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Cómo distinguir el coaching malo y las pseudo-psicologías (666)

Esta anotación en Twitter de @capitan_ahab muestra en menos de 140 caracteres que entre tanta psicolabia, autoayuda de salón y coaching no siempre tan transparente como quisiéramos, cuando se trata de mejorar nuestra vida profesional y personal con el apoyo de profesionales terminamos por despistarnos y dejamos de atender a la cuestión más importante: ¿realmente funcionan las técnicas y procedimientos que en demasiadas ocasiones nos venden casi como milagrosos? ¿Cuánto hay de efecto placebo que durará sólo un tiempo? Al final, la cuestión no es otra que la de la calidad de la evidencia, dijo Carl Sagan.

Encuentro en Conducta.org un artículo de Jorge Campo titulado “Terapias pseudo científicas: algunas señales de peligro” que detalla 15 indicadores que nos permiten evaluar a priori la probabilidad de que una determinada técnica de cambio o un modelo de intervención en concreto sean en el mejor de los casos, inefectivos, y en el peor, dañinos para la vida de una persona y para su bolsillo.

Jorge se centra en la psicología clínica pero estos criterios pueden aplicarse fácilmente a otros campos relacionados directa o indirectamente con la psicología personal y profesional como el coaching e incluso el management y la consultoría en los que demasiados profesionales, con un afán legítimo de venta pero cuestionable éticamente, publicitan que sus servicios mejoran tu vida o la de tu empresa en lo que duran dos telediarios.

Por supuesto que existen profesionales efectivos y rigurosos, pero la falta de evaluaciones sistemáticas y transparentes sometidas a una “comunidad científica” en el campo de que se trate, como ocurre en otras áreas del saber y del hacer, impide valorar la validez de sus prácticas. La endogamia y el corporativismo que existen en estes contextos precisamente tampoco ayudan a despejar muchas dudas. No estoy diciendo que todas las intervenciones deban demostrar inmediatamente y en todos los casos su supuesta eficacia, sino que tienen que realizarse de tal forma que puedan ser evaluadas operativamente por otros profesionales. Todas las disciplinas que no tengan vocación de avance científico necesariamente seguirán estando más cercanas a la literatura y al neblinoso género de las seudociencias.

A mí en particular, de esos 15 indicadores el que me pone los pelos profesionales de punta es el primero: aquellos que prometen éxitos con tanta alegría como poca prudencia me parecen grandes profesionales del marketing pero no tanto de la psicología o de sus disciplinadas relacionadas como el coaching. Allá cada uno/a, pero ya lo dijo Woody Allen:

“Me ha costado 10 años alcanzar el éxito de la noche a la mañana.”

15 criterios para descubrir terapias pseudocientíficas

1. Proclaman obtener un “gran éxito” en sus resultados.
2. Prometen efectos rápidos.
3. Se dice que la terapia es eficaz para muchos síntomas o desórdenes.
4. “La teoría” detrás de la terapia contradice el conocimiento objetivo (y a veces, el sentido común).
5. Se dice que la terapia es fácil administrar, requiriendo un pequeño entrenamiento o especialización.
6. Se señala de otros tratamientos efectivos, que son innecesarios, inferiores, o dañinos.
7. los promotores de la terapia trabajan fuera de su área de especialización.
8. los promotores se benefician financieramente de forma directa o indirecta con la adopción de la terapia.
9. los testimonios, anécdotas, o las historias personales se ofrecen como apoyo de la efectividad de la terapia, pero se ofrece escasa o ninguna evidencia objetiva.
10. Se ofrecen argumentos y eslóganes emocionalmente sobrecogedores para la comercialización de la terapia.
11. Se dicen que la creencia y la fe son necesarias para que la terapia produzca “efectos”.
12. Se dice que el escepticismo y la evaluación crítica provoca que los efectos de terapia se evaporen.
13. Los promotores se resisten a la evaluación objetiva y escrutinio del la terapia por otros.
14. Se ignoran los resultados negativos de los estudios científicos o se rechazan.
15. Los críticos y los investigadores científicos son tratados con hostilidad, y se les acusa de perseguir a los promotores, tener la “mente cerrada” o tener segundas intenciones para “hurgar” en la terapia.



http://yoriento.com/2010/01/como-distinguir-el-coaching-malo-y-las-pseudo-psicologias-666.html/

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