En su libro Inocencia radical , Elsa Punset propone rescatar esa inocencia con la que nacemos y que comenzamos a perder en cuanto crecemos. La escritora y periodista considera muy necesario "comprender y conocer las emociones y potenciar la creatividad frente al temor, el miedo o la desconfianza".
En una entrevista sobre su libro, Elsa Punset señalaba que "por cada palabra negativa que recibimos, por cada insulto o por cada desprecio, el cerebro humano necesita al menos cinco expresiones positivas, cinco elogios, para volver a recuperar el equilibrio emocional, así de vulnerables somos".
Deberíamos pensar bien en esa frase antes de abrir la boca para lanzar reproches y desprecios a quienes nos rodean. Aunque no lo reconozcamos, las palabras y las acciones de nuestros semejantes nos afectan e influyen en nuestro estado de ánimo. Somos seres sociales por naturaleza y necesitamos el cariño de otras personas para ser seres humanos felices y equilibrados.
No se trata de mentir ni obviar las cosas negativas, pero sugiero un buen propósito para empezar el año: ser más amables con los demás, más generosos con los elogios y los mensajes de afecto, evitar las descalificaciones, los insultos, los malos modos. Un poco de esfuerzo por nuestra parte nos hará conseguir que nuestro entorno sea más agradable y que todos seamos más felices.
¿Sabe que cuando sonreímos y nos sonríen nuestro cerebro genera una serie de reacciones automáticas que nos provocan un estado de ánimo y mental positivo? Pues empecemos ya: sonría, por favor.
http://www.diariocordoba.com/noticias/noticia.asp?pkid=533129
En una entrevista sobre su libro, Elsa Punset señalaba que "por cada palabra negativa que recibimos, por cada insulto o por cada desprecio, el cerebro humano necesita al menos cinco expresiones positivas, cinco elogios, para volver a recuperar el equilibrio emocional, así de vulnerables somos".
Deberíamos pensar bien en esa frase antes de abrir la boca para lanzar reproches y desprecios a quienes nos rodean. Aunque no lo reconozcamos, las palabras y las acciones de nuestros semejantes nos afectan e influyen en nuestro estado de ánimo. Somos seres sociales por naturaleza y necesitamos el cariño de otras personas para ser seres humanos felices y equilibrados.
No se trata de mentir ni obviar las cosas negativas, pero sugiero un buen propósito para empezar el año: ser más amables con los demás, más generosos con los elogios y los mensajes de afecto, evitar las descalificaciones, los insultos, los malos modos. Un poco de esfuerzo por nuestra parte nos hará conseguir que nuestro entorno sea más agradable y que todos seamos más felices.
¿Sabe que cuando sonreímos y nos sonríen nuestro cerebro genera una serie de reacciones automáticas que nos provocan un estado de ánimo y mental positivo? Pues empecemos ya: sonría, por favor.
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