Recientemente el INEI publicó cifras de pobreza para 2012. En primer lugar y antes de comentar los resultados, cabe mencionar que el método de cálculo de la pobreza utilizado es el de la pobreza monetaria, que clasifica como pobres a todos aquellos cuyo gasto diario es menor que el costo de una canasta básica que contiene alimentos, educación salud, vivienda, vestido, etc. Si la canasta contiene solo alimentos entonces aquellos que no pueden "comprar" esa canasta, se consideran pobres extremos o indigentes. En segundo lugar, el mencionado método no toma en cuenta el acceso a necesidades básicas de calidad, como por ejemplo, una buena educación y salud pública. Como consecuencia, una persona puede no ser pobre por el método monetario, pero no tener acceso a servicios básicos en la calidad adecuada. Desde luego, aquí la cuestión es si su bienestar ha aumentado o no.
Con esas observaciones veamos los resultados. En primer lugar, la pobreza monetaria total fue 25.8% de la población, esto es, uno de cada cuatro peruanos es pobre en el sentido que su capacidad de gasto es menor que el costo de la canasta básica que contiene alimentos y no alimentos. En 2007, la cifra fue de 42.4%, lo que significa una caída de 16.6 puntos porcentuales en el período comprendido entre 2007 y 2012.
En segundo lugar, al ser un promedio, esconde disparidades regionales. En las zonas urbanas la pobreza afectó a 16.6% de los habitantes, mientras que en las áreas rurales, llegó a 53.0%. En tercer lugar y complementando la información anterior, la pobreza en la costa afecta al 16.5% de la población, mientras que en la sierra y en la selva aumenta a 48.1% y 55.8%, respetivamente.
En tercer lugar, los departamentos más pobres en 2012 fueron Apurímac, Ayacucho, Cajamarca y Huancavelica, con niveles de pobreza que se ubican entre 49.5% y 55.5%. Sorprende el cao de Cajamarca, considerando el canon que recibe por la actividad minera. Es una prueba que en muchos casos, la pobreza no es de falta de recursos, sino del buen uso que se hace de ellos. Los menos pobres son Madre de Dios, Ica, Moquegua, Arequipa, Tacna, Lima, Tumbes y Ucayali. En otras palabras, la costa, mejor integrada al mercado es la menos pobre y la sierra y parte de la selva, la más pobre. La infraestructura es clave para que la producción de la sierra y selva llegue a los mercados a costos razonables. Lo interesante es que esta situación no ha cambiado desde 2007.
En cuarto lugar, la pobreza extrema o indigencia, compuesta por aquellos cuyo gasto es menor que el costo de una canasta básica de alimentos, disminuyó de 6.3% en 2011 a 6.0% en 2012. Aquí las disparidades regionales y por zona de residencia son más marcadas. En las áreas urbanas la pobreza extrema afectó a 1.4% de la población, mientras que en las rurales ascendió a 19.7%. Por regiones naturales, la costa tuvo a 1.1% de los pobres extremos, mientras que la sierra y la selva a 13.3% y 8.2%, respectivamente.
En quinto lugar, los departamentos con mayor porcentaje de pobres extremos fueron Apurímac, Cajamarca y Huánuco, mientras que aquellos que muestran menores porcentajes de pobres extremos fueron Ica, Madre de Dios, Arequipa, Lima, Moquegua, Tacna, Tumbes y Ucayali. Nuevamente, la diferencia entre la costa y la sierra y la selva muestran un alto grado de disparidad.
Por último, en cuanto a la evolución del gasto por habitante, en 2007 y a nivel nacional, el 44.3% tenía como destino alimentos, porcentaje que se ha reducido a 41.1% en 2012, lo que prueba un conocido principio microeconómico denominado ley de Engel: a medida que aumenta el ingreso, disminuye la proporción destinada a la alimentación, aunque claro está, los resultados no son similares por regiones.
Como consecuencia, es fundamental reorientar los esfuerzos del gobierno hacia la sierra y selva, regiones a partir de la lectura de los datos presentados, no perciben, al menos en la misma proporción que la costa, los beneficios de la situación económica.
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