Cuando el presidente ejecutivo de Spartan Motors Inc., John Sztykiel, se reunió hace unos meses con su equipo de gerentes, lo hizo en una sala de conferencias del fabricante Peckham Inc., a unos 40 kilómetros de distancia.
La táctica de sostener reuniones en las oficinas de otras compañías forma parte del esfuerzo del ejecutivo para ahorrar dinero y generar ideas nuevas.
Ejecutivos de varias empresas dicen que el cambio de escenario estimula la creatividad y permite que los empleados desarrollen ideas inteligentes con base en las experiencias de otras empresas.
En algunas de estas compañías, la práctica surgió como una respuesta a la recesión, pero los gerentes planean mantenerla a medida que la economía se recupera. Puede traducirse en ahorros de miles de dólares comparado con el alquiler de salones en hoteles o centros de negocios.
Sztykiel solía sostener reuniones de estrategia mensuales con su equipo en un hotel cerca de su empresa, que fabrica vehículos pesados como ambulancias y carros de bomberos. La compañía de Charlotte, Michigan, pagaba unos 1,000 dólares por reunión. A mediados del año pasado, les preguntó a fabricantes de su área si podía usar sus instalaciones para reunirse.
Una de las compañías con las que habló fue Peckham, que manufactura equipos de invierno y cuenta con 67 empleados. Sztykiel pensó que Spartan podría aprender de Peckham, conocida por su atención al medio ambiente y por su uso eficiente de energía.
Las ventas y ganancias de Spartan cayeron el año pasado. "Pensamos que si nos reuníamos en instalaciones donde funcionaba un negocio de fabricación, podríamos ver cosas que son hechas de forma diferente", añade Sztykiel.
El ejecutivo sostuvo una reunión de estrategia en agosto pasado en las instalaciones de Peckham, la cual le costó sólo 87 dólares (desayuno y almuerzo para ocho personas). Una de las cosas que lo impresionó fue una de las iniciativas de ahorro de energía de la empresa: urinales sin agua, los cuales planea instalar en Spartan.
Otros ejecutivos esperan que los empleados generen ideas nuevas al reunirse en ambientes más estimulantes. A Scott Pacer, director de marketing y comunicaciones de Duke Energy, de Charlotte, Carolina del Norte, le preocupa que las monótonas instalaciones de la empresa eléctrica ahoguen la creatividad de su personal. "Actualmente estamos en un edificio que parece un bloque de apartamentos de la era comunista, como si fuera Polonia en 1968", observa.
El ejecutivo se acercó a Wray Ward, una firma de marketing ubicada muy cerca que ha prestado algunos servicios a Duke. La oficina de Wray fue renovada recientemente y tiene colores vivos, paredes de vidrio y áreas para jugar tenis de mesa. Wray Ward dejó que el equipo de Pacer se reuniera en sus instalaciones sin costo alguno, ahorrándole 1,500 dólares por día que el ejecutivo paga para sostener reuniones en hoteles.
Kay Tuttle, una ejecutiva de cuenta de Duke, estaba tratando de dar con un nombre para un programa que intenta persuadir a los clientes a ahorrar energía. Tuttle y su equipo se sintieron estancados en las oficinas de Duke, que la ejecutiva describe como "un mundo de beige". Durante la reunión que sostuvieron en Wray Ward surgieron 75 posibilidades. "Estar en un escenario diferente le dio a la gente la oportunidad de salir del molde de 'empresa de servicios públicos'", dice.
http://www.elperiodicodemexico.com/nota.php?id=353033&sec=Exclusivas-Articulos#Scene_1
La táctica de sostener reuniones en las oficinas de otras compañías forma parte del esfuerzo del ejecutivo para ahorrar dinero y generar ideas nuevas.
Ejecutivos de varias empresas dicen que el cambio de escenario estimula la creatividad y permite que los empleados desarrollen ideas inteligentes con base en las experiencias de otras empresas.
En algunas de estas compañías, la práctica surgió como una respuesta a la recesión, pero los gerentes planean mantenerla a medida que la economía se recupera. Puede traducirse en ahorros de miles de dólares comparado con el alquiler de salones en hoteles o centros de negocios.
Sztykiel solía sostener reuniones de estrategia mensuales con su equipo en un hotel cerca de su empresa, que fabrica vehículos pesados como ambulancias y carros de bomberos. La compañía de Charlotte, Michigan, pagaba unos 1,000 dólares por reunión. A mediados del año pasado, les preguntó a fabricantes de su área si podía usar sus instalaciones para reunirse.
Una de las compañías con las que habló fue Peckham, que manufactura equipos de invierno y cuenta con 67 empleados. Sztykiel pensó que Spartan podría aprender de Peckham, conocida por su atención al medio ambiente y por su uso eficiente de energía.
Las ventas y ganancias de Spartan cayeron el año pasado. "Pensamos que si nos reuníamos en instalaciones donde funcionaba un negocio de fabricación, podríamos ver cosas que son hechas de forma diferente", añade Sztykiel.
El ejecutivo sostuvo una reunión de estrategia en agosto pasado en las instalaciones de Peckham, la cual le costó sólo 87 dólares (desayuno y almuerzo para ocho personas). Una de las cosas que lo impresionó fue una de las iniciativas de ahorro de energía de la empresa: urinales sin agua, los cuales planea instalar en Spartan.
Otros ejecutivos esperan que los empleados generen ideas nuevas al reunirse en ambientes más estimulantes. A Scott Pacer, director de marketing y comunicaciones de Duke Energy, de Charlotte, Carolina del Norte, le preocupa que las monótonas instalaciones de la empresa eléctrica ahoguen la creatividad de su personal. "Actualmente estamos en un edificio que parece un bloque de apartamentos de la era comunista, como si fuera Polonia en 1968", observa.
El ejecutivo se acercó a Wray Ward, una firma de marketing ubicada muy cerca que ha prestado algunos servicios a Duke. La oficina de Wray fue renovada recientemente y tiene colores vivos, paredes de vidrio y áreas para jugar tenis de mesa. Wray Ward dejó que el equipo de Pacer se reuniera en sus instalaciones sin costo alguno, ahorrándole 1,500 dólares por día que el ejecutivo paga para sostener reuniones en hoteles.
Kay Tuttle, una ejecutiva de cuenta de Duke, estaba tratando de dar con un nombre para un programa que intenta persuadir a los clientes a ahorrar energía. Tuttle y su equipo se sintieron estancados en las oficinas de Duke, que la ejecutiva describe como "un mundo de beige". Durante la reunión que sostuvieron en Wray Ward surgieron 75 posibilidades. "Estar en un escenario diferente le dio a la gente la oportunidad de salir del molde de 'empresa de servicios públicos'", dice.
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