Es una pregunta que todos, especialmente los profesionales de este sector, deberíamos pararnos unos minutos a pensar, ¿cómo sería el mundo sin esta herramienta de comunicación? ¿Mejor? ¿Peor? Lo que queda claro es que no sería igual.
No es nada nuevo para nosotros hablar de que vivimos en un mundo sobrecomunicado y saturado de información, tan saturado que desinformiza. En el siglo XVII y gracias al señor Gutemberg y más tarde con la Revolución Industrial comenzó un proceso exponencial de aumento de la publicidad que ha llegado hasta nuestros días con una fuerza abrumadora. Nuestras calles, carreteras, casas incluso nuestra vestimenta está rodeada de anuncios publicitarios por doquier; pero, ¿somos conscientes de ello? ¿Deberíamos pagar por llevar una camiseta Nike? ¿O debería Nike pagarnos a nosotros por llevarla? Esta última idea suena a chiste, pero no parece tan descerebrada si pensamos en los deportistas de élite como Rafa Nadal.
La publicidad comercial lucha básicamente por el auge de su empresa sólo y exclusivamente centrándose en un marco de competencia empresarial que ha de ser legal aunque no siempre moral. Esta idea la deja muy clara Gordon Torr, creativo publicitario de la agencia J. Walter Thompson: “Es inmoral en el sentido de que no tiene intenciones morales. No nos cuestionamos si las marcas son buenas o malas para la sociedad. Y tampoco generamos los cambios sociales, los seguimos”.
Podéis ver la entrevista completa en http://www.clarin.com/diario/2003/11/06/s-03001.htm
Espero que os haya parecido interesante. Hasta la próxima entrada.
http://fcom.us.es/blogs/OYGES7/2010/03/11/%C2%BFes-necesaria-la-publicidad/
No es nada nuevo para nosotros hablar de que vivimos en un mundo sobrecomunicado y saturado de información, tan saturado que desinformiza. En el siglo XVII y gracias al señor Gutemberg y más tarde con la Revolución Industrial comenzó un proceso exponencial de aumento de la publicidad que ha llegado hasta nuestros días con una fuerza abrumadora. Nuestras calles, carreteras, casas incluso nuestra vestimenta está rodeada de anuncios publicitarios por doquier; pero, ¿somos conscientes de ello? ¿Deberíamos pagar por llevar una camiseta Nike? ¿O debería Nike pagarnos a nosotros por llevarla? Esta última idea suena a chiste, pero no parece tan descerebrada si pensamos en los deportistas de élite como Rafa Nadal.
La publicidad comercial lucha básicamente por el auge de su empresa sólo y exclusivamente centrándose en un marco de competencia empresarial que ha de ser legal aunque no siempre moral. Esta idea la deja muy clara Gordon Torr, creativo publicitario de la agencia J. Walter Thompson: “Es inmoral en el sentido de que no tiene intenciones morales. No nos cuestionamos si las marcas son buenas o malas para la sociedad. Y tampoco generamos los cambios sociales, los seguimos”.
Podéis ver la entrevista completa en http://www.clarin.com/diario/2003/11/06/s-03001.htm
Espero que os haya parecido interesante. Hasta la próxima entrada.
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