miércoles

La Iglesia Católica oculta información y es maestra del marketing subliminal

"Se trata de una metáfora, como tal vez lo sea también la trama individual de nuestras vidas, imperceptiblemente sujeta a la verticalidad de una realidad superior, trascendente, cuyo reflejo manifiesto, cuya apariencia, constituirá precisamente eso, la trama". De esta manera define la novela "La Burbuja" su autor, Sergio Blancafort, quien en diálogo con Universo Gay cuenta cómo surgió esta historia de terror y misterio.

- ¿Qué fue lo que le inspiró a escribir esta historia?

- Esta historia se construyó como una metáfora que aspira a poner al descubierto la trampa que encierra la satisfacción de nuestros deseos mas irracionales. La Burbuja debe ser profanada, pero la liberación de su contenido puede no ser una buena opción. La idea de una burbuja conteniendo un misterioso fluido llegó hasta mi hace mas de quince años, época en la que vivía en la isla de Bali, en una noche parecida a aquella en la que dos de los protagonistas, Luis y David, tienen su gran conversación. En aquel entonces esbocé una parte sustancial de la trama, pero no fue hasta hace un par de años, haciendo buen uso del tiempo libre que me proporcionó una parada entre dos trabajos, que me decidí a reestructurarla y darle un final.

"MAESTROS DE LA COMUNICACIÓN Y DEL MARKETIN SUBLIMINAL"

- ¿Piensas que la Iglesia oculta información a sus fieles y a la gente en general?

- Efectivamente, así es. La razón por la que tantos documentos indispensables han sido secuestrados en los silos de la historia no es otra que proteger la ortodoxia Romana. La Iglesia Católica actúa desde hace más de mil años como apenas están aprendiendo a hacerlo las grandes multinacionales de unos lustros a esta parte, protegiendo su imagen de marca u ortodoxia, ante cualquier imitación, y defendiéndose de la competencia corporativa de otros credos con el fuego y con la espada. La Iglesia Católica y, en general, todas las grandes tradiciones del libro con vocación expansionista (no es el caso de la hebrea), es la gran maestra en técnicas de comunicación y marketing subliminal, llegando, con sus técnicas de control, a explotar mecanismos de subordinación profundamente arraigados en el subconsciente colectivo, como son la culpa y el pecado, a través, por ejemplo, de la penalización de la única pasión a la que el hombre no puede renunciar: el sexo. Atribuyéndose a sí misma la potestad del perdón, la iglesia ha conseguido fidelizar a generaciones de pecadores incapaces de cumplir con el sexto mandamiento!.

"BENEDICTO XVI NIEGA EL RELATIVISMO"

- ¿Tienes alguna opinión formada sobre la labor del actual Papa, Benedicto XVI, criticado por muchos sectores como muy conservador?

- La labor del Papa actual, continuador del anterior Papa Juan Pablo II, pasará a la historia como una nueva "contrareforma", un intento por retroceder hasta la época anterior a la promulgación del Concilio Vaticano II (1959) y tratar de anular, o cuando menos ignorar, los grandes avances doctrinales de Juan XXIII, sin abolir oficialmente ninguna de sus disposiciones. Avanzado para su época, pero acorde con el espíritu de libertad y comprensión que se difundiría por el mundo occidental durante las décadas de los sesenta y setenta del pasado siglo, el Concilio Vaticano II, entre otras cosas, prescribió el uso de las lenguas nativas, prohibiendo el latín como lengua litúrgica, en un intento por que la palabra de Dios fuera comprendida, y se solidarizó con las demás religiones, admitiendo la posibilidad de que cualquier fiel, fuera o no Cristiano, pudiera hallar en su fé el camino de la salvación. Sin embargo, y como consecuencia de esa libertad de credo que implícitamente promulgaba el Concilio, liberando a los católicos de la misión evangelizadora que, con anterioridad al mismo se les suponía indispensable, incurrió en un inesperado peligro, ya que el cese de ese ministerio, el freno en la captación de nuevos adeptos, supuso una dura prueba para sus finanzas y la cuenta de resultados empezó a acusar sus efectos, decreciendo sus ingresos de forma análoga a las deserción dominical de Católicos europeos.

Para cualquier multinacional, y la Iglesia Católica lo es, renunciar a sus tasas de crecimiento en beneficio de competidores mucho mas agresivos, como han resultado ser el Islam o las sectas protestantes de origen Calvinista, muy activas en el continente americano, constituye el peor de los riesgos. La política del actual Papa, al fin, no es mas que una negación del "relativismo" que implícitamente fecundaba aquellos años y aquellas ideas, tan distinta del "objetivismo" Calvinista que ha conseguido sentar su pabellón durante estas últimas décadas de predominio absoluto del dinero y la derecha.

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