domingo

La personalidad innovadora

Que innovar es una necesidad y mucho más que una estrategia, que nos inspiramos en los extremos para llegar a las mejores ideas, que creemos en la creatividad como habilidad común e intrínseca al ser humano y que entendemos la co-creación como base de una innovación realmente eficaz… de todo esto ya hemos hablado en artículos anteriores.

Hoy queremos hablar de lo que hay detrás, de lo que conforma una verdadera personalidad innovadora. Hablar de cómo las personas gestionamos la intuición, el miedo, la valentía; hablar de nuestra capacidad de crítica y de la capacidad de riesgo. Queremos hablar de la duda, de los errores, de la pasión por conocer, de la necesidad de cuestionarse lo que vemos, de la imaginación, de la confianza, de la ilusión y de la curiosidad. Porque estos son algunos, y sólo algunos, de los conceptos y emociones que un individuo con verdadera capacidad creadora maneja.


La innovación y la creatividad son caminos donde hay un enorme componente de incertidumbre con la que hay que aprender a sentirse cómodo e incluso disfrutar. Disfrutar de no saber exactamente a dónde vas a llegar, pero con la confianza e ilusión de llegar a algo diferente, nuevo, mejor. El problema es que la incertidumbre nos da miedo, nos incomoda, nos remueve y nos da pereza. Es más fácil estar en la zona de confort a la que ya estamos acostumbrados. Lo conocido es más fácil y más seguro, por eso la innovación cuesta.

Innovar requiere valentía por el simple hecho de cuestionarse las cosas, de atreverse a poner en duda lo conocido o plantear escenarios diferentes. Nos movemos y relacionamos con el mundo bajo una serie de patrones mentales y profundas creencias que condicionan dichos patrones, y que aunque parece que nos ayudan a estar más seguros, en realidad, lo que consiguen es hacer muy difícil el que podamos actuar y pensar de forma diferente. Por eso para llegar a ideas y soluciones de verdad innovadoras hay que provocar esa transformación profunda en nuestra manera de mirar, pensar y actuar.

¿Y si… nos atreviéramos a salir de los patrones mentales y las creencias establecidas? ¿Y si… dejáramos lugar a la intuición (que es nuestra inteligencia más emocional)?.
¿Y si… creyéramos más en la duda, en la ilusión y en la imaginación (que son nuestro motor)?

En definitiva, podríamos decir que el individuo con Personalidad Innovadora es un ser más libre, flexible y preparado para el cambio, una persona que respira curiosidad y emana entusiasmo. Entusiasmo innovador.

“Una persona que nunca cometió un error,
jamás probó nada nuevo” (Albert Einstein)

(Artículo originalmente publicado por Marta Velasco (Directora de Investigación de Método Helmer) y Cecilia Bergamín (Directora Creativa de Método Helmer) en el número de diciembre de la revista Brandlife).



http://www.metodohelmer.com/blog/2010/01/08/la-personalidad-innovadora/

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