Recientemente, el Ministerio de Educación (Meduca) elaboró una propuesta mediante la cual se pretende eliminar las materias de lógica y filosofía del bachillerato. Esta situación sin duda afectará gravemente a los profesores de estas asignaturas, al igual que a todos los estudiantes y egresados universitarios del Departamento de Filosofía de la Universidad de Panamá.
Las razones por las cuales el Meduca considera que la filosofía y la lógica deben eliminarse no se conocen a ciencia cierta, pues no se han hecho públicas.
Se suele decir que la filosofía y la lógica son inútiles, esto es, no sirven para nada práctico y, por consiguiente, no responden a las necesidades económicas que priman en nuestra cotidiana existencia. No obstante, este razonar resulta fácil de rebatir. Es bien sabido en las mejores universidades del mundo que el estudio de la filosofía y la lógica coadyuvan a desarrollar formas de pensamiento que son a la vez analíticas, críticas y creativas (esta es una de las razones por las cuales en estas universidades se mantienen cátedras de filosofía).
El pensamiento analítico –en especial, el que brinda la lógica– es sumamente útil para las ciencias exactas y naturales. El pensamiento crítico resulta especialmente valioso para las ciencias políticas y jurídicas. Y el pensamiento creativo –incluido en cierto modo ya en los dos anteriores– coadyuva a relacionar de manera coherente y novedosa elementos o dimensiones de la experiencia que, por lo regular, no suelen interrelacionarse. Esto es de singular valor tanto para las ciencias como a las artes.
De acuerdo con lo anterior, no se ve cómo ni por qué la eliminación de la filosofía y la lógica vayan a contribuir a mejorar la calidad de la educación media. Antes bien, tenemos buenas razones para pensar lo contrario.
Sin embargo, es probable que el interés del Meduca por eliminar la filosofía y la lógica responda a alguna buena razón, la cual debemos aceptar. Con algunas notables excepciones, es un hecho que la filosofía y la lógica no se han enseñado bien y los temas que se enseñan –los contenidos de los cursos– no están respondiendo a asuntos prácticos o de interés general.
Ante este hecho, aquellos que nos dedicamos a la filosofía tenemos la obligación de mostrar su relevancia y utilidad en el mundo de hoy. Con relación a esto quisiera hacer la siguiente sugerencia. Ojalá sea bien recibida por todos los interesados en este tema, en especial, las autoridades del Meduca.
Si la enseñanza y contenidos de la filosofía se circunscribieran a la ética aplicada, podríamos evitar las acusaciones de que la filosofía es irrelevante e impráctica. La filosofía en cuanto ética aplicada muestra bien a todos cuán relevante y útil resulta ser en nuestro diario vivir a nivel local y global. La ética aplicada trata, entre otros asuntos, los problemas éticos propios a los negocios, al derecho (especialmente, en los derechos humanos), la política y los problemas éticos que generan las ciencias (en cuanto bioética).
¿No podría mantenerse la filosofía en el bachillerato como ética aplicada? ¿Cómo negar la importancia y utilidad de sus contenidos para nuestros jóvenes pre–universitarios?
En cuanto a la lógica, si sus contenidos se enfocaran más bien al estudio de sus aplicaciones al álgebra, la informática y la tecnología –en vez de a los silogismos medievales–, así como al análisis de los mensajes publicitarios o al razonamiento jurídico, ¿quién podría pensar siquiera en eliminarla y considerarla inútil o irrelevante? Los textos de lógica que tratan estas temáticas son abundantes ¿Por qué no los utilizamos y mantenemos así también esta materia?
Ojalá que las autoridades del Meduca recapaciten al respecto y comprendan por qué no deben eliminarse la lógica ni la filosofía.
http://panaletras.wordpress.com/2009/11/18/10111/
Las razones por las cuales el Meduca considera que la filosofía y la lógica deben eliminarse no se conocen a ciencia cierta, pues no se han hecho públicas.
Se suele decir que la filosofía y la lógica son inútiles, esto es, no sirven para nada práctico y, por consiguiente, no responden a las necesidades económicas que priman en nuestra cotidiana existencia. No obstante, este razonar resulta fácil de rebatir. Es bien sabido en las mejores universidades del mundo que el estudio de la filosofía y la lógica coadyuvan a desarrollar formas de pensamiento que son a la vez analíticas, críticas y creativas (esta es una de las razones por las cuales en estas universidades se mantienen cátedras de filosofía).
El pensamiento analítico –en especial, el que brinda la lógica– es sumamente útil para las ciencias exactas y naturales. El pensamiento crítico resulta especialmente valioso para las ciencias políticas y jurídicas. Y el pensamiento creativo –incluido en cierto modo ya en los dos anteriores– coadyuva a relacionar de manera coherente y novedosa elementos o dimensiones de la experiencia que, por lo regular, no suelen interrelacionarse. Esto es de singular valor tanto para las ciencias como a las artes.
De acuerdo con lo anterior, no se ve cómo ni por qué la eliminación de la filosofía y la lógica vayan a contribuir a mejorar la calidad de la educación media. Antes bien, tenemos buenas razones para pensar lo contrario.
Sin embargo, es probable que el interés del Meduca por eliminar la filosofía y la lógica responda a alguna buena razón, la cual debemos aceptar. Con algunas notables excepciones, es un hecho que la filosofía y la lógica no se han enseñado bien y los temas que se enseñan –los contenidos de los cursos– no están respondiendo a asuntos prácticos o de interés general.
Ante este hecho, aquellos que nos dedicamos a la filosofía tenemos la obligación de mostrar su relevancia y utilidad en el mundo de hoy. Con relación a esto quisiera hacer la siguiente sugerencia. Ojalá sea bien recibida por todos los interesados en este tema, en especial, las autoridades del Meduca.
Si la enseñanza y contenidos de la filosofía se circunscribieran a la ética aplicada, podríamos evitar las acusaciones de que la filosofía es irrelevante e impráctica. La filosofía en cuanto ética aplicada muestra bien a todos cuán relevante y útil resulta ser en nuestro diario vivir a nivel local y global. La ética aplicada trata, entre otros asuntos, los problemas éticos propios a los negocios, al derecho (especialmente, en los derechos humanos), la política y los problemas éticos que generan las ciencias (en cuanto bioética).
¿No podría mantenerse la filosofía en el bachillerato como ética aplicada? ¿Cómo negar la importancia y utilidad de sus contenidos para nuestros jóvenes pre–universitarios?
En cuanto a la lógica, si sus contenidos se enfocaran más bien al estudio de sus aplicaciones al álgebra, la informática y la tecnología –en vez de a los silogismos medievales–, así como al análisis de los mensajes publicitarios o al razonamiento jurídico, ¿quién podría pensar siquiera en eliminarla y considerarla inútil o irrelevante? Los textos de lógica que tratan estas temáticas son abundantes ¿Por qué no los utilizamos y mantenemos así también esta materia?
Ojalá que las autoridades del Meduca recapaciten al respecto y comprendan por qué no deben eliminarse la lógica ni la filosofía.
http://panaletras.wordpress.com/2009/11/18/10111/
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