Twitter ha generado mucho revuelo como una herramienta irremplazable para que las marcas se posicionen y se acerquen a sus clientes, pero la publicación ClickZ adelanta un manual básico de marketing adaptado al portal.
Según la publicación, antes de convertirse en adictos al sistema de mensajería es necesario establecer quién es la audiencia potencial, cuáles son nuestros objetivos y cómo y por qué van a conseguirse.
Primero es necesario trazar una estrategia para abordar el portal de microblogging, de la misma forma que se bosqueja el posicionamiento y esta tarea comienza por preguntarles a los clientes o determinar si el público objetivo efectivamente utiliza Twitter, sino es mejor olvidarse de esta tentadora moda.
La segunda labor es establecer para qué se accede a este portal, si es para comunicar descuentos, para asentar una determinada idea sobre la compañía o para obtener feed back de los clientes, ya que si no se tiene claro el objetivo de la comunicación ésta puede ser una pérdida de tiempo.
Para concluir con la planificación se debe tener claro como se gestionará esta herramienta, es decir una empresa debe responder a la pregunta de por qué esta plataforma es una prioridad sobre otras formas de comunicación, lo que pasa por revisar si se puede actualizar o mejorar la web de la empresa o trabajar en los correos que se envían a los clientes.
En este sentido hay que recordar que no por que algo parezca fácil o barato significa que es apropiado, ya que aunque Twitter sea una herramienta gratuita, es el tiempo de los trabajadores encargados de gestionarla lo que vale.
Si aún así una empresa considera que Twitter es su billete de entrada al siglo XXI existe una herramienta imprescindible antes de sumergirse en esta egoblogósfera llamada Twitalyser Brand, que otorga estadísticas sobre cómo gestionan otras empresas esta plataforma.
Según la publicación, antes de convertirse en adictos al sistema de mensajería es necesario establecer quién es la audiencia potencial, cuáles son nuestros objetivos y cómo y por qué van a conseguirse.
Primero es necesario trazar una estrategia para abordar el portal de microblogging, de la misma forma que se bosqueja el posicionamiento y esta tarea comienza por preguntarles a los clientes o determinar si el público objetivo efectivamente utiliza Twitter, sino es mejor olvidarse de esta tentadora moda.
La segunda labor es establecer para qué se accede a este portal, si es para comunicar descuentos, para asentar una determinada idea sobre la compañía o para obtener feed back de los clientes, ya que si no se tiene claro el objetivo de la comunicación ésta puede ser una pérdida de tiempo.
Para concluir con la planificación se debe tener claro como se gestionará esta herramienta, es decir una empresa debe responder a la pregunta de por qué esta plataforma es una prioridad sobre otras formas de comunicación, lo que pasa por revisar si se puede actualizar o mejorar la web de la empresa o trabajar en los correos que se envían a los clientes.
En este sentido hay que recordar que no por que algo parezca fácil o barato significa que es apropiado, ya que aunque Twitter sea una herramienta gratuita, es el tiempo de los trabajadores encargados de gestionarla lo que vale.
Si aún así una empresa considera que Twitter es su billete de entrada al siglo XXI existe una herramienta imprescindible antes de sumergirse en esta egoblogósfera llamada Twitalyser Brand, que otorga estadísticas sobre cómo gestionan otras empresas esta plataforma.
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