en los testimonios de una docena de iconos de la Región
S i la aclamada serie de televisión Mad Men nos presentaba a a los publicistas como unos seres despiadados y carentes de escrúpulos, Joaquín García Chipola, director de la agencia murciana Contraplano, representa la cara más amable de un negocio en continua evolución. No en vano, Internet ha conseguido algo impensable hace tan solo una década: globalizar cualquier mensaje. Echando mano de esta premisa, la agencia ha decidido celebrar su primer cuarto de siglo con una delirante auto-campaña en la Red protagonizada por el inclasificable Pepín Tre. Su contenido: el testimonio de doce de los iconos más destacados de la Región, entre ellos, el submarino Peral, el zarangollo o la Cresta del Gallo. Para saber más de esta chaladura basta con visitar www.contraplano.es.
- ¿No habíamos quedado, según el consejero de Turismo, en que Murcia no tiene estereotipos? Yo pensaba que estos eran, precisamente, la base de la publicidad.
- Nuestra idea responde a una vertiente publicitaria muy distinta. Simplemente, hemos intentado hacer una campaña divertida que enganche a la gente. Y que mejor para ello que contar con un tipo cuya medula y cerebro parecen no estar conectados. De todas formas, y por más que se obvie, hay cosas que están ancladas en la médula de la gente. No obstante, la campaña de la Consejería se basa, más que en esa idea de la ausencia de estereotipos, en lo que Hitchcock llamaba un Mcguffin, un elemento que acapara la atención del espectador pero que, en realidad, carece de importancia en la trama, en este caso, el empleo de un sujeto que no existe.
- Empiezo a saturarme del llamado marketing viral, obsesionado con buscar la sorpresa. Al principio era divertido pero ahora empiezo a estar harto de que jueguen conmigo.
- La sorpresa es sorpresa mientras sigue cumpliendo su objetivo. Lo que está claro es que hoy convive una generación formada en los medios más tradicionales con otra inmersa plenamente en Internet. Tenemos la obligación de acercarnos a los jóvenes a través de los canales que consumen y la estamos cumpliendo a través de este tipo de mensajes, mucho más autónomos. Esto propicia que llegue el Amo a Laura y pegue un auténtico pelotazo.
- No sé sí los anunciantes empiezan a demandar estas campañas dada la enorme repercusión que alcanzan con una mínima inversión.
- La publicidad no debe funcionar a petición del cliente sino del público objetivo. Ser notorio per se no es su misión. Para ello basta con plantarse en la puerta del Ayuntamiento desnudo y con un lazo verde en las partes. Lo importante es comprobar qué cantidad de adictos he hecho y cómo de conocida es mi marca. El mensaje y los destinatarios deben estar muy claros. Las nuevas tecnologías sólo dan un escenario distinto y propician las sinergías.
- Por lo que me dices, la independencia creativa es algo importante en vuestro trabajo.
- Pues precisamente siempre les decimos a los jóvenes que si quieren independencia creativa pueden grabar un disco o dibujar tiras cómicas, porque en publicidad hay que responder a las especificaciones del anunciante. No debemos perder de vista la existencia de unos objetivos y unos resultados. La comunicación es donde unos hablan y otros escuchan. La publicidad es el sitio donde unos compran y otros venden. Hay que medir la parte del cerebro del consumidor que se ocupa.
- Después de 25 años de andadura, ¿cuál es la campaña que recuerdas con más cariño?
- Posiblemente, una que hicimos con Gomaespuma para un concurso que organizaba Cajamurcia. Grabamos en un pequeño estudio hasta cien cuñas diferentes y no podíamos parar de partirnos con lo que soltaban estos dos. Tienen una capacidad de vértigo para aportar tonterías.
- ¿Los 20 años que lleváis realizando desinteresadamente la campaña de Jesús Abandonado matizan esa imagen de seres despiadados que tenéis los publicistas?
- Algo nos toca. Lo mejor es que hemos conseguido aportar a Jesús Abandonado una imagen de marca increíble. Hoy nadie duda de lo que hace o de cómo invierte el dinero.
S i la aclamada serie de televisión Mad Men nos presentaba a a los publicistas como unos seres despiadados y carentes de escrúpulos, Joaquín García Chipola, director de la agencia murciana Contraplano, representa la cara más amable de un negocio en continua evolución. No en vano, Internet ha conseguido algo impensable hace tan solo una década: globalizar cualquier mensaje. Echando mano de esta premisa, la agencia ha decidido celebrar su primer cuarto de siglo con una delirante auto-campaña en la Red protagonizada por el inclasificable Pepín Tre. Su contenido: el testimonio de doce de los iconos más destacados de la Región, entre ellos, el submarino Peral, el zarangollo o la Cresta del Gallo. Para saber más de esta chaladura basta con visitar www.contraplano.es.
- ¿No habíamos quedado, según el consejero de Turismo, en que Murcia no tiene estereotipos? Yo pensaba que estos eran, precisamente, la base de la publicidad.
- Nuestra idea responde a una vertiente publicitaria muy distinta. Simplemente, hemos intentado hacer una campaña divertida que enganche a la gente. Y que mejor para ello que contar con un tipo cuya medula y cerebro parecen no estar conectados. De todas formas, y por más que se obvie, hay cosas que están ancladas en la médula de la gente. No obstante, la campaña de la Consejería se basa, más que en esa idea de la ausencia de estereotipos, en lo que Hitchcock llamaba un Mcguffin, un elemento que acapara la atención del espectador pero que, en realidad, carece de importancia en la trama, en este caso, el empleo de un sujeto que no existe.
- Empiezo a saturarme del llamado marketing viral, obsesionado con buscar la sorpresa. Al principio era divertido pero ahora empiezo a estar harto de que jueguen conmigo.
- La sorpresa es sorpresa mientras sigue cumpliendo su objetivo. Lo que está claro es que hoy convive una generación formada en los medios más tradicionales con otra inmersa plenamente en Internet. Tenemos la obligación de acercarnos a los jóvenes a través de los canales que consumen y la estamos cumpliendo a través de este tipo de mensajes, mucho más autónomos. Esto propicia que llegue el Amo a Laura y pegue un auténtico pelotazo.
- No sé sí los anunciantes empiezan a demandar estas campañas dada la enorme repercusión que alcanzan con una mínima inversión.
- La publicidad no debe funcionar a petición del cliente sino del público objetivo. Ser notorio per se no es su misión. Para ello basta con plantarse en la puerta del Ayuntamiento desnudo y con un lazo verde en las partes. Lo importante es comprobar qué cantidad de adictos he hecho y cómo de conocida es mi marca. El mensaje y los destinatarios deben estar muy claros. Las nuevas tecnologías sólo dan un escenario distinto y propician las sinergías.
- Por lo que me dices, la independencia creativa es algo importante en vuestro trabajo.
- Pues precisamente siempre les decimos a los jóvenes que si quieren independencia creativa pueden grabar un disco o dibujar tiras cómicas, porque en publicidad hay que responder a las especificaciones del anunciante. No debemos perder de vista la existencia de unos objetivos y unos resultados. La comunicación es donde unos hablan y otros escuchan. La publicidad es el sitio donde unos compran y otros venden. Hay que medir la parte del cerebro del consumidor que se ocupa.
- Después de 25 años de andadura, ¿cuál es la campaña que recuerdas con más cariño?
- Posiblemente, una que hicimos con Gomaespuma para un concurso que organizaba Cajamurcia. Grabamos en un pequeño estudio hasta cien cuñas diferentes y no podíamos parar de partirnos con lo que soltaban estos dos. Tienen una capacidad de vértigo para aportar tonterías.
- ¿Los 20 años que lleváis realizando desinteresadamente la campaña de Jesús Abandonado matizan esa imagen de seres despiadados que tenéis los publicistas?
- Algo nos toca. Lo mejor es que hemos conseguido aportar a Jesús Abandonado una imagen de marca increíble. Hoy nadie duda de lo que hace o de cómo invierte el dinero.
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