sábado

Reiki y esoterismo

La popular técnica de manejo de energías tendría orígenes milenarios.


Aunque me ha granjeado el ceño fruncido de muchos colegas, he escrito en muchas ocasiones que la Parapsicología –sin prescindir de su utilidad, su fascinación, sus pocas certezas y muchas preguntas- es demodé. La propia etimología de la palabra ya no alcanza para abarcar todo lo que hacemos los parapsicólogos que, por extensión, ya no somos parapsicólogos. Para algunos diletantes de estas disciplinas, es “antigua”: fue, pobre anciana tullida, avasallada por una multitud vociferante y entusiasta de nuevas técnicas o místicas: que “magnified healing”, que angeleología, que Mer-kha-bha, que metafísica (cristiana o no), que gnosis, que terapia con cristales, que Ishayas, que cuanto redescubrimiento espiritual o simple mercantilismo fenicio con aires de novedoso –o metamilenario, según el caso- surja por ahí. Pobre Parapsicología. Aún, tiene que soportar el strip tease brutal y semiológico que hacemos sus propios apasionados. ¿Qué es la Radiónica –rama de la Parapsicología- sino la vieja Magia Mental y Magia Ceremonial del Ocultismo con herramientas eléctricas o electrónicas, sin velas ni “ocultum”?. ¿Qué es la investigación psicofónica, sino necromancia con baterías?

Y aún así, es invalorable. Se equivocan los parapsicólogos que tratan de disfrazarse de “científicos”, sólo por una ansiada –y jamás alcanzada- jerarquización académica que siempre les esquivará porque la Parapsicología es Esoterismo puro. Con lenguaje, modismos e instrumentos de esta era, sí. Pero no descubre nada nuevo. Avanza sobre terreno hollado desde hace cientos, miles de años. Y nos permite, sí, descubrir nuevas preguntas y obtener un pedazo más del conocimiento universal.

Por la misma razón, toda técnica novedosa o redescubierta que se postule como absolutamente original debe ser, en ese contexto, puesta en caja. Y escribo entonces este artículo para señalar, por esa razón, un vaso comunicante entre el Reiki –tan masivo, tan especial, sea de la escuela que fuere- y el Esoterismo tradicional y milenario.

Soy consciente de que muchos amigos y amigas de Al Filo de la Realidad son reikistas y algunos/as de ellos/as podrían sentirse incómodos por estos comentarios. El sentido común del medio periodístico –este lo es- busca privilegiar la expansión de ese medio y entonces soslaya decir algunas cosas que puedan incomodar a algunos lectores que supo conseguir. Pero insistiré en estas observaciones por tres razones:

1) Porque sé de muchos reikistas que, amando su disciplina, no caerían en el error de considerarla el “non plus ultra” del saber.

2) Porque sé de muchos reikistas para quienes esto que señalaré no será nada nuevo (y a ellos mi disculpas por el tiempo perdido)

3) Porque hay un segmento de reikistas que sí creen que el Reiki es “lo más”. Lo único. Insuperable. Excelso. Y, claro, reservado sólo para una élite. Entre la que se encuentran, precisamente, quienes lo dicen.

Disparan estas líneas estar escuchando, de un tiempo a esta parte, reikistas que se consideran especiales por hacer reiki. Instructores de reiki que inician sus seminarios afirmando: “esto no es mentalismo, ni parapsicología. Olvídense de todo ello. Esto es (superior, distinto, mejor, etc.)”. A ellos, en realidad, escribo. Sé que el Reiki es maravilloso, y precisamente por el respeto que se merece creo que estas damas y caballeros deben bajarse del caballo porque la silla de montar está floja.
Damas y caballeros ultra-reikistas. Lamento informarles que el Reiki sí es Esoterismo. Puro. Tradicional.

Como sabemos, las enseñanzas de Reiki se construyen sobre estos tres pilares (estuve tentado de escribir: sobre esta Trinidad):

a) Canalización de energías cósmicas.

b) Aplicación y direccionamiento de la misma mediante símbolos y manipulaciones gestuales.

c) El “linaje espiritual”: un reikista es creíble en tanto y en cuanto pueda dar testimonio de haber sido iniciado por otro reikista que además ha sido iniciado por otro... hasta el inicio de la escuela (sea Usui, Shambala, etc.)

Y uno, modesto parapsicólogo con más de 30 años en la profesión, encuentra en el camino el Reiki y se pregunta:

-¿Canalización de energías? La Parapsicología –que, insisto, no descubrió tampoco nada en este sentido- lo viene haciendo desde siempre (aún recuerdo mis clases en el ya desaparecido Instituto Americano de Parapsicología de Buenos Aires donde, con asombrados 15 años, observaba todas las técnicas imaginables – o no- de “pases de energía”).

-¿Imposición de símbolos? Pero en Ocultismo trabajamos con símbolos –físicos, es decir, grabados, o mentales, es decir, la visualización de los mismos- desde que me recuerdo con nariz. Y símbolos asociados a “mudras”... aún corretea por ahí, gruñona y desdentada en su vejez, alguna perrita dutschund que supe tratar como parte de mis primeros casos “profesionales”.

-¿Linaje? Pero, ¿no es esta la esencia de todas las sociedades iniciáticas y probacionistas, masones, rosacruces, templarios y un interminable etcétera?

En síntesis: ¿Dónde, la originalidad? ¿Dónde la “distinción”? ¿Qué los hace especiales?

En alguna medida –en alguna gran medida- intuyo que con el Reiki está ocurriendo algo similar a lo que –acudo a los memoriosos- ocurría con el famoso Control Mental Silva a principios de los 80. También era concebido por algunos como elitista.

También su “tercer nivel” era económicamente accesible a unos pocos. También sus “graduados” –como gustaban autodenominarse quienes habían llegado a ese punto- tenían reuniones especiales, portaban credenciales, se señalaban como
parte de un Parnaso mentalista. ¿Y qué ocurrió? Yo hice Silva en su momento. Y sin creerme disparador de ningún proceso, fue en ese entonces que comprobé dos cosas: una que era un muy buen sistema de control mental, pero con un “marketing” superior a sus efectos. Otra, que poco a poco la misma ley de oferta y demanda llevó a que los instructores se volvieran o más exigentes en las condiciones de admisión, o por el contrario extremadamente liberales –y esto, no en un sentido humano sino financiero- pero el tiempo de Silva pasó. Sigue siendo el mismo buen método de control mental de siempre. Pero del orgullo y la soberbia de algunos de sus graduados de entonces queda apenas el recuerdo.
Insisto porque sé que no faltará el atolondrado que leerá mal –una epidemia en Internet- No estoy desvalorizando el Reiki. No estoy descalificando sus logros espectaculares de los que he sido testigo. Nada más, simplemente, pido a algunos de sus cultores un poco de modestia. Y a algunos de sus instructores –que sé que leerán esto- la picardía de descubrir que el rótulo de “maestros ascendidos” deberán ganárselo en otras lides.

http://www.unoentrerios.com.ar/contenidos/2009/11/06/Reiki-y-esoterismo-0052.html


1 comentario:

hechizos dijo...

hola, creo en el ocultismo, esoterismos, etc.. no creo k sea un pecado, si, es malo si practicas con el mal, para hacer daño, pero si saves bien del tema puede ser un mundo arabilloso, pero es eso si saves bien, as estudiado y tienes buenas fuentes, y aun asi sin pasarse xk se de primera mano k si te metes mucho puede spasarlo mal, los que dicen k es una tonteria pueden ser simplemente persona sk prefieren las respuestas cientificas las cuales pueden comprender, ver y tocar, tambien por el miedo.. e de hay.. la ignorancia es al felicidad...