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¡Es la creatividad, estúpido! The Great Schlep

Obama ganó la presidencia gracias a que logró movilizar a una base electoral particularmente activa. Tan activa, que persuadió a otro sector del electorado para que votara por Obama. Es historia: la marca de Obama logró movilizar sectores tradicionalmente apáticos que decantaron la balanza a su favor. Ahora bien, una iniciativa encargada a la agencia neoyorquina Droga5, pudo ser la que marcó la diferencia.

En la agencia, constataron que las dos últimas elecciones se perdieron en Florida. Y, en concreto, vieron que el sector decisivo era el de los pensionistas judíos, por lo general, bastante conservadores y poco amigos de la idea de ver a un negro de nombre musulmán en la presidencia. De modo que pensaron en cómo influir en ellos. Y dieron con una solución tremendamente creativa: los únicos capaces de influir seriamente en los abuelos son sus nietos. Y, casualmente, eran los jóvenes el sector más activo entre los partidarios de Obama.
De modo que crearon The Great Schlept, una iniciativa dirigida a que jóvenes voluntarios judíos viajaran a Florida a explicarle a sus abuelos que Obama no sólo no era tan malo, sino incluso un óptimo candidato. El divertido vídeo que encabeza este post arrasó en la Red (millones de visitas) y, por lo que cuentan, la cobertura mediática fue brutal. La agencia lo resume del siguiente modo.

Resultado: 25.000 voluntarios inscritos y varios miles de abuelos judíos discutiendo de política con sus nietos. Lo demás es historia.
Lo que maravilla de esta iniciativa es que, una vez más, nos pone la creatividad delante de las narices. Tras documentarnos lo suficiente (si alguna vez lo es) acerca de nuestro encargo, tenemos un universo de posibilidades para obtenerlo. Esa es la mayor libertad posible y, tal vez, lo mejor del marketing ¿Recursos? Un vídeo con una buena actriz profesional, un buen guión y una página web muy bien organizada.

La iniciativa es un buen ejemplo de cómo una pizca de creatividad puede haber cambiado la historia del planeta ¿Acaso no podemos hacer lo mismo vendiendo refrescos o taladradoras? No vendemos un presidente para la nación más poderosa del planeta, pero, a la par, podemos darle algo más al cliente y al target: nuestra inteligencia y creatividad. A la larga, mostrar que es posible hacer algo bueno, nuevo, inteligente, valiente y, en el fondo, hermoso. Y eso es algo que nos hace bien a todos y que todos agradecemos. Si no, preguntémosle a Coca-Cola…

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