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“La universidad no enseña a pensar más allá del análisis y de la lógica”

Edward de Bono resalta la importancia de estimular el pensamiento lateral y creativo en las empresas. La incidencia en la toma de decisiones, la negociación y la resolución de conflictos.

Ubicar a Edward de Bono no resulta tarea sencilla. Su página personal dice que este hombre nacido en Malta y formado en Inglaterra, que lleva 68 libros escritos y traducidos a 37 idiomas, recorre unos 322 mil kilómetros al año merced a las conferencias que imparte en casi 60 países. Sus asistentes, siempre bajo un impecable british manner, observan que el autor de Seis sombreros para pensar está de viaje; que, en cuanto las cuestiones laborales se lo permitan, accederá a una entrevista o que se comprometerá a responder algunas preguntas vía correo electrónico. Y, océano Atlántico mediante, así lo hace. Tal como es de esperar de un correcto señor inglés. Y tal como es de esperar de un hombre de mundo en la era de Internet. “El gran caudal de información trae un peligro aparejado: y es que comencemos a creer que ésta puede reemplazar al pensamiento. Por ejemplo, un chico, delante de una computadora, tenderá a creer que, simplemente, debe buscar en Internet la respuesta correcta en lugar de pensar. Incluso, las grandes corporaciones creen que el análisis de la información definirá sus decisiones y sus estrategias a implementar”, analiza De Bono, quien acaba de presentar en el mercado local Seis marcos laterales, una guía de técnicas sobre cómo enfocar la atención en aquellas cuestiones que realmente importan.

En tiempos hipermediáticos, y donde nunca antes había sido tan sencillo obtener datos y cifras, el autor observa que la información en sí misma no es suficiente y plantea cómo obtener el máximo rendimiento de ella. “Esa es la cuestión que merece atención”, dice. En tal caso, y en pos de aprender a distinguir lo que es importante de lo que no, De Bono, quien se encuentra trabajando en la creación del centro de capacitación Palace of Thinking, propone su técnica de seis marcos para dirigir la atención en forma consciente y hacer, así, más eficaz el trabajo en las organizaciones. En este sentido, el autor aborda aspectos como el objetivo, la precisión, el interés y el valor, para lo que se pregunta cuán confiable es determinada información; cuán creíble es, cuán relevante es, cuál es su significado, cómo afecta nuestro pensamiento o si es para usarla en determinado momento o para un uso futuro, por caso. “En el mundo corporativo, la información es determinante a la hora de tomar decisiones e implementar estrategias. Pero es importante recordar que el pensamiento es también necesario. Un ejecutivo no debe dejar que la información piense por uno”, sostiene.

La imaginación al poder

El pensamiento lateral, uno de los aportes de De Bono, se concibe como un modo creativo (no reactivo), es decir, una forma de escapar a las ideas fijas. Se trata, por caso, de una habilidad mental adquirida para encontrar soluciones mediante métodos no ortodoxos ni tradicionales, normalmente ignorados por el pensamiento lógico que se enseña en la educación formal universitaria. Por ejemplo, el pensamiento lateral-creativo se centra en producir propuestas, establecer objetivos, evaluar prioridades y generar alternativas. “Hay personas que, naturalmente, desarrollan cierta sensibilidad en línea al pensamiento creativo”, dice. Aunque, quienes no lo hacen pueden aprender a aplicarlo tal como se adquiere cualquier otro conocimiento. “Este modo de pensamiento ayuda a resolver problemas, tanto de negociación como de resolución de conflictos. Pero, también, a fundar empresas e iniciar emprendimientos. Para todo ello, el pensamiento lógico no es suficiente”, asegura.

No obstante, De Bono sostiene que tanto la formación global universitaria como escolar no contempla, dentro de sus programas ni planes, una enseñanza del pensamiento que vaya más allá del análisis y de la lógica. “Eso no es suficiente. El pensamiento creativo, de diseño y perceptivo son la clave del éxito. Sin ello, incluso personas de alto coeficiente intelectual terminarán desaprovechando esa inteligencia”. Por esta razón, el autor afirma que, en las empresas, el pensamiento creativo debería ocupar el mismo rango de seriedad que se le brinda a los asuntos legales y financieros. “Se deberían presentar programas de entrenamiento y capacitación en el desarrollo de habilidades creativas, a través de una estructura formal para la generación de nuevas ideas y su implementación”, recomienda. En paralelo, el autor afirma que la humanidad no ha progresado en términos de análisis de pensamiento humano -a excepción de las matemáticas- en 2.400 años. “Todavía hay mucho por hacer”, concluye. z we

Ficha

n Título: Seis marcos laterales. Estrategias para gestionar la información
n Autor: Edward de Bono
n Editorial: Paidós
n Primera edición en la Argentina: 2009
n Páginas: 128

Con acento británico

Nacido en Malta en 1933, y licenciado en Medicina, Edward de Bono se especializó en Psicología y Fisiología en Oxford y en Cambridge. Fundador y director del Cognitive Research Trust y del Centre for Independent Thinking Organization, lleva publicados 68 libros (como Seis sombreros para pensar, La revolución positiva, Cómo enseñar a pensar a tu hijo, El pensamiento lateral: manual de creatividad e Ideas para profesionales que piensan), traducidos a 37 idiomas. También, dirigió dos series de televisión. Experto en el campo del pensamiento creativo, es el creador del concepto de Pensamiento Lateral, idea que se implementó en el mundo de la docencia y del management. Además, ocupó cargos en las universidades de Oxford, Cambridge, London y Harvard, donde desarrolló el interés por los sistemas y el funcionamiento auto-organizativo del cerebro. Trabajó con empresas como Microsoft, Ernst & Young, IBM, British Airways, Boeing, Bosch, Ericcson, DuPont, Shell, Siemens y Nokia, entre otras.



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