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La cibernética prostitución

La revolución científico-técnica que ha significado la informatización de la casi totalidad de las sociedades en el mundo, también ha incidido en el mundo de la compra y venta de sexo.

En Cuba, a pesar de las restricciones estatales en la esfera de la comunicación, se han producido varios escándalos unidos al impedimento de las limitaciones para navegar en el ciberespacio que tienen que aceptar por decreto los nacionales cubanos. En un final, son una serie de estatutos para obstaculizar a los residentes en este archipiélago del mar Caribe su libre navegación por Internet.

Por Guillermo Fariñas Hernández

Santa Clara, 19 de marzo /SDP/ Debido a eso, este comercio carnal al que haremos referencia solo se hace posible entre los pocos privilegiados que pueden entrar a la red de redes. No todos los cubanos y cubanas que lo deseen pueden ingresar a este mercado de imágenes cibernéticas, sino solo aquellos que acceden a la red.

A veces, hasta para poder prostituirse en la isla comunista de los hermanos Fidel y Raúl Castro, se necesita ser de uno de los grupos privilegiados. En la construcción del socialismo se conforman estamentos de excusados respecto a lo oficialmente preestablecido para la igualdad proclamada.

Como en cualquier parte del planeta, existen ciudadanos que no se someten a los cánones legales y se introducen en Internet al eludir las barreras técnicas. Internet es una brisa de liberación para cualquiera y los cubanos, a pesar de 50 años de totalitarismo, también necesitan respirar libertad.

La sofisticada trata de besos y caricias que tiene como soporte material al ciberespacio, proviene de unos 200 mil nacionales que trabajan con Internet en sus centros de trabajo o estudios. También los poquísimos que cuentan en sus casas con este servicio pueden formar parte del negocio.

El primer gran fandango que transcendió fue en el 2007, cuando por auto ofertarse a través de Internet, fueron expulsados unos 125 alumnos de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI). Este caso destapó oficialmente que aquí también se realizaba la prostitución por la vía cibernética.

Fue a partir de este momento que la Dirección Técnica de Investigaciones (DTI) del Ministerio del Interior desató una fortísima operación, respecto a la ciberprostitución en los principales polos turísticos de Cuba. De pronto fueron detenidos manejadores de estas redes en La Habana, Varadero, Morón, Trinidad y Guardalabarca.

Dicen los expertos y observadores de la realidad cubana que la ofensiva represiva era para desviar la atención sobre el primer escándalo en que se veía involucrada la emblemática UCI, una entidad apadrinada por el propio Dr. Fidel Castro en su campaña de relaciones públicas denominada “Batalla de Ideas”.

Pero la arremetida contra estas modernísimas meretrices se convirtió en una cuestión temporal del aparato de control social del castrismo. Por tanto, a los 5 meses todo continuó como siempre. Para salir de dudas, solo es necesario buscar las Páginas Web y los blogs en los cuales son ofertadas cubanas a clientes extranjeros.

Lo interesante de esta modalidad de prostitutas es que se mezclan junto con las meretrices habituales, las llamadas popularmente “Jineteras”, unas inesperadas competidoras que pueden ser desde alumnas universitarias hasta profesoras de nivel superior, que a pesar del academicismo, quieren ofertar su anatomía.

Ser meretriz en la Cuba actual es un mecanismo de defensa ante la frustración económica o el infortunio de ser ciudadano cubano. Casarse con un extranjero permite un sentimiento de libertad. En el marasmo de la corrupción social, la prostitución cibernética pasó a ser otro estilo poco ético más.

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