martes

No falta creatividad ni inteligencia, sino impulso y decisión

Desde hace poco más de un año tengo esta frase en la cabeza: "no falta creatividad ni inteligencia, sino impulso y decisión". Recuerdo que la pensé por primera vez cuando tenía en mente dos proyectos sumamente ambiciosos: una revista semi-académica escrita por jóvenes de varias partes de América Latina para conocer, difundir e intercambiar información sobre el acontecer político, económico y cultural de nuestros países; y varias ideas un tanto inconexas para, "desde abajo", hacer de la Ciudad de México un nuevo y dinámico eje cultural del mundo hispánico. Como saben (y si no lo saben, pos aquí les cuento), Distintas Latitudes, un proyecto hermoso, nació, creció, hizo que me emocionara, se medio posicionó en el mundo de los internets y de pronto... ¡pum!, se estancó por problemas técnicos, rompimientos dentro del Consejo Editorial, impuntualidad en las entregas por parte de los colaboradores, y porque -básicamente- me quedé pasmado y no supe cómo enfrentar ese pequeño bache que significó no tener dinero para despedir a mis programadores y pedir un rediseño total y absoluto de la página en cuestión. El otro proyecto, el de que todos nos convirtiéramos de la noche a la mañana en mimos, escultores, poetas, directores escénicos, saxofonistas, payasos, cineastas, malabaristas, saltimbanquis y así goe, con la finalidad de que our Mexico City se convirtiera de nuevo en ese gran escaparate de la cultura a nivel mundial, ni siquiera nació. Apenas lo platiqué con una o dos personas y me di cuenta que la acción colectiva está muy cabrona en estos días. Además, para qué lo niego, para echarme a cuestas un pedo de ese tamaño necesitaba hablar con alguien y ese alguien es un alguien que no veo y con quien no hablo desde hace ya un buen rato. En fin.


Terminó el 2009 y con él se van experiencias increíbles, buenas, malas y espantosas. Empezó en Irlanda al lado de mi mejor amigo y una chica española que le dio un giro totalmente imprevisto a mi vida, continuó con la chamba con Mauricio Merino, el proyecto de Distintas Latitudes y el sabor a arepas, tequeños y demás comida venezolana que me mostró una de las niñas más tiernas que he conocido, luego se puso interesante con dos ofertas de trabajo que llegaron como caídas del cielo y que después -son mamadas- se quedaron en el vacío, hice amistades nuevas con las que compartí muchos momentos emotivos, vanos y agradables, y terminó en Toluca con una noche muy chistosa, íntima y agradable con mi familia. Fue un año de contrastes. La primera mitad fue de pura emoción, deslumbre y energía; mientras que la segunda se vio opacada por confusiones, riñas y frustraciones. Perdí la inercia, se podría decir. Pero luego del combate interno entre mis frustraciones, mis miedos y mis expectativas, comencé a dejar cosas en claro:


1) Para todo se necesita dinero. Habrá que saber hacerlo.
2) La tesis debo terminarla antes de mi cumpleaños. La verdad ya la tenía muy abandonada pero cobró vida propia luego que leí dos artículos excelentes sobre las ideologías políticas en México.
3) Las viejas amistades, que son de lo mejor que tengo, se habían estado alejando un poco, pero estoy decidido a volver a las andadas con ellos. El fiel platina siempre estará disponible para nuevas cargas de caballería.
4) Constancia y calidad serán las premisas claves de este año.


Como sea, empiezo el año con una buena cara y con ganas de hacer bien las cosas. Creo que soy de aquellas personas que todavía creen en el "potencial oculto" de una generación como la nuestra y que quiere -por lo menos intentar- romper los cinismos y pesimismos que nos empiezan a ganar a todos. Quizá sea una empresa exagerada, pero llevado de la mano por un idealismo decimonónico les comento que hay un nuevo proyecto que me tiene entusiasmado y que tiene que ver con muchos de ustedes, excelentes plumas y mentes de la blogósfera mexicana [más detalles en los próximos días]. Pienso, si no hay debate de ideas, si no se fomenta la imaginación política, si nuestros dirigentes siguen siendo una mierda, si las noticias son sólo imágenes de ejecutados y arrestos, si el pinche desempleo sigue creciendo, si las condiciones sociales no mejoran, si la democracia es una quimera... a veces parece que las únicas salidas son la inacción o el cambio violento. Y ante el segundo me muestro escéptico. Nuestra historia está llena de revueltas y revoluciones que tenían como lema el mejoramiento de la libertad, la justicia, etc., pero que terminaron en regímenes igual o más autoritarios que el anterior. ¿Qué nos queda? ¿La inercia de lo cotidiano? No, ni máiz-paloma. Aunque a veces no tengamos claro ni el camino ni las posibilidades de éxito, creo que el movimiento es mejor que la parálisis. Y vaya que ya llevamos más de un decenio de pasmo. Y sí, por más romántico o exagerado que suene, propongo que hagamos algo para -por lo menos- remover pasiones dentro de nosotros mismos, motivar la discusión, alejar el tedio, buscar la creatividad en todas sus expresiones, y con un poco de suerte y mucho esfuerzo, escapar de esto que ya le llaman "la nueva generación perdida".


Entonces, vamos paso a paso pero con pie firme.



http://desideratum5.blogspot.com/2010/01/no-falta-creatividad-ni-inteligencia.html

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