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Filosofía y Empresa - Filosofía y Management - Filosofía y Gerencia

Paradojas del Management.


¿Vivimos en un mundo patológico? Patólogico en el sentido de "pathos", es decir de hígado inflamado, concretamente del hígado-del-pato, de sus bilis o de sus humores amarillentos, que se segregan en una situación de sufrimiento, de desequilibrio, de desquicie.Esto es, de atiborramiento o exceso (ficatum del pato o paté, como resultado de un proceso excesivo, a base de cebar al pobre pato con figos-higos e hidromiel).

Es una pregunta que puede ser contestada de dos modos. Los dos modos de contestar a esta pregunta, corresponderían a dos grupos generacionales. Los que tal vez, sufrieron demasiados cambios en poco tiempo; y pienso en la generación que nació en las guerras o inmediatamente después de las guerras (la civil española o la mundial).

El otro grupo que puede contestar a esta pregunta sería el de los jovenes de hoy. Los mismos que han sido llamados "nativos digitales". El primer grupo quizás responda, que el mundo definitavemente se ha vuelto loco, mientras que el segundo grupo responderá con seguridad que el mundo loco fue el de las grandes guerras.

Entre ambos parece que queda una generación, más o menos amplia, entre la que me incluyo. Desde ahí, se puede contemplar cómo el mundo ha pasado de una neurosis-de-guerra y necesidad, a una histeria-de-consumo y exceso.

En estos términos, es Franco Berardi quién reconocía en un artículo ("Patologías de la hiperexpresividad") que la patología de nuestro mundo que finalizó con el siglo XX y comienza con el siglo XXI, no es ya el mundo represivo, sinó es un mundo patológicamente esquizoide, producido por la "explosión expresiva del just-do-it".

Berardi confirma que la creatividad deseante atraviesa la sociedad, haciendo referencia a la propuesta deleuziana/guattariana del campo social. El deseo emerge hoy, como impulso social que ha sustituído a la represión de las sociedades anteriores.Pero Berardi se apoya en el pensamiento de Jean Baudrillard, quién ya en los años 70 escribió un interesantísimo libro llamado "El sistema de los objetos", donde exponía que la sociedad se mueve por la fuerza del consumo que no representa al sujeto sinó al poder del objeto bajo la forma de la mercancía. En otro libro (De la seducción), el mismo Baudrillard hablará del horizonte de la simulación que surge del fenómeno de la seducción. La seducción del sujeto por la mercancía. Esa seducción del consumidor hacia las mercancías que ofrece el mercado, produce una proliferación de sentidos, de imáganes, de enunciados, de mensajes que Baudrillard identifica con un estatus del mundo asimilable a un simulacro de lo hiperreal.

Entendemos que el sistema capitalista en el que vivimos y trabajamos ha generado como novedad un paisaje donde la sobreproducción, el exceso de consumo, la sobresignificación de mensajes y en general la proliferación de signos, nos afecta en nuestro modo de vivir, de pensar y de trabajar. Berardi muy acertadamente, habla de un nuevo capitalismo fundado sobre dos aspectos que nos influyen directamente a los que analizamos el Management: el trabajo inmaterial y la explosión de la infoesfera. A este nuevo mundo que prolifera, que excede en sentidos e interpretaciones y que está constituído por estos dos parámetros, podemos llamarlo noosfera. El Management actual debe pues, afrontar su negociación con estos dos aspectos del mundo-trabajo y con esta nueva visión del mundo de los negocios como noosfera. Ya hablaré más tarde, de los efectos que produce sobre la educación y los negocios, este exceso semiótico.

¿Estamos entonces ante un mundo patológicamente afectado por la proliferación de semas? Según Baudrillard y Berardi, es así. El mundo gira demasiado rápido al ritmo frenético (el "phrené+pathos") de la rotación de las mercancías o de la instantánea velocidad del capital, más circulante que nunca; y nuestro cerebro se infoxica. Virilio, pensó que esa velocidad del mundo nos destrozaría la conciencia. Virilio inventó un término a partir del griego "dromos" (avenida, camino, vía, corredor, pasillo) para definir la aceleración de los acontecimientos que nos rodean: la dromótica. Este dromos viriliano recuerda a otro concepto de Augé, que nos remite a los espacios entendidos como no-lugares, es decir como corredores por donde no paran de circular las mercancías y las personas. Nuestro sujeto se ve aturdido, mareado, si se para en uno de esos corredores. Del mismo modo, le sucede a un sujeto especial: el Manager.

En cualquier organización (incluída la empresa) el cambio produce temor en sus integrantes, imaginemos el cambio sufrido por nuestra sociedad en los últimos decenios. En la empresa sucede lo mismo, este cambio puede suponer (erróneamente) para el staff gerencial un peligro que ponga en suspense toda las relaciones de poder que tradicionalmente habían constituído la esencia de toda estructura organizada jerárquicamente.

A consecuencia de este mundo que excede sentido, de este universo semiótico que prolifera en muchas direcciones, de este entorno económico que produce múltiples conectividades, los cerebros, las direcciones de los grupos sociales se muestran confusos, desorientados e inestables ante tanto umbral de incertidumbre: el pensar habita zonas, donde la razón se desorienta. Pero esto no afecta de manera exclusiva al equipo de management gerencial sinó que también alcanza a los operarios, encargados y mandos intermedio, siendo aplicable a un nivel intra-empresarial como también a un ámbito inter-empresarial.



Cada vez noto más gente colapsada por la ambiguedad de los mensajes recibidos de su entorno de trabajo, entre ellos: gerentes, directivos, empresarios y trabajadores. Todos hemos estado en algún momento es esta situación, aunque no nos hayamos dado cuenta. Pero este fenómeno afecta, cada vez más, a un mayor número de trabajadores sean éstos directivos u operarios.


Cómo muy bien señalan Cloke y Goldsmith en su artículo "El Fin del Management", en las empresas cada vez más, se dan mensajes contradictorios entre sus miembros. Enunciados paradójicos, que R. Moss Kanter llamó “paradojas del liderazgo".


Estos mensajes paradójicos, producen dinámicas esquizofrénicas si nos atendemos al concepto de "double bind" del antropólogo G. Bateson, que puede ser traducido como "doble vínculo" aunque yo prefiero entenderlo como un "doble pinzamiento o doble articulación" (como las langostas de mar).


Cloke y Goldsmith, recuerdan que esta situación donde domina el sentido de lo paradójico nos remite específicamente a los mensajes bajo la forma de órdenes, que dan los directivos a sus inferiores. Por ejemplo: "innoven, pero sin arriesgar", "tengan visión de futuro, pero estén en el día-a-día", "controlar a los mandos inferiores, pero enfatizar con ellos y motivarlos", "que se mantenga orden y disciplina, pero que se fomente la cooperación y participación".

Toda esta serie de enunciados-de-la-paradoja del management, son en realidad mensajes confusos, ambiguos, y en la mayoría de los casos desconcertantes y contradictorios para el trabajador que los recibe. Esto produce al final, un ambiente de verdadera esquizofrenia en oficinas, talleres de producción o despachos. De este ambiente, surge directamente un primer impulso de no-comunicación, por parte de la persona aturdida y confusa que recibe este tipo de mensajes y prefiere aislarse del entorno. Siendo esta incomunicación, el efecto más devastador para el equilibrio de cualquier grupo u organización social. Puesto que la incongrüencia de una orden o en general de un mensaje, aniquila su propio sentido y puede acabar destruyendo la salud de la organización . Desintegrándola en individuos desquiciados, quienes tienen dificultad para saber qué tipo de mensaje es un mensaje o para saber diferenciar, si algo es enunciado como metáfora o no.

Es Bateson quién muestra como es aquel mensaje que produce incomunicación y vacío. Un mensaje que enuncia y meta-enuncia. Que enuncia algo como tesis y al mismo tiempo comunica algo como antítesis de lo enunciado. De tal modo que es necesario des-creer en él para poder creérselo, o dicho de otro modo: desobedecerlo para poder ser consecuente con el mismo.

Estaríamos ante una sensación de impotencia frente al mensaje contradictoriamente emitido. Y ante este modo de comunicación, es imposible no reaccionar de algún modo. Según Bateson, solo cabe ante tal situación paradójica, tres opciones:

a) intentar interpretar aquello que no es visible a simple vista, para dar sentido coherente al enunciado. Esto conducirá a una obsesión por interpretar o por descubrir el submensaje que pudiese existir, tras cualquier mensaje simple.
b) aceptar literalmente el enunciado paradójico y dejar que entre por un oído y salga por otro, para cumplir las órdenes sin cuestionar su sentido. Entonces creemos que el individuo se vuelve "un sordo, mudo".
c) tratar de ignorar toda información paradójica enroscándose en sí mismo llegando a convertirse en una persona aislada de su entorno, hasta volverse "un mudo, sordo".

Estos tres modos de reacción ante la confusión comunicativa entorno a mensajes paradójicos, provoca figuras por todos reconocibles en el interior de las empresas y en general en el interior de cualquier grupo social. Será necesario por tanto encontrar un tercero, que provoque una fuga en el proceso circular viciado, propio de toda comunicación fundada sobre el doble vínculo.

Nos encontramos entonces ante un problema verdadero, de comunicación , que puede ser analizado o estudiado desde una Teoría de la comunicación. Pero sería insuficiente, considerar que solo es un problema comunicativo, puesto que como veremos, es de un ámbito más complejo que implica también y obliga a hacer varios tipos de análisis fundamentales sobre nuestra estructura y funcionamiento cerebral . Y de ahí, podemos configurar el análisis filosófico de la cuestión.


Habíamos partido de una pregunta sobre la patología del mundo y hemos llegado a un hecho descriptivo, que es la patología comunicativa en un mundo informado, sea éste: un organismo, una família, una asociación o una empresa.Es Berardi quien afirma que en este mundo nuevo, mundo también de lo videoelectrónico, "nos encontramos, todos nosotros, en las condiciones que describen la comunicación esquizofrénica".


Como Berardi, creemos que de un mundo del XIX construído sobre el poder autoritario de tipo persuasivo, hemos pasado al mundo del siglo XXI cuyas relaciones de poder son de control. Un tipo de poder llamado biopolítico, con principal aliado llamado "infocracia", que funciona por sobrecarga de semas, por aceleración del mundo (como dice Virilio), por hiper-realidad acelerada y multiplicada, de dónde surge el aturdimiento de lo humano que no sabe cómo disntiguir lo indistingible, sustancializar lo insustancial o descifrar lo indescifrable.

Notas de referencia:
1.- Podemos citar otros autores que aluden al mismo hecho del liderazgo paradójico, como es James C. Hunter "The Servant: A Simple Story About the True Essence of Leadership" o Richard Farson en "Administracion de lo Absurdo, paradojas del liderazgo"
2.- Es interesante el libro prologado por Carlos E. Sluzki , de Watzlawick, Paul, Janet Beavin y Don D. Jackson. "Teoría de la Comunicación Humana. Interacciones, Patologías y Paradojas".Editorial Tiempo Contemporáneo. Buenos Aires, 1976. O un artículo sobre Bateson, titulado "La família, desde la teoría de la comunicación de Palo Alto", de Miguel Roiz profesor de la Universidad Complutense de Madrid.
3.- Gregory Bateson, no sólo es antropólogo sinó que funda una escuela alrededor de la Teoría de la Comunicación, de Palo Alto. Ver su libro "Pasos hacia una Ecología de la mente".
4.- Pienso en la obra de Mc Luhan, que es una teoría amfibia: entre comunicación y neurobiología, como ya veremos más adelante.
5.- Franco Berardi, artículo titulado "Patologías de la hiperexpresividad".



http://filogestempresas.blogspot.com/2010/02/paradojas-del-management.html

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