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Del marketing al trabajo

Los ministros ya han abierto los telediarios de la Semana Santa. Casi todos los nuevos se han reunidos con los otros nuevos y han escenificado el “ya hemos empezado a trabajar”. Zapatero es un experto en la política de los gestos que es casi siempre la antesala de la política de los hechos. Más les vale. El marketing es indispensable en la vida actual porque ya no se lleva aquello de que “el buen paño en el arca se vende”. El problema es cuando después de los gestos, vienen más gestos y, más tarde, sólo gestos. Los nuevos vicepresidentes y ministros podían haberse ido de vacaciones a pensar qué hacer, pero han preferido salir en la tele. Ahora tienen que hacer algo. Y pronto.

Dicen los sociólogos que los españoles de hoy nos creemos lo que dice cualquiera en la tele, teorías peregrinas expuestas con aparentes credenciales científicas y hasta al Gobierno cuando vaticina que todo va bien. No se si Zapatero ha leído al pensador indio Upanishad Brihadaranyanka –me lo acabo de encontrar en un libro de Deepak Chopra, no crean que lo leo a diario- pero la frase se ajusta a la perfección al proyecto político del presidente: “Eres lo que tu deseo profundo e impulsor. Tal como es tu deseo, así es tu voluntad. Tal como es tu voluntad, así son tus obras. Tal como son tus obras, así es tu destino”.

El problema es que, igual que estamos dispuestos a creérnoslo todo, cuando empieza la incredulidad, no nos creemos nada y ni el deseo ni la voluntad ni las obras ni el destino son lo que iban a ser. Los datos son malos. Las encuestas vaticinan una dura derrota del PSOE en las europeas. En el Congreso, el PSOE está en minoría y sin apoyos para sacar adelante sus leyes y es posible que no pueda aprobar unos nuevos Presupuestos, en vísperas de ocupar la presidencia europea. Ni Salgado ni Blanco ni Chaves transmiten confianza, y lo peor está por venir, previsiblemente en otoño: la crisis social, cuando una buena parte de los parados, muchos de ellos inmigrantes, se queden sin prestaciones de desempleo y no baste con hacerse fotos en el despacho o en una residencia de discapacitados. Parece hasta un poco obsceno decir que 600.000 personas tienen reconocido el derecho a las prestaciones por discapacidad y ocultar cuántas las perciben de verdad. Los derechos, si se reconocen, pero no se cumplen, son peores que los gestos que no se convierten en hechos.

Necesitamos un Gobierno que trabaje y acierte. No podemos perder más tiempo. Los cristianos, que celebramos la Pascua estos días, lo tenemos más fácil. Si creemos en la resurrección y en otra vida posterior, a pesar de lo que vemos cada día, ¿cómo no vamos a tener esperanza en el futuro de España, a pesar de los pesares e, incluso, de quienes nos gobiernan? Feliz Pascua de Resurrección, a la espera de que los ministros se pongan a trabajar en serio.

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