miércoles

Vivir sin dinero


Estimado lector, no se asuste. No estoy proponiendo un método de autoayuda o una forma de resolver las discusiones conyugales cuando llegan las cuentas de servicios. Quiero reflexionar solamente sobre una nueva propuesta de nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner que ha creado el Fondo del Bicentenario para extraer del Banco Central la bonita suma de 6.540 millones de dólares.

En realidad, la extracción todavía no se produjo porque hay que salvar distintos escollos, como el nada sencillo de modificar una ley a través de un decreto. Procedimiento que yo entendía que no era posible, pero todo parece cambiar con una gran velocidad, tal vez demasiada para mí y otros ingenuos que confiamos en una cosa difícil que se llama el "Estado de derecho".

En tiempos pretéritos, la moneda era metálica -oro o plata- y el soberano, en general monarca absoluto, sólo podía recurrir al procedimiento artesanal de limar su contenido para lograr estirar sus recursos más allá de lo que lograba con los tributos.

La Revolución Industrial exigió un ordenamiento monetario más flexible que llevó a la difusión de la moneda fiduciaria, al principio atada a un patrón de cambio con el oro y después, en vista de la rigidez del sistema y su tendencia deflacionaria, sólo asociada a la posibilidad de cambiar de moneda, pasando de la menos a la más confiable. En el camino, para dar mayor seguridad al ciudadano común que desconoce los enjuagues de las sutilezas monetarias, surgieron los bancos centrales, encargados de la preservación del valor de la moneda.

La función del Banco Central es delicada porque si bien individualmente uno puede "vivir sin dinero", a costillas de otro, la sociedad necesita de él, es decir de la moneda, para poder realizar casi todas las acciones de una vida civilizada.

Cuando la moneda se muere, se entra en un proceso de "huida del dinero", también llamado "hiperinflación", que los argentinos lamentablemente conocimos hace relativamente poco. Estos procesos generan violencia y todo tipo de convulsiones sociales y económicas. Deben evitarse a toda costa y para ello el Banco Central dispone de herramientas que sostienen su acción y le dan eficacia, entre las que se cuentan las reservas en moneda extranjera.

De la decisión de Cristina F. de Kirchner hay muchas cosas que no me gustan. Para empezar, que con un objetivo justo -pagar la deuda y bajar su costo- se use un medio impropio, inmoral diría alguno. Me hace acordar a la insistida cuestión de si el Estado puede usar un medio injusto para lograr un fin justo. Pero no acaba ahí mi disidencia. Porque si el fin es justo, se podría pensar en otros "más justos" como construir viviendas o aumentar las jubilaciones, como propone la izquierda populista, con razón en este punto.

Tampoco me gusta que la señora presidenta se sienta llamada a definir qué monto de las reservas es excedentario y disponer sobre ello. ¿Con qué criterio determina ella lo que le sobra al Banco Central? No pretendo que la Argentina tenga las reservas de China -3.500 billones de dólares- pero tal vez sí las del Brasil -235 billones-. Alguien podría decirme que Brasil es tres veces más grande que nosotros, pero aun en ese caso nos faltan, no sobran reservas.

Pero si el lector me pide que resuma mi disidencia, más allá de la desacertada política de acentuar el descontrol del gasto público e incrementar el elevado endeudamiento público, con una presión tributaria agobiante, diría que me preocupa el pretender vivir sin dinero. Destruir la moneda irresponsablemente.

Esto ya lo vimos muchas veces. Primero el gasto sube y aparece el déficit, después el gobierno se endeuda hasta el límite, cuando esto se agota, aparecen los colegas con "ideas creativas" de punciones, licuaciones, corralitos, corralones, canjes compulsivos y cosas semejantes, para concluir en que no se puede vivir sin dinero e intentar reconstruir la moneda. Pregunto: ¿no será más fácil no destruirla?

LUDOVICO VIDELA

(*) Doctor en Economía y ex vicepresidente del Banco Central



http://www.rionegro.com.ar/diario/2010/01/06/1262741230229.php

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