Algunas ideas que son ejemplo de creatividad
De 9 a 18 trabajan en oficinas como muchos otros seres humanos, de traje y corbata y con portafolios.
Pero todos los lunes, a las 19, un grupo de hombres y mujeres entra por una pequeña puerta hasta el primer piso de un edificio en Moreno 590, donde funciona la Asociación Argentina de Inventores.
No llegan con portafolios ni mochilas y es raro ver una cartera. Uno trae un casco que tiene conectado un suero; otro llega con un gran mosquitero magnético; una con sobrecitos que tienen la inscripción Filtralindo! , con vainas filtrantes para el mate, y hasta aparece otro con un ábaco de un metro de altura. Son inventores y se reúnen ahí para compartir sus ideas y creaciones.
Por ejemplo, la de la licenciada en Ciencias Físico-Químicas Carolina Wieder, que patentó un producto pensado para los que sufren acidez gástrica cuando toman mate: una vaina filtrante que recubre la perilla multiperforada y parte del tubo de la bombilla del mate que, por un efecto físico conocido como tensión superficial, al mojarse se adhiere a ella.
"Gracias a la tensión superficial, el polvo de la yerba no pasa y el estómago del que toma mate está protegido", cuenta su inventora.
"Los inventos surgen de un problema que se detecta y para el que se busca una solución", explica Aníbal Cabrera, presidente de la asociación, que se anima a revelar su método creativo: se junta con un grupo de entre 6 y 13 personas durante aproximadamente tres horas e intercambian ideas. Que son innumerables y de todo tipo: desde simples hasta complejas, económicas o costosas, poco útiles o practiquísimas, y con un mercado potencial enorme.
El psicólogo Marcos Shayo es uno de los inventores más prolíficos del grupo. Patentó una jabonera Banus, una cortina y un mosquitero magnéticos.
Y la lista de productos originales pensados por estas mentes argentinas continúa: Mario Fernández Ribeiro creó un protector inflable para control remoto que ya se vende en locales comerciales, como los Sr. Mor. Se trata de una cámara de aire que protege el control remoto de las caídas habituales.
Para cuidar a la gente
Otros ejemplos de creatividad son los inventos del técnico industrial José Fandi: un secador de piso de una sola pieza y un destapador de botellas de bebidas espumantes a prueba de accidentes, fabricado de tal modo que no se corra peligro de que el corcho salga disparado hasta un ojo.
En el mismo tren de objetos que protegen a las personas de posibles accidentes, Camilo Brahim inventó un enchufe de seguridad con un mecanismo por el que si un chico pone un dedo o cualquier objeto que no sea un cable eléctrico, se corta el paso de la corriente.
Pero hay un objeto preferido unámimemente por los inventores: es el portasueros inventado por Carlos Bestetti. "Se trata de un emblema de superación de dificultades", define Bestetti. Con un gancho del que se puede colgar el suero fácilmente, el casco permite moverse con mucha mayor facilidad que con el pesado tubo de metal de más de un metro y medio que tradicionalmente se usa en los centros hospitalarios.
Y si hay una creación que promete por la cantidad de gente a la que le puede interesar, ésa es la vaina filtrante para la bombilla del mate, de Wieder. La inventora presentó su creación en el Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual en 2000 y fue aprobada nueve años más tarde. Wieder es prudente, pero confiesa que ya empezó a venderla en un quiosco de Belgrano, por la calle Echeverría, y que se propone lanzarla pronto a un mercado más amplio.
Hay otros inventos exitosos, por ejemplo, el sujetapapel, que funciona con una traba elástica muy liviana, patentado por el experto en comercialización Federico Cash, que tuvo tanta aceptación que le permitió al inventor hacer honor a su apellido y vivir de las regalías de esa creación.
Algo más raro, en cambio, es el ábaco de Jorge Aenlle, técnico del Conicet especializado en biología marina, que tras mucho trabajo consiguió hacer un calendario que va de 1582 a 2082 y que permite saber qué día, por ejemplo lunes, martes, jueves, etcétera, cayeron fechas históricas, como el 25 de Mayo de 1810, el 9 de Julio de 1816, o simplemente la fecha que uno desee, como un cumpleaños, 30, 40 o 57 años antes o después.
Toda una rareza, los inventos de los creativos de Moreno 590.
Fernando Castro Nevares
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1219882
De 9 a 18 trabajan en oficinas como muchos otros seres humanos, de traje y corbata y con portafolios.
Pero todos los lunes, a las 19, un grupo de hombres y mujeres entra por una pequeña puerta hasta el primer piso de un edificio en Moreno 590, donde funciona la Asociación Argentina de Inventores.
No llegan con portafolios ni mochilas y es raro ver una cartera. Uno trae un casco que tiene conectado un suero; otro llega con un gran mosquitero magnético; una con sobrecitos que tienen la inscripción Filtralindo! , con vainas filtrantes para el mate, y hasta aparece otro con un ábaco de un metro de altura. Son inventores y se reúnen ahí para compartir sus ideas y creaciones.
Por ejemplo, la de la licenciada en Ciencias Físico-Químicas Carolina Wieder, que patentó un producto pensado para los que sufren acidez gástrica cuando toman mate: una vaina filtrante que recubre la perilla multiperforada y parte del tubo de la bombilla del mate que, por un efecto físico conocido como tensión superficial, al mojarse se adhiere a ella.
"Gracias a la tensión superficial, el polvo de la yerba no pasa y el estómago del que toma mate está protegido", cuenta su inventora.
"Los inventos surgen de un problema que se detecta y para el que se busca una solución", explica Aníbal Cabrera, presidente de la asociación, que se anima a revelar su método creativo: se junta con un grupo de entre 6 y 13 personas durante aproximadamente tres horas e intercambian ideas. Que son innumerables y de todo tipo: desde simples hasta complejas, económicas o costosas, poco útiles o practiquísimas, y con un mercado potencial enorme.
El psicólogo Marcos Shayo es uno de los inventores más prolíficos del grupo. Patentó una jabonera Banus, una cortina y un mosquitero magnéticos.
Y la lista de productos originales pensados por estas mentes argentinas continúa: Mario Fernández Ribeiro creó un protector inflable para control remoto que ya se vende en locales comerciales, como los Sr. Mor. Se trata de una cámara de aire que protege el control remoto de las caídas habituales.
Para cuidar a la gente
Otros ejemplos de creatividad son los inventos del técnico industrial José Fandi: un secador de piso de una sola pieza y un destapador de botellas de bebidas espumantes a prueba de accidentes, fabricado de tal modo que no se corra peligro de que el corcho salga disparado hasta un ojo.
En el mismo tren de objetos que protegen a las personas de posibles accidentes, Camilo Brahim inventó un enchufe de seguridad con un mecanismo por el que si un chico pone un dedo o cualquier objeto que no sea un cable eléctrico, se corta el paso de la corriente.
Pero hay un objeto preferido unámimemente por los inventores: es el portasueros inventado por Carlos Bestetti. "Se trata de un emblema de superación de dificultades", define Bestetti. Con un gancho del que se puede colgar el suero fácilmente, el casco permite moverse con mucha mayor facilidad que con el pesado tubo de metal de más de un metro y medio que tradicionalmente se usa en los centros hospitalarios.
Y si hay una creación que promete por la cantidad de gente a la que le puede interesar, ésa es la vaina filtrante para la bombilla del mate, de Wieder. La inventora presentó su creación en el Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual en 2000 y fue aprobada nueve años más tarde. Wieder es prudente, pero confiesa que ya empezó a venderla en un quiosco de Belgrano, por la calle Echeverría, y que se propone lanzarla pronto a un mercado más amplio.
Hay otros inventos exitosos, por ejemplo, el sujetapapel, que funciona con una traba elástica muy liviana, patentado por el experto en comercialización Federico Cash, que tuvo tanta aceptación que le permitió al inventor hacer honor a su apellido y vivir de las regalías de esa creación.
Algo más raro, en cambio, es el ábaco de Jorge Aenlle, técnico del Conicet especializado en biología marina, que tras mucho trabajo consiguió hacer un calendario que va de 1582 a 2082 y que permite saber qué día, por ejemplo lunes, martes, jueves, etcétera, cayeron fechas históricas, como el 25 de Mayo de 1810, el 9 de Julio de 1816, o simplemente la fecha que uno desee, como un cumpleaños, 30, 40 o 57 años antes o después.
Toda una rareza, los inventos de los creativos de Moreno 590.
Fernando Castro Nevares
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1219882
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