sábado

Marketing Politico Electoral

Si bien la voz inglesa marketing (técnica de mercadeo) se utiliza para describir al proceso en el que se estudia al mercado para conocer los canales de distribución, con la finalidad de establecer los planes y estrategias de producción, hablamos de marketing político-electoral cuando se investigan las necesidades de la población con el fin de satisfacerlas a través del diseño de un programa de trabajo, que permita a los ciudadanos el mejoramiento de la calidad de vida, mediante el desempeño adecuado de la administración pública por parte de los candidatos, mismo que proponen implantar una vez que sean elegidos gobernantes.No existe una definición única de marketing político electoral, incluso existen versiones que se contraponen. Sin embargo, es la sofisticación de los últimos años, con la profesionalización del asesor de comunicación, se ha impulsado la consideración del marketing electoral como un campo independiente.


Debido a la asociación original del marketing con la empresa y la promoción de productos y servicios, dice Lourdes Martín Salgado (2002), muchos identifican el marketing político con una mera aplicación de la teoría y las técnicas del marketing comercial a la política. Sin embargo, en el marketing político electoral la estrategia de comunicación política desde su planificación hasta la transmisión de los mensajes y el análisis de las respuestas, es un área independiente. Sin duda existen muchas similitudes entre el marketing político electoral y el marketing comercial.

Según Fernández Collado y Hernández Samperi (2000), el marketing político-electoral, puede definirse como el conjunto de actividades tendientes a crear, promover y ofertar, a candidatos durante una campaña electoral y sistema social determinado... lo que implica transmitir liderazgo, emociones, ideas y una visión de gobierno; así como unir un grupo de ciudadanos en torno a su figura y a su equipo de trabajo... y se fundamenta en el vínculo satisfacción de la calidad de vida mediante un buen gobierno a cambio del voto. Afirman que en el marketing político electoral se plasma en un conjunto de estrategias para aplicarse entre un ente político (candidato) y su mercado (votantes o ciudadanos); no obstante, va mucho más allá de tan sólo vender un personaje público, pues implica transmitir liderazgo, emociones, ideas y una visión de gobierno; así como reunir a un grupo de ciudadanos en torno de una figura y de su equipo de trabajo.

Para Barroco (1997) el marketing político-electoral es el conjunto de técnicas que permiten captar las necesidades que un mercado electoral tiene, estableciendo en base a esas necesidades, un programa ideológico que las solucione y ofreciéndole un candidato que personalice dicho programa y al que se apoya e impulsa a través de la publicidad política.
Maarek (1997) lo define como un proceso, sistematizado, ordenado, planeado que conjuga diversas disciplinas, (un conjunto de técnicas y ciencias especializadas como la psicología, la mercadotecnia o la estadística entre otras más) una verdadera política de comunicación política, una estrategia global que comprende el diseño, la racionalización y la transmisión de la comunicación política.
Martínez y Salcedo (1994) aseguran que el marketing político-electoral busca la consecución del voto individual del mayor número de electores para que un partido alcance el poder, en un contexto democrático.
Valdez Zepeda (2001), dice que el marketing político-electoral es sólo una disciplina del conocimiento que aporta saberes y métodos para lograr la mejora continua y avanzar los objetivos políticos que se han fijado. El tiempo en el que se lleva a cabo es durante el periodo electoral, su objetivo es ganar las elecciones o avanzar sus metas político-electorales (mejorar el nivel de posicionamiento). Sus ejes de articulación de los esfuerzos son los candidatos, formaciones políticas y sus comités de apoyo. Y como objeto de estudio se analizan las relaciones de intercambio entre candidato y partidos políticos y los electores.
De acuerdo con Namakforoosh (1994) el marketing político-electoral ofrece la teoría y el marco conceptual para planear y dirigir campañas políticas, de tal manera que permite al coordinador de la campaña electoral analizar la posición del candidato y de esta forma elaborar la estrategia, tal como lo hacen los mercadólogos con sus productos o servicios.

Gustavo Martínez-Pandiani expresa que el marketing político-electoral es mucho más que un simple juego de tácticas y operaciones mediáticas. En rigor, en el mundo de la comunicación política moderna se le considera un importante conjunto de técnicas de investigación, planificación, gerenciamiento y difusión que se utilizan en el diseño y ejecución de acciones estratégicas y tácticas a lo largo de una campaña electoral.

El marketing político-electoral ayuda a tener los elementos, datos y evidencias para crear la estrategia de la campaña, así como los procedimientos para ejecutar dicha campaña. En un sentido estricto, el término marketing político-electoral implica la conformación del mercado político-electoral, el predominio y respecto del estado de derecho y la existencia de una pluralidad de actores que se disputan la voluntad del elector, en un marco de libertad. El problema que tiene la política es grave. Tiene que lograr que el marketing promueva la democracia, las ideologías, los programas de gobierno... finalmente, tiene que lograr que la sociedad se comporte como votante, como simpatizante o como militante más que como cliente o público (Molina Y Vedia).

El marketing político electoral nunca puede sustituir al liderazgo político, ni construirlo de la nada.
Se debe tener claro el qué (la propuesta de fondo) y dejar claro el cómo de la política. Con liderazgo las herramientas del marketing político-electoral son técnicas facilitadoras y que sirven para potenciar un proyecto determinado. Entre estás se encuentran:

• Estudios de mercado
• Sondeos de las necesidades reales de la población
• Encuestas de opinión pública

Estos datos permiten integrar una estrategia que contenga una campaña de propuestas que simultáneamente posicione la imagen del candidato, de acuerdo a ideales del partido/coalición que lo propone al cargo de elección popular al que compite. (Véase marketing Mix)

No es posible perder de vista, que el marketing político-electoral es una técnica que debe fomentar la democracia y servir a la ciudadanía y no emplearse únicamente para lograr el poder.

Por ello, sus detractores han generado un sinnúmero de controversias, ya que según ellos los resultados son mínimos y no impactan el resultado real de la elección. Lo que si queda claro, es que con el abuso del marketing político, en especial en su variante de marketing electoral en las campañas a cargos públicos, se han visto modificadas las formas de propaganda partidista, se ha mal interpretado el término de su significado original y han terminado por ser un instrumento funcional en el proceso de conquista del mercado electoral, en la búsqueda de legitimación política.


Si bien es una disciplina en proceso de constitución, su abuso ha generado una serie de mitos e interpretaciones sobre su verdadera naturaleza y alcance; ayuda a lograr objetivos organizacionales y políticos, pero no asegura el triunfo en las elecciones; como ya dijimos, proporciona elementos, técnicas y estrategias para buscar el éxito en las elecciones, pero no otorga puestos de representación pública. Expone los candidatos al elector, pero no analiza ni muestra sus intereses.


Con todo ello, al marketing político-electoral lo debemos entender, por una parte:
A) Como un conjunto de técnicas que permiten captar las necesidades del mercado electoral para construir, con base en esas necesidades, un programa ideológico que las solucione y ofreciendo un candidato que personalice dicho programa y al que apoya mediante la publicidad política.

B) Pero por otra parte, se le debe conceptualizar como una herramienta que presiona y orienta a la opinión pública mediante la persuasión. Como un saber de evidente actividad interdisciplinaria; una herramienta que sistematiza y agrupa técnicas de carácter interdisciplinario que se fundamentan principalmente en la ciencia política, las ciencias de la comunicación, los sondeos y las encuestas y la psicología social o de masas que tiene como fin primordial: 1) el confirmar la adhesión de los simpatizantes que sostienen al candidato y a su partido en un momento dado y; 2) paralelamente, agregar al nicho de electores (target voters) a aquellos electores indecisos.

Otro de los señalamientos más comunes acerca del marketing político-electoral, es la sensación de engaño al elector, como un medio para generar falsas expectativas de candidatos, programas y agendas de gobierno; no dudamos que el abuso de la mercadotecnia genere tales percepciones, sobre todo al observar candidatos que al ganar y una vez en el cargo no cumplen sus promesas de campaña, y sobre todo con las expectativas generadas.


Con todo, como parte de la nueva forma de hacer y entender la política, el marketing político está produciendo transformaciones importantes en la manera de hacer, diseñar y organizar las campañas electorales. El marketing político-electoral ha dejando de lado las antiguas formas propagandísticas en las que se privilegiaban las concentraciones masivas y los mítines, para dar paso a la publicidad política en medios electrónicos, de ahí la importancia de su estudio.

La forma en cómo se diseñan y operan las campañas en México, hoy refleja una gran influencia de los modelos norteamericano y español. Las principales características se ven reflejadas en el candidato, los medios y el espectáculo versus las propuestas para cubrir las necesidades reales de los electores, dejando de lado al marketing político-electoral.


Si bien hoy en día las campañas electorales se orientan más hacia el candidato y no tanto al partido, al darse este énfasis se relega a un segundo plano la formación política (ideología) y se pone al frente al candidato y sus atributos (naturales o creados). De esta manera, las campañas electorales se orientan a difundir principalmente la imagen del candidato, así como su trayectoria y experiencia, omitiendo el programa partidista y simplemente marginan al partido o formación política que lo postula. No todas emplean las técnicas marketing político-electoral, sino únicamente las formas publicitarias, propagandísticas y contra-propagandísticas propias de la videopolítica.


http://cursodemarketingelectoral.blogspot.com/2009/09/definiciones-de-marketing-politico_09.html

No hay comentarios: