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¡Cambio bicicletas por publicidad!

Clear Channel, que aspira a ser el socio de anunciantes y ayuntamientos, ofrece un servicio de transporte público a cambio de soportes publicitarios. El sistema funciona en Barcelona y Zaragoza.


La bicicleta, ese vehículo de dos ruedas, generalmente iguales, íntimamente ligado a la infancia y al deporte, se ha convertido en “una alternativa al transporte público en la ciudad y, de forma accidental, en un soporte publicitario”, afirma Aristóbulo de Juan, director general de Clear Channel en España.

La compañía, filial de Clear Channel Communications, ha sido la artífice del descubrimiento gracias a su sistema Smartbike, que ya funciona en Barcelona (Bicing) y Zaragoza (Bizi). ¿En qué consiste? “Clear Channel pone a disposición del ayuntamiento un servicio de bicicletas que se financia con publicidad y que a la ciudad no le cuesta nada”, explica el directivo.

Es decir, la firma aporta los vehículos y gestiona el servicio de alquiler, a cambio de poder difundir mensajes publicitarios en las bicicletas o en otros soportes. La ventaja, según De Juan, es que “cada ayuntamiento tiene la solución a su medida”. Así, Barcelona paga un canon a Clear Channel a cambio de unas bicicletas sin publicidad, al contrario que Zaragoza, en cuyo caso el servicio se financia con anuncios.

Bono
Coger, usar y dejar. Éste es el leitmotiv para el usuario de este sistema. Mediante el pago de un bono temporal o anual (en el caso de Barcelona, este último asciende a 30 euros), el transeúnte reconvertido en ciclista tiene derecho a media hora diaria gratis en su nuevo medio de transporte. Si rebasa este límite, el precio es de 30 céntimos extra por cada 30 minutos hasta un máximo de dos horas.

La fórmula, que permite al usuario entregar el vehículo en cualquier estación de la ciudad con su tarjeta personal, ha triunfado en Barcelona, que está a punto de alcanzar los 200.000 ciclistas. Su ejemplo sirvió para extender el modelo a otras grandes ciudades como Washington, Milán, Perpignan o Dijon.
“Este nuevo soporte, llamativo y muy atractivo para el anunciante, es un soplo de aire fresco en la actual coyuntura económica”, asegura. El fenómeno, lejos de perder fuerza, ha suscitado el interés de otras ciudades como Valencia (que ha convocado un concurso público para instalar el servicio) o Madrid.

En el caso de la capital madrileña, De Juan reconoce que “hacen falta más infraestructuras, además del anillo verde”, pero apunta que “tanto Barcelona como Zaragoza empezaron con infraestructuras mínimas que han ido ampliándose”. No obstante, considera que “un servicio de alquiler de bicis es condición sine qua non para una ciudad grande y, sobre todo, para la candidatura olímpica de Madrid 2016”.

No obstante, en opinión del director general de Clear Channel en España, “el futuro pertenece a los soportes digitales en ubicaciones como los centros comerciales, donde su utilización crecerá a medida que la tecnología se generalice”. Atrás quedan los años dorados de la tradicional valla publicitaria, aunque ambas fórmulas seguirán coexistiendo en algunos soportes.
Clear Channel, que facturó 83 millones en 2008 (un 12% más), apuesta por aportar “soluciones y flexibilidad a sus clientes”, y ofrece distintos soportes donde insertar publicidad.

Uno de ellos son los 15 monopostes digitales que el grupo ha distribuido en las distintas entradas a Madrid, en los que el anunciante cambia cada ocho segundos y con el que “la creatividad se adecua a la franja horaria y el mensaje puede variar en función de la ubicación geográfica”, destaca De Juan. Su utilidad transgrede el anunciante y alcanza al ciudadano, ya que “es el único medio de masas en el exterior y le permite acceder a información actualizada constantemente”.

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