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Sociedad del Conocimiento

Mapa Conceptual para la Gestión de Organizaciones Complejas en un mundo altamente interrelacionado


Jaime Yanes Guzmán
Licenciado en Ciencia Política. Doctor en Filosofía
Profesor Universidad de Chile y de la Universidad Tecnológica Metropolitana Virtual

El “Mapa Conceptual para la Gestión de Organizaciones Complejas” es una herramienta estratégica en la época actual, para asegurar no sólo el éxito de cualquier emprendimiento desde el punto de vista de su eficacia y eficiencia, sino además porque la gestión debe ser vista como biogestión, es decir, gestión organizacional a través de mapas conceptuales colocando en el centro de sus preocupaciones el desarrollo integral de los seres humanos y su vinculación permanente, en un adecuado equilibrio, con GAIA o el planeta entendido como ser vivo.

COMPLEJIDAD DE LOS SISTEMAS ORGANIZACIONALES

La sociedad contemporánea informatizada y tecnologizada posee altos niveles de complejidad o sobreabundancia de información que son generados por su propio desarrollado. Este acelerado desarrollo incrementa sin cesar y exponencialmente los elementos que lo componen, dificultando al mismo tiempo que todos ellos se relacionen o interconecten. Esta complejidad se reproduce en los distintos niveles de formación de las organizaciones que conforman la sociedad.

La sociedad no se puede pre-determinar a través de modelos. Por el contrario, el suceder de las sociedades contemporáneas y sus organizaciones están atravesadas por altos niveles de incertidumbre. Esta incertidumbre está relacionada al mismo tiempo por la posición que los acontecimientos toman en un momento determinado y por su velocidad de movimiento y transformación, que se incrementa constantemente en la medida que aumentan también los elementos que componen esos acontecimientos o singularidades. El principio de incertidumbre es una propiedad fundamental del mundo, la sociedad y las organizaciones en general, y por ello no se pueden predecir los acontecimientos futuros con exactitud, e incluso se hace difícil medir el propio presente. “(Hawking, 1995).

Los distintos acontecimientos, contingencias o singularidades que suceden en las organizaciones obliga a éstas, para mantenerse como sistemas, a que sus elementos constitutivos dispongan de cierta densidad dando origen a un “clivaje” operacional que separa a un subconjunto (sistema) de otros elementos (entorno). El nuevo sistema interactúa internamente con autonomía respecto del entorno, pero al mismo tiempo liberando energías a ese entorno, provocando a su vez una fuerte interacción entre todos los sistemas. Frente a estos sucesos cada sistema entrará en la zona de influencia del suceder gatillando en ellos perturbaciones a las cuales responderá con su propia entropía interna o los requisitos de variabilidad necesarios para reaccionar a cada estado del suceder del entorno. Ello provocará en las organizaciones sistémicas profundas transformaciones, pero los cambios que éstas asuman, a pesar que son gatillados por perturbaciones o anomalías que provienen del entorno, sucederán sólo a partir de la identidad y de las propiedades de autocreación (autopoiesis) de las propias organizaciones (Maturana, ..... ).

El nacimiento de un sistema organizacional es el surgimiento de un orden determinado a partir del caos como formación espontánea de sistema y medio. El observador no se anticipa al surgimiento de un sistema, al inicio de la conservación de una organización que no preexistía porque no ve las coherencias estructurales (mecanismo generativo, conocimientos previos) desde donde surge, desde donde lo nuevo tiene sentido relacional. Podemos afirmar entonces, que el fenómeno organizacional puede ser comprendido como un continuo surgir del caos, el inicio de la conservación de una organización que no preexistía.

REDUCCIÓN DE LA COMPLEJIDAD

Para reducir la complejidad de los sistemas organizacionales contemporáneos, sus conocimientos previos tiene que tener también un carácter holista, una visión de totalidad que tiene que ver con una forma de comprensión de la realidad en función de totalidades de procesos integrados. En primer lugar hace referencia a un tipo de conciencia integral, que no es otra cosa que el estado despierto de la conciencia libre de condicionamientos dogmáticos. Holista también significa que la realidad es un todo no dividido, que no está fragmentado, que el todo es la realidad fundamental. Desde la visión holista el universo, la naturaleza y la sociedad es un holos, un todo en que los fraccionamientos en partes se realizan sólo con fines analíticos. Las características del todo están en cada una de sus partes y cada una de sus partes es reflejo del todo. Desde una perspectiva holística, en el espacio no existen las fronteras, sino interrelaciones y conexiones, de las partes con el todo y del todo con las partes. (May, 2000).

Asumir una visión holístico-sistémica del mundo actual y sus instituciones implica realizar una adecuada contextualización. Contextualizar implica entender coherentemente los fundamentos más profundos de la sociedad desde la cual surgirán las organizaciones que la componen. Lo anterior significa que lo principal en los gestores modernos es definir y tomar en cuenta los elementos contextuales en que las organizaciones se desenvuelven, esto es las transformaciones económicas, tecnológicas, culturales, científicas, éticas, sociales, ecológicas y políticas, y de preferencia de la gente a fin de imprimir coherencia y eficacia a las instituciones de todo tipo. (Tomassini). Esta contextualización nos debe forzar a reconsiderar nuestra dependencia de la naturaleza, a través de una nueva concepción que haga hincapié en la simbiosis o armonía de la gente con la naturaleza y demás seres vivos, pasando de una postura antagonista a una no antagonista con la biósfera.

Contextualizar es descubrir los fundamentos más profundos del desarrollo de la sociedad, ese lazo interno entre dos fenómenos, un lazo general, duradero, esencial, permanente que interrelaciona a todas las organizaciones y a las propias organizaciones. En la sociedad, los fundamentos o regularidades que caracterizan un contexto o entorno, se materializan por medio de la actividad de la gente, sólo existe a través y en las relaciones sociales de esa gente.

La regularidad explica nuestro mundo como un mundo que hacemos emerger con otros seres, como una mezcla de tendencia regular y mutabilidad, como un mundo que aparece como sólido y movedizo al mismo tiempo. La regularidad es propia del acoplamiento estructural de los grupos sociales en su tradición cultural, como una manera de ver y actuar. Las regularidades son entendidas como el resultado de una historia conjunta, como una congruencia que se despliega a partir de una larga historia de co-determinación. (Varela, 2000).

Conocer estas tendencias o fundamentos de la sociedad que están en la base del surgimiento de las organizaciones no puede tener lugar con independencia del observador, el cual constituye la explicación de los acontecimientos que se quieren explicar. No existen para cada suceder “dominios únicos de realidad”, una referencia trascendental para validar sus explicaciones. Por el contrario, la creación de dominios cognitivos por parte del o los observadores juega un rol fundamental en la explicación de las características organizacionales que emergen en escenarios fundados por un entorno compuesto de determinadas configuraciones relacionales de carácter sistémico. Un dominio cognitivo son criterios que un observador utiliza para valorar conductas de terceros, para aceptarlas como adecuada o no y para explicar su propia práctica. (Maturana).

GESTIÓN DE ORGANIZACIONES COMPLEJAS

Si cuando el paradigma de una época cambia y cambia también radicalmente la estrategia de desarrollo de una sociedad o de todo el planeta, y estos cambios no son conocidos científicamente por la gestión estratégica de una organización, éstas realizan sus cambios en forma tardía. Es necesario entonces, una nueva ciencia de la gestión mucho más sensible a los desafíos planteados a la sociedad por la emergencia de un nuevo paradigma tecnológico que está ampliando extraordinariamente las opciones personales, organizacionales y de toda la sociedad. Ignorar esta nueva situación sólo dificulta la construcción de un nuevo enfoque de gestión de organizaciones complejas.

Esta nueva gestión debe ser una gestión del conocimiento que tiene que ser capaz de comprender lo que las organizaciones deben saber sobre su visión y misión en el medio en que actúan, saber sus procesos, estructuras, productos, mercados, clientes, personas, etc., y cómo se combinan estos elementos para hacer de una organización una institución exitosa. Es el proceso de crear continuamente conocimientos nuevos de todo tipo que están omnipresente en todos y cada una de las personas integrantes de las organizaciones, con el fin de satisfacer necesidades presentes y futuras, para desarrollar nuevas oportunidades y cumplir con la misión y los objetivos de la organización con profundo respeto a lo humano, a través del desarrollo de activos de conocimientos.

Se trata de obtener los objetivos de una institución por medio de una nueva gestión organizacional que debe entender al planeta y a nuestro propio país como una presencia viviente o Gaia con actividades integradas que respeten las leyes ecológicas, poniendo énfasis en la integración de la vida y la preservación de todos los sistemas vivientes. Deben ser organizaciones que se desarrollen desde la naturaleza misma, situadas en ella y sin entrar en contradicción con este medio natural del ser humano. Debe ser una gestión que asegure libertad de autoexpresión para todos en un proceso permanente de aprendizaje colectivo e individual; que diluya los límites entre la vida laboral y personal; que supere la violencia estructural en las distintas esferas de la vida laboral y personal; que reconozca la conexión mente-cuerpo; que introduzca los principios de la tecnología apropiada en función del desarrollo integral, democrático y social de todos los seres humanos, y; que fortalezca la unión de lo racional, emocional y ético en todas las esferas de la vida.

GESTIÓN POR MAPAS CONCEPTUALES

El conocimiento consiste en creencias, perspectivas y conceptos, juicios y expectativas, metodologías y know how. Son estos conocimientos utilizados como conocimientos previos que en el marco de una determinada experiencia transforman la información en nuevos conocimientos. Por ello el conocimiento es un activo intangible, volátil y difícil de concretar y retener.

El conocimiento se plasma a través de los conceptos. El concepto es la forma del pensamiento humano que permite atribuir a las cosas sus caracteres generales y esenciales. Como el contenido del conocimiento es el conocimiento mismo, una organización compleja entendida como observador no construyen su sistema de conceptos por instrucciones o informaciones que surgen como alteraciones del entorno. Al suceder estas anomalías en el entorno en forma de nuevos sucesos, ellas se producen como perturbaciones en el límite del sistema organizacional del observador. Para entender estos nuevos acontecimientos, las estructuras organizacionales complejas como sistema de observación, crean sistemas conceptuales como mecanismos explicativos que les permite asumir estos nuevos sucesos como elementos propios.

El concepto que explica este nuevo suceso es producto de esta interacción entre el observador y el objeto o suceso que se quiere explicar. Estas teorías explicativas son afirmaciones que se validan por sí misma porque precisamente el contenido del conocimiento es el mismo conocimiento. Los conceptos expresan la realidad como “objetividad con paréntesis” (Maturana) en la medida en que los conocimientos previos se construyen a partir de la propia praxis del vivir del observador, que como ya se afirmo anteriormente, ha sido fundamentados sobre la base de las tendencias más profundas del desarrollo de la sociedad y la naturaleza, lo que da lo concreto en toda su magnitud del fenómeno a investigar.

El concepto es entonces una codefinición o codeterminación que se produce en un proceso simultaneo donde el observador observa un acontecer en el marco de las propiedades, conexiones y relaciones más generales del mundo real en que éste se produce y reproduce, y al mismo tiempo le pone al suceder a través de los conceptos que se refieren a él los rasgos de su propia mirada o un paréntesis, porque lo hace desde sus conocimientos previos. Estos y su sistema de conceptos a su vez también han sido construidos de la misma forma, en un proceso sin cesar denominado circularidad cognoscitiva tautológica.

En el marco antes descrito, los mapas conceptuales permiten en la gestión organizacional moderna ir construyendo colectivamente los conocimientos previos que van conformando tanto el talento individual como organizacional de cualquier emprendimiento institucional. Enriquece los conocimientos previos porque busca asociar e interrelacionar todos aquellos conceptos supraordinados, coordinados o subordinados que permitan explicar un determinado acontecer organizacional en la época actual. Los conceptos supraordinados serán aquellos que expresan los fundamentos más profundos de la sociedad que generan un suceso. Los conceptos coordinados serán otros sucesos relacionales al acontecer que queremos entender y que han sido generados por los mismos fundamentos. Los conceptos subordinados son aquellos relacionados con contingencias generadas a partir del suceso que buscamos explicar.

El mapa conceptual tiene un alto poder de visualización para describir fenómenos, pero al mismo tiempo es una poderosa herramienta de discriminación de todo aquello que pudiera sólo expresar aspectos no centrales o esenciales de los sucesos que nos interesa comprender sus fundamentos.

CALIDAD Y COMPETENCIAS INTEGRALES

Para desarrollar un mapa conceptual para gestionar organizaciones complejas es necesario buscar calidad en el mapa conceptual para asegura calidad en la gestión. Al igual que el resto de los fenómenos sociales, la calidad está en permanente cambio y desarrollo, pero esta inestabilidad no le impide poseer contenidos determinados que la caracterizan de una forma concreta y objetiva en un período de tiempo determinado. En los procesos sociales no hay nada que exista como proceso hereditario inmutable, y que por el contrario todo fenómeno social se adapta como un organismo a sus condiciones de existencia, modificándose el tipo de metabolismo entre la calidad y su medio exterior que lleva prontamente a transformaciones profundas en la propia calidad.

Para construir el mapa conceptual se debe asumir que la calidad del trabajo de toda organización compleja esta determinado por una gran cantidad de factores como el nivel de desarrollo de la ciencia y la tecnología y la organización de la producción en un momento histórico concreto y el vasto círculo de problemas sociales y morales que engendran, así como la producción de valores espirituales, de las relaciones de las personas entre ellas y con los intereses de la sociedad, las diversas visiones del mundo, producción de servicios, de la gestión en la producción de conocimientos, la eficacia y la eficiencia de las investigaciones científicas, del carácter de los conocimientos que adquieren los alumnos, los procesos de marginalización que se generan y los niveles de tecnologización e informatización de las diversas personas e instituciones, entre otros.

En esta perspectiva, el mapa conceptual debe buscar la calidad de la gestión por medio de competencias integrales. Las competencias integrales son el conjunto de valores, normas, conocimientos, conocimientos técnicos prácticos, conocimientos técnicos emparentados con la profesión, lenguajes, roles, habilidades, capacidades de intervención, culturas determinadas, actitudes, identidad, visiones y prácticas vinculadas directamente al desempeño laboral estructurados dinámicamente y que tienen necesariamente el carácter de transversales, genéricas, de competencias claves y que le permite a las organizaciones complejas gestionar adecuadamente los acontecimientos a los cuales se ve enfrentado.

El mapa conceptual debe permitir en primer lugar, desarrollar competencias entendidas como el conjunto de conocimientos previos con los cuales un observador conoce un acontecer Hoy, en el marco de la revolución científico-tecnológica la sociedad plantea complejísimos problemas y para enfrentarlos son necesarias nuevas competencias relacionados con conocimientos especiales y muy profundos del funcionamiento de la sociedad, así como de medios eficaces para superarlos. Las competencias son la capacidad de realizar tareas de manera satisfactoria, combinando estas diversas capacidades cognoscitivas que sirven para explicar situaciones de contingencia, reorganizando constantemente los múltiples aprendizajes para situaciones nuevas y colocando al ser humano –a todos y todo el ser humano- en el centro de sus preocupaciones.

En segundo lugar el mapa conceptual debe fortalecer competencias como habilidades para combinar diferentes conocimientos para comprender, aislar y solucionar problemas. En este sentido las competencias son la capacidad de seleccionar adecuadamente los elementos y movilizar los recursos para hacer exitosa una acción, de poner en obra una secuencia de movimientos para lograr un objetivo, de construir respuestas adecuadas a las situaciones planteadas y evaluar los resultados de su accionar para integrar nuevas medidas en su proyecto de intervención, de aprender frente a los obstáculos con los que se encuentra, enriqueciéndose de las enseñanzas de sus experiencias y a partir de ellas, crear nuevos modelos de transformación del entorno a través de nuevos conocimientos colectivos.

El mapa conceptual para gestionar organizaciones complejas debe entregar competencia que de capacidades y habilidades para saber hacer las cosas, resolver los problemas prácticos, poseer no solo espíritu teórico, sino además espíritu práctico, el saber hacer. El espíritu práctico en la competencia es la capacidad de utilizar con la mayor eficacia posible los recursos de que se disponen en beneficio de toda la sociedad y de cada persona en particular, transformando la inteligencia teórica en inteligencia práctica.

La gestión en organizaciones complejas por competencias integrales debe tener un sentido de actuación, de operacionalización que estén estrechamente vinculadas a la actividad en la que se manifiestan concretamente. Pero al mismo tiempo las competencias se aprenden en una construcción colectiva, combinando aprendizajes teóricos con aprendizajes de experiencias que permiten ser estructurados a través de habilidades diversas para generar habilidades más complejas y que son sólo observables en sus manifestaciones: es una producción de inteligencia permanente, de creación continua de conocimientos sistémicos y holísticos nuevos en beneficio de todos.

Por último, la gestión de organizaciones complejas debe desarrollar mapas conceptuales para generar competencias en el saber ser, que implica la capacidad de mirarse, de reconocerse y de valorase para conectarse con los más profundo que tiene como persona y desde aquí respetar, comprender y acompañar los procesos de crecimientos y desarrollo de las personas con quienes trabaje.



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