Eterna pregunta sin respuesta. Para encontrar las mejores soluciones debemos formular las adecuadas preguntas. La técnica de las preguntas es una buena alternativa para reflexionar, para plantearse el pensamiento lateral, para llegar a conclusiones. Si preguntásemos "¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?", encontraríamos estudios muy versados sobre el principio y final de muchas cosas, sobre las causas y sus efectos, o viceversa. Si nos centramos en el fútbol, formulemos una pregunta oportuna… "¿Se consolidará esta temporada la tendencia hacia las rotaciones en las alineaciones de los equipos de fútbol?". Y es que los medios de comunicación especializados están siendo muy críticos con dicha metodología, lo que provoca reacciones agresivas en la masa, a pesar de las razones prácticas aconsejadas sobre todo por entrenadores y servicios médicos. En baloncesto, o en balonmano, no se cuestionan las rotaciones porque las consideran algo natural; e incluso están reguladas en los reglamentos de competición.
"En el fútbol, ¿Para qué se sientan 18 jugadores en los banquillos de los equipos de Primera División?" Cualquier aficionado normal entendería la posibilidad de que, durante el partido, pudieran jugar todos los futbolistas del banquillo. Ahora bien, las respuestas serían opacas si preguntásemos: "¿Por qué continúan viviendo los traficantes de drogas con sus madres?"; o "¿Qué tienen en común un maestro de escuela y un luchador de sumo?". Sin embargo, sería más fácil responder a esta otra: "¿Cómo se atreve el entrenador Manolo Preciado, con su Sporting de Gijón, a jugar siempre al ataque?". Comparto que la mejor manera de defenderse es impulsar al equipo hacia delante, atacando el balón en las salidas del contrario, recuperarlo y avanzar de nuevo hacia la portería contraria. Aplaudo que Preciado piense que atacando puede ganar más veces, mientras que defendiendo siempre perdería al final del partido o, como máximo, conseguiría algún empate aislado… Por lo que admiro la valentía del Gijón, de su entrenador y jugadores, de su increíble afición, por su generosidad con el espectáculo futbolístico. Mi reconocimiento.
Mientras la UEFA está implantando un modelo para examinar a los árbitros, denominando como "extraordinaria" la mejor calificación e "inaceptable" la peor, hay que cuestionarse: "¿Qué le llevó al árbitro suizo Mássimo Bussaca para hacer una "peineta" a los aficionados en pleno partido?" "¿Cómo sería calificada su actuación?" Pero solo hubo que esperar a enero de 2010, donde la votación de un jurado con representantes de 81 paises, el suizo fue considerado el mejor árbitro del mundo en 2009, obteniendo 225 puntos frente a los 147 del segundo clasificado, el italiano Roberto Rosetti. Lo cual quedará registrado en el ranking mundial que prepara oficiosamente todos los años la Federación Internacional de Historia y Estadísticas del Fútbol.
Pero veamos otra curiosidad insoluble, que desconozco si aparecerá un buen día en citado ranking mundial. Dice el Reglamento: "En caso de que un balón adicional entre en el terreno de juego durante el partido, el árbitro deberá interrumpir el juego únicamente si dicho balón adicional interfiere en el juego". Y añade: "El árbitro interrumpirá, suspenderá o abandonará el partido por cualquier tipo de interferencia externa". Sin embargo, el día 17 de octubre, en el partido Sunderland – Liverpool, un niño tiró al campo una pelota roja, grande, parecida a las de playa, rodó delante de Reina el portero del Liverpool. En ese momento, un jugador del Sunderland tiró a puerta, el balón del partido tropezó con la pelota roja, se desvió y entró en la portería de Reina que fue confundido con el rebote. El árbitro pitó gol y supuso la victoria del Sunderland. "¿Por qué un árbitro está en el campo de juego para legalizar situaciones y él mismo comete la mayor ilegalidad?"
Por eso, no me extrañaron titulares periodísticos como "Pelota roja de playa 1- Liverpool 0". Y la broma continuó cuando el News of the World consiguió la exclusiva mundial al entrevistar al balón de plástico:"Estoy lleno de orgullo por mi influencia en el resultado. Mi ego está inflado después de haber sido el participante clave de la victoria". Bromas y surrealismo. El gravísimo error del árbitro Mike Jones no fue subsanado y el resultado quedó inamovible. "¿Por qué…?" Sigamos con los surrealismos alocados de este capítulo: "Si partes una galleta para darle una mitad a un niño, ¿Qué mitad cogerá el niño?". O esta otra: "¿Cómo pudieron equivocarse tanto los economistas en la última crisis global?". Afirmo que, si al niño le echásemos media galleta y un balón de fútbol, es seguro que siempre iría detrás de la pelota. Es uno de los misterios del fútbol mejor resueltos... por los niños. Respecto a los economistas, ya hemos comentado otras veces que son como los malos entrenadores de fútbol, ya que dan las mejores explicaciones tácticas al final de los partidos, casi siempre cuando han perdido. Aunque, sin olvidarnos que lo mismo les pasa a los comentaristas de los partidos que disponen de todas las soluciones cuando ya el partido discurrió.
Siempre me pregunté: "¿Por qué los equipos no contratan a entrenadores tan especiales como Johan Cruyff, Menotti, Jorge Valdano, Arrigo Sacchi, Pacho Maturana, Víctor Fernández y gente de ese extraordinario nivel? No hace tanto que una empresa española rechazaba la propuesta de empleo de una joven administrativa... La empresa le dirigió una carta en relación con el proceso de selección: "Le indicamos que hemos rechazado su candidatura porque Vd., está muy por encima del puesto solicitado". Puestas así las cosas, cuestionaría: "¿Qué criterios manejan los presidentes de los clubes de fútbol para contratar a sus entrenadores?" "¿Y para echarlos…?" Quizás en el fútbol debiéramos actuar con la filosofía de aquel dicho anónimo: "La única vez que tuve razón fue aquella que pensé que me había equivocado". Lógica que no utilizó un ex árbitro que comentó en una emisora importante durante el partido Barcelona – Real Madrid, el día 29 de noviembre de 2009: "El Real Madrid ha tenido un bajón físico. Las faltas cometidas por ambos equipos ya se han igualado". En la misma retransmisión, hacia el minuto 30 de la primera parte, se había facilitado el dato de que el Barça llevaba cometidas 8 faltas y el Real Madrid 4. Por lo que le preguntaría al ex árbitro: "¿Es que el Barça tenía bajón físico al principio del partido cuando había cometido el doble de faltas que el Real Madrid?". Una vez más, haré caso del dicho anónimo: "La verdad absoluta no existe, y esto es absolutamente cierto".
Se hace necesario en el fútbol discernir con mayor criterio las relaciones de causa y efecto. Porque las disquisiciones sobre los bajones físicos del Real Madrid, en las segundas partes, forman parte de un debate temporal al que se alineó el comentarista anterior y él alimentaba aquel fuego. Y, de nuevo, el 6 de diciembre apareció en un periódico deportivo de la máxima difusión la pregunta "¿Por qué el Madrid se cae en las segundas partes? ¿Cuestión física? ¿Cuestión mental? ¿Fenómeno paranormal? ¿Lentitud del ingeniero en hacer los cambios? Muchas son las hipótesis, pero ninguna es plausible". Sin duda, no había leído el periodista los datos estadísticos publicados por un colega de su más inmediata competencia, justo el día antes: "… El Madrid es el equipo de Primera que tiene mejor balance de goles en la segunda mitad. 16 a favor y 6 en contra (+10). El Barcelona le sigue con +9 y el Sevilla con +6… Incluso los parciales goleadores del equipo son muy favorables: sólo pierde dos (ante Barcelona y Atlético) de las 12 jornadas de Liga".
"¿Por qué los relojes de pulsera en publicidad muestran siempre las 10.10?"? ¿Por qué el graznido de un pato () no hace eco y nadie sabe por qué?... Como vemos hay demasiadas preguntas sin respuesta, no digamos en el fútbol. De ahí que debiéramos funcionar más por evidencias y menos por opiniones críticas sin demasiado sentido. Porque, de funcionar por opiniones sin contrastar, no me extraña que después de tantos años y generaciones no sepamos aún el por qué la gallina atravesó la carretera…
http://www.esfutbol.net/?action=read&idnotizia=48588
"En el fútbol, ¿Para qué se sientan 18 jugadores en los banquillos de los equipos de Primera División?" Cualquier aficionado normal entendería la posibilidad de que, durante el partido, pudieran jugar todos los futbolistas del banquillo. Ahora bien, las respuestas serían opacas si preguntásemos: "¿Por qué continúan viviendo los traficantes de drogas con sus madres?"; o "¿Qué tienen en común un maestro de escuela y un luchador de sumo?". Sin embargo, sería más fácil responder a esta otra: "¿Cómo se atreve el entrenador Manolo Preciado, con su Sporting de Gijón, a jugar siempre al ataque?". Comparto que la mejor manera de defenderse es impulsar al equipo hacia delante, atacando el balón en las salidas del contrario, recuperarlo y avanzar de nuevo hacia la portería contraria. Aplaudo que Preciado piense que atacando puede ganar más veces, mientras que defendiendo siempre perdería al final del partido o, como máximo, conseguiría algún empate aislado… Por lo que admiro la valentía del Gijón, de su entrenador y jugadores, de su increíble afición, por su generosidad con el espectáculo futbolístico. Mi reconocimiento.
Mientras la UEFA está implantando un modelo para examinar a los árbitros, denominando como "extraordinaria" la mejor calificación e "inaceptable" la peor, hay que cuestionarse: "¿Qué le llevó al árbitro suizo Mássimo Bussaca para hacer una "peineta" a los aficionados en pleno partido?" "¿Cómo sería calificada su actuación?" Pero solo hubo que esperar a enero de 2010, donde la votación de un jurado con representantes de 81 paises, el suizo fue considerado el mejor árbitro del mundo en 2009, obteniendo 225 puntos frente a los 147 del segundo clasificado, el italiano Roberto Rosetti. Lo cual quedará registrado en el ranking mundial que prepara oficiosamente todos los años la Federación Internacional de Historia y Estadísticas del Fútbol.
Pero veamos otra curiosidad insoluble, que desconozco si aparecerá un buen día en citado ranking mundial. Dice el Reglamento: "En caso de que un balón adicional entre en el terreno de juego durante el partido, el árbitro deberá interrumpir el juego únicamente si dicho balón adicional interfiere en el juego". Y añade: "El árbitro interrumpirá, suspenderá o abandonará el partido por cualquier tipo de interferencia externa". Sin embargo, el día 17 de octubre, en el partido Sunderland – Liverpool, un niño tiró al campo una pelota roja, grande, parecida a las de playa, rodó delante de Reina el portero del Liverpool. En ese momento, un jugador del Sunderland tiró a puerta, el balón del partido tropezó con la pelota roja, se desvió y entró en la portería de Reina que fue confundido con el rebote. El árbitro pitó gol y supuso la victoria del Sunderland. "¿Por qué un árbitro está en el campo de juego para legalizar situaciones y él mismo comete la mayor ilegalidad?"
Por eso, no me extrañaron titulares periodísticos como "Pelota roja de playa 1- Liverpool 0". Y la broma continuó cuando el News of the World consiguió la exclusiva mundial al entrevistar al balón de plástico:"Estoy lleno de orgullo por mi influencia en el resultado. Mi ego está inflado después de haber sido el participante clave de la victoria". Bromas y surrealismo. El gravísimo error del árbitro Mike Jones no fue subsanado y el resultado quedó inamovible. "¿Por qué…?" Sigamos con los surrealismos alocados de este capítulo: "Si partes una galleta para darle una mitad a un niño, ¿Qué mitad cogerá el niño?". O esta otra: "¿Cómo pudieron equivocarse tanto los economistas en la última crisis global?". Afirmo que, si al niño le echásemos media galleta y un balón de fútbol, es seguro que siempre iría detrás de la pelota. Es uno de los misterios del fútbol mejor resueltos... por los niños. Respecto a los economistas, ya hemos comentado otras veces que son como los malos entrenadores de fútbol, ya que dan las mejores explicaciones tácticas al final de los partidos, casi siempre cuando han perdido. Aunque, sin olvidarnos que lo mismo les pasa a los comentaristas de los partidos que disponen de todas las soluciones cuando ya el partido discurrió.
Siempre me pregunté: "¿Por qué los equipos no contratan a entrenadores tan especiales como Johan Cruyff, Menotti, Jorge Valdano, Arrigo Sacchi, Pacho Maturana, Víctor Fernández y gente de ese extraordinario nivel? No hace tanto que una empresa española rechazaba la propuesta de empleo de una joven administrativa... La empresa le dirigió una carta en relación con el proceso de selección: "Le indicamos que hemos rechazado su candidatura porque Vd., está muy por encima del puesto solicitado". Puestas así las cosas, cuestionaría: "¿Qué criterios manejan los presidentes de los clubes de fútbol para contratar a sus entrenadores?" "¿Y para echarlos…?" Quizás en el fútbol debiéramos actuar con la filosofía de aquel dicho anónimo: "La única vez que tuve razón fue aquella que pensé que me había equivocado". Lógica que no utilizó un ex árbitro que comentó en una emisora importante durante el partido Barcelona – Real Madrid, el día 29 de noviembre de 2009: "El Real Madrid ha tenido un bajón físico. Las faltas cometidas por ambos equipos ya se han igualado". En la misma retransmisión, hacia el minuto 30 de la primera parte, se había facilitado el dato de que el Barça llevaba cometidas 8 faltas y el Real Madrid 4. Por lo que le preguntaría al ex árbitro: "¿Es que el Barça tenía bajón físico al principio del partido cuando había cometido el doble de faltas que el Real Madrid?". Una vez más, haré caso del dicho anónimo: "La verdad absoluta no existe, y esto es absolutamente cierto".
Se hace necesario en el fútbol discernir con mayor criterio las relaciones de causa y efecto. Porque las disquisiciones sobre los bajones físicos del Real Madrid, en las segundas partes, forman parte de un debate temporal al que se alineó el comentarista anterior y él alimentaba aquel fuego. Y, de nuevo, el 6 de diciembre apareció en un periódico deportivo de la máxima difusión la pregunta "¿Por qué el Madrid se cae en las segundas partes? ¿Cuestión física? ¿Cuestión mental? ¿Fenómeno paranormal? ¿Lentitud del ingeniero en hacer los cambios? Muchas son las hipótesis, pero ninguna es plausible". Sin duda, no había leído el periodista los datos estadísticos publicados por un colega de su más inmediata competencia, justo el día antes: "… El Madrid es el equipo de Primera que tiene mejor balance de goles en la segunda mitad. 16 a favor y 6 en contra (+10). El Barcelona le sigue con +9 y el Sevilla con +6… Incluso los parciales goleadores del equipo son muy favorables: sólo pierde dos (ante Barcelona y Atlético) de las 12 jornadas de Liga".
"¿Por qué los relojes de pulsera en publicidad muestran siempre las 10.10?"? ¿Por qué el graznido de un pato () no hace eco y nadie sabe por qué?... Como vemos hay demasiadas preguntas sin respuesta, no digamos en el fútbol. De ahí que debiéramos funcionar más por evidencias y menos por opiniones críticas sin demasiado sentido. Porque, de funcionar por opiniones sin contrastar, no me extraña que después de tantos años y generaciones no sepamos aún el por qué la gallina atravesó la carretera…
http://www.esfutbol.net/?action=read&idnotizia=48588
No hay comentarios:
Publicar un comentario