martes

ALEGRIA, BUEN HUMOR Y CREATIVIDAD

Estoy de buen humor. ! Quiero cantarle a la vida!… que pena que canto tan mal… admiro a los que cantan y sacan música de sus manos ¡Me encanta! Me admiro de los talentos humanos. ¡Hay tanta gente tan creativa! Que me maravillo. Gente que tiene soluciones para los problemas, que hace de la vida una oportunidad para ser feliz, aún en medio de sus responsabilidades y problemas. ¿Quién dijo problemas? Perdón, oportunidad de crecimiento. Cuando Juan XXIII se sentía abrumado por su responsabilidad, le bastaba pensar “Pero, si yo soy el Papa”, para recobrar inmediatamente la alegría.



La alegría, el buen humor son fuentes de creatividad. Un corazón alegre, con paz y lleno de fe en Dios constituye una fuente inagotable de humor para los que son verdaderos cristianos.



Pero ¿Qué pasa que tantas personas andan sumamente preocupados y cabizbajos? Se abruman porque no saben distinguir lo esencial de lo secundario, lo perenne de lo transitorio, lo divino de lo humano, y desde luego, entre lo que es importante y lo meramente personal. Para conseguir un poco de este conocimiento, aunque sea un poco es necesaria la humildad, virtud que es la base de todo crecimiento humano y espiritual. A Francisco de Asís le preguntaron que era necesario para tener la santa alegría, y él contestó: “la santa humildad”. ¿No estaremos llenos de nosotros mismos y por eso nos hace falta la alegría”.



La alegría, el buen humor, la libertad de espíritu son temas que siempre me han gustado, ¿Será porque los necesito tanto?... no sé, pero cada vez más necesito de esas actitudes en mi vida. En ese tenor de ideas, hace unos años leí un libro de José M. Cabodevilla: “La jirafa tienen ideas muy elevadas”, donde el autor da un método muy sencillo para aquellos que andan tan preocupados que han perdido su alegría y paz. El invita a la persona que visite el zoológico y busque la sección de hipopótamos… si, la de hipopótamos. Una vez allí ha de sentarse donde pueda verlos bien y que espere; tal vez tenga que esperar varias horas, pero después comprenderá que valía la pena: cualquier sacrificio resulta pequeño a cambio de conseguir ver bostezar a un hipopótamo. ¡Qué espectáculo! Dice él: “Nada más admirable y nada más edificante que esa demostración que nos ofrece el hipopótamo, de su profunda paz interior, ese tranquilo señorío de quien se sabe en posesión de sí mismo, esa soberana indiferencia suya hacia las cosas mundanas y contingentes por las que nosotros tanto nos afanamos”. El afirma que después de asistir al un bostezo de un hipopótamo, los cuales no son frecuentes pero son enormes, la persona se sentirá distinta, con una gran serenidad de espíritu, con un convencimiento muy hondo de que todas sus impaciencias, preocupaciones y angustias eran absolutamente insignificantes.



Bien, con hipopótamo o sin él, creo que entendimos la lección. Somos nosotros los que complicamos la vida. El sabernos amados por Dios y creaturas hechas a Su imagen y semejanza nos debe llenar de fe, alegría, y buen humor… la creatividad, para resolver nuestros problemas surgirá como inspiración de Dios… y todo será distinto. Así que a cantarle a la vida… y si cantan tan mal como esta servidora, háganlo en el baño. ¡A ser felices y creativos! ¡Viva el buen humor!



“No permitas, Señor que me preocupe demasiado de mi mismo ni que me conceda una importancia indebida; Dios mío, dame sentido del humor”. Así rezaba Santo Tomás Moro.




http://www.minutoheroico.com/2009/11/necesitamos-alegria-buen-humor-y.html

No hay comentarios: