sábado

Reformas decrecentistas

“El decrecimiento es una buena idea: indica la dirección en que hace falta ir e invita a imaginar cómo vivir mejor consumiendo y trabajando menos y de otra manera. Pero esta buena idea no puede encontrar una traducción política: ningún gobierno se atrevería a ponerla en práctica, ninguno de los actores económicos la aceptaría -a menos que su aplicación no fuera fragmentada en medidas subalternas, escalonada en uno o varios decenios y vaciada así de su potencial de radicalidad para hacerse compatible con la perpetuación del sistema económico dominante” André Gorz.

El viaje decrecentista no será fácil y los peligros de apresuramiento o, por el contrario, de excesiva parsimonia, son reales. Pero la invitación a imaginar ya está hecha. André Gorz nos la hizo con su lucidez habitual. “Reformista revolucionario” en relación al socialismo, probablemente también lo sería en relación a la propuesta decrecentista. Gorz distinguía entre “reformas reformistas” y “reformas no reformistas”. Las primeras son aquellas que subordinan “sus objetivos a los criterios de racionalidad y de posibilidad de un sistema y de una política dada. El reformismo descarta de entrada los objetivos y las reivindicaciones-por muy enraizadas que estén en las necesidades-incompatibles con la conservación del sistema. No es necesariamente reformista, en cambio, una reforma reivindicada no en función de lo que es posible en el marco de un sistema y de una gestión dados, sino de lo que debe ser hecho posible en función de las necesidades y las exigencias humanas”.

Para Gorz, lo que caracteriza a una “lucha de reformas no-reformistas- para las reformas anticapitalistas- es que no hace depender la validez y la carta de ciudadanía de las necesidades de criterios de racionalidad capitalista. Se determina no en función de lo que puede ser sino de lo que debe ser. Y, a la vez, hace depender la posibilidad de alcanzar su objetivo de transformaciones y de medios políticos y económicos a poner en marcha. Estas transformaciones pueden ser bruscas como pueden ser progresivas. (…) Suponen reformas de estructura”.


http://innovacionydecrecimento.blogspot.com/2009/10/el-decrecimiento-es-una-buena-idea.html

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