Un equipo de investigadores noruegos ha realizado experimentos en ratas para aclarar cómo crea la mente el sistema de mapas que ayuda a las personas a desplazarse de un lugar a otro con facilidad. Gracias a su estudio, publicado en la revista Nature Neuroscience, han descubierto que estos mapas se crean en el cerebro y a continuación se «cosen» mediante un mecanismo de «cartografía cerebral», lo que permite desplazarse sin apenas dificultad.
¿Cómo se orienta el ser humano en su quehacer cotidiano? Las personas realizan a diario una cantidad considerable de desplazamientos, pero no es frecuente pararse a pensar cómo llegar de un sitio a otro. Ahora, científicos de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega (NTNU) han descubierto mediante experimentos con ratas que sus cerebros crean constantemente diversos mapas independientes entre sí que les permiten moverse por un espacio nuevo para ellas. Los investigadores afirman que es probable que los descubrimientos realizados en ratas se puedan aplicar también al cerebro humano.
Hace cuatro años, un equipo de investigación del Instituto de Neurociencia de Sistemas de la NTNU empleó «células grid» (grid cells) en un sistema coordinado y lograron descubrir de qué manera el cerebro crea mapas nuevos que nos permiten orientarnos en situaciones desconocidas. Ahora, el Dr. Dori Derdikman y sus colegas de aquel mismo equipo han logrado descubrir en una nueva investigación un aspecto completamente nuevo de la «logística» implicada en esta «cartografía cerebral».
Los investigadores han descubierto que el cerebro humano genera constantemente mapas nuevos, algunos con un elevado grado de precisión y otros más básicos. También descubrieron que el cerebro posee un «sistema de selección avanzado» dedicado a clasificar estos mapas.
El equipo se preguntaba desde hacía mucho tiempo «si toda la información cartográfica del cerebro se almacenaba en un único mapa», contó el Dr. Derdikman. «Así que ideamos un sistema para comprobarlo.» Su equipo llevó a cabo experimentos en los que observaron ratas de laboratorio en movimiento por un pequeño espacio abierto.
Los investigadores midieron la actividad cerebral de los roedores al introducirlos en dicho espacio. Los datos extraídos dieron lugar a un mapa que se correspondía con la medición de la zona que habían realizado las «células grid» de la rata. Una vez que los investigadores vieron con claridad el aspecto del «mapa mental» de las ratas, cambiaron la disposición del espacio colocando paredes que lo convirtieron en un laberinto de giros cerrados.
«Al introducir las paredes se apreció un cambio en los mapas de las ratas», indicó el Dr. Derdikman. «En un primer momento registramos el mismo mapa. Pero cuando las ratas se acercaban a uno de los giros del laberinto el mapa cambiaba por completo. Esto se produjo en varias ocasiones, siempre relacionadas con el momento en el que las ratas doblaban una esquina y entraban en un nuevo pasillo.»
La investigación mostró que cuando las ratas accedían a un espacio nuevo, sus mapas mentales cambiaban para ayudarles a recorrerlo. Se hizo patente que las ratas creaban una serie de mapas y que éstos se «acababan cosiendo unos con otros» mediante un mecanismo de cartografía del cerebro. Los investigadores declararon que el funcionamiento de este sistema de cartografía probablemente sea el mismo que el que poseen los seres humanos.
Para el equipo de investigación quedó claro que era el entorno físico el que activaba la creación de un mapa nuevo, y no un comportamiento aprendido. Un nuevo tipo de célula denominado «célula limítrofe» puede encerrar la clave de los cambios producidos en los mapas cerebrales de las ratas, puesto que estas células parecen las responsables de definir en el cerebro dónde termina un entorno y empieza otro.
«Quizá estas células limítrofes son las que indican al cerebro que debe cambiar de mapa cuando se supera un límite en el entorno», aclaró Trygve Solstad, uno de los miembros del equipo de investigación. «Creemos que este tipo de cambio en el entorno se produce cuando las ratas entran en un pasillo nuevo del laberinto.» Ahora es necesario profundizar en el tema para comprobar la validez de estas hipótesis.
Persona a la que Dirigirse:Para más información, consulte:
Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega (NTNU):
http://www.ntnu.no/english
Instituto Kavil de Neurociencia de Sistemas:
http://www.ntnu.no/cbm/
Nature Neuroscience:
http://www.nature.com/neuro/index.html
Observaciones:
Categoría:Varios
Fuente:Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega (NTNU); Nature Neuroscience
Documento de referencia:Derdikman, D., et al. (2009). Fragmentation of grid cell maps in a multicompartment environment. Nature Neuroscience, publicado en Internet el 13 de septiembre. DOI: 10.1038/nn.2396.
Indice de materiasCiencias de la vida,Investigación científica
http://cordis.europa.eu/search/index.cfm?fuseaction=news.document&N_RCN=31410
¿Cómo se orienta el ser humano en su quehacer cotidiano? Las personas realizan a diario una cantidad considerable de desplazamientos, pero no es frecuente pararse a pensar cómo llegar de un sitio a otro. Ahora, científicos de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega (NTNU) han descubierto mediante experimentos con ratas que sus cerebros crean constantemente diversos mapas independientes entre sí que les permiten moverse por un espacio nuevo para ellas. Los investigadores afirman que es probable que los descubrimientos realizados en ratas se puedan aplicar también al cerebro humano.
Hace cuatro años, un equipo de investigación del Instituto de Neurociencia de Sistemas de la NTNU empleó «células grid» (grid cells) en un sistema coordinado y lograron descubrir de qué manera el cerebro crea mapas nuevos que nos permiten orientarnos en situaciones desconocidas. Ahora, el Dr. Dori Derdikman y sus colegas de aquel mismo equipo han logrado descubrir en una nueva investigación un aspecto completamente nuevo de la «logística» implicada en esta «cartografía cerebral».
Los investigadores han descubierto que el cerebro humano genera constantemente mapas nuevos, algunos con un elevado grado de precisión y otros más básicos. También descubrieron que el cerebro posee un «sistema de selección avanzado» dedicado a clasificar estos mapas.
El equipo se preguntaba desde hacía mucho tiempo «si toda la información cartográfica del cerebro se almacenaba en un único mapa», contó el Dr. Derdikman. «Así que ideamos un sistema para comprobarlo.» Su equipo llevó a cabo experimentos en los que observaron ratas de laboratorio en movimiento por un pequeño espacio abierto.
Los investigadores midieron la actividad cerebral de los roedores al introducirlos en dicho espacio. Los datos extraídos dieron lugar a un mapa que se correspondía con la medición de la zona que habían realizado las «células grid» de la rata. Una vez que los investigadores vieron con claridad el aspecto del «mapa mental» de las ratas, cambiaron la disposición del espacio colocando paredes que lo convirtieron en un laberinto de giros cerrados.
«Al introducir las paredes se apreció un cambio en los mapas de las ratas», indicó el Dr. Derdikman. «En un primer momento registramos el mismo mapa. Pero cuando las ratas se acercaban a uno de los giros del laberinto el mapa cambiaba por completo. Esto se produjo en varias ocasiones, siempre relacionadas con el momento en el que las ratas doblaban una esquina y entraban en un nuevo pasillo.»
La investigación mostró que cuando las ratas accedían a un espacio nuevo, sus mapas mentales cambiaban para ayudarles a recorrerlo. Se hizo patente que las ratas creaban una serie de mapas y que éstos se «acababan cosiendo unos con otros» mediante un mecanismo de cartografía del cerebro. Los investigadores declararon que el funcionamiento de este sistema de cartografía probablemente sea el mismo que el que poseen los seres humanos.
Para el equipo de investigación quedó claro que era el entorno físico el que activaba la creación de un mapa nuevo, y no un comportamiento aprendido. Un nuevo tipo de célula denominado «célula limítrofe» puede encerrar la clave de los cambios producidos en los mapas cerebrales de las ratas, puesto que estas células parecen las responsables de definir en el cerebro dónde termina un entorno y empieza otro.
«Quizá estas células limítrofes son las que indican al cerebro que debe cambiar de mapa cuando se supera un límite en el entorno», aclaró Trygve Solstad, uno de los miembros del equipo de investigación. «Creemos que este tipo de cambio en el entorno se produce cuando las ratas entran en un pasillo nuevo del laberinto.» Ahora es necesario profundizar en el tema para comprobar la validez de estas hipótesis.
Persona a la que Dirigirse:Para más información, consulte:
Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega (NTNU):
http://www.ntnu.no/english
Instituto Kavil de Neurociencia de Sistemas:
http://www.ntnu.no/cbm/
Nature Neuroscience:
http://www.nature.com/neuro/index.html
Observaciones:
Categoría:Varios
Fuente:Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega (NTNU); Nature Neuroscience
Documento de referencia:Derdikman, D., et al. (2009). Fragmentation of grid cell maps in a multicompartment environment. Nature Neuroscience, publicado en Internet el 13 de septiembre. DOI: 10.1038/nn.2396.
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