Lamentablemente no convivimos día a día con la creatividad en nuestro mercado. No es un activo constante dentro de lo que vemos en nuestra labor diaria, pero tal vez deba ser así, al fin y al cabo creatividad es la generación de nuevos pensamientos, es originalidad, es cambiar o transformar algo. Por lo tanto, claro está dentro de esta clasificación no son muchos los elementos que se podrán resaltar, por la simple lógica de sus características. Pero igualmente mi mirada no está en la cantidad de campañas creativas que se ven, sino en como se gesta la búsqueda de esa creatividad. En la concepción básica del trabajo, la cual muchas veces no está orientada hacia este activo tan importante.
El punto principal es dónde poner el foco, es tener claro en qué lugar nace la creatividad. En estos tiempos de nuevas y diversas herramientas tecnológicas, aplicadas al mundo de la comunicación, en donde se originan y se modifican constantemente los modos de comunicarse en una sociedad, muchos creen que allí está la clave para realizar una campaña innovadora o creativa. Por el contrario, yo sigo creyendo que el valor en nuestro mercado está en las personas, en las buenas ideas, en las distintas visiones de un mismo tema y en la modificación de las concepciones adquiridas sobre situaciones de la vida cotidiana.
Las innovaciones tecnológicas y las campañas creativas de comunicación no son sinónimos para nada, y tampoco tienen una relación directa. Es creatividad en dos ámbitos diferentes, el tecnológico y el comunicacional. No se puede trasladar esta característica de un universo hacía el otro, algo que muchos creen hacer. No me cansaré de afirmar que no somos creativos por utilizar twitter, el creativo fue Jack Dorsey al crearlo. Por esto es que las ideas no se morirán jamás, sí claro, por suerte será así. Aquel que encuentre en su mente una interesante manera de romper los lineamientos, de cambiarle el foco a las cosas de todos los días, alcanzará esa distinción tan efímera como importante, que todos aquellos que trabajamos con ideas, buscamos decididamente.
Desde otra óptica la lejanía en el alcance de éste gran diferenciador de profesionales, que también podemos llamar pensamiento divergente, ingenio o inventiva se origina en el miedo al cambio o el miedo al error. En algunos movimientos artísticos como el teatro, se dice que no hay que tenerle miedo al ridículo, y tal vez sea algo que debamos adoptar. Entendiendo las distancias entre una ciencia y un arte, como también los valores que acarrea nuestro trabajo, inclusive desde lo económico, tal vez animarnos a salir de la normalidad nos ayude a encontrar este camino. Por su puesto poniendo en práctica la experiencia profesional y la aplicación de nuestra preparación académica a cada proceso, pero dando libertad a las ideas o a lo irracional y dándole el valor y el lugar de importancia que deben tener dentro de un proyecto de comunicación.
Una traba de esto, quizás sea, la trayectoria, el éxito o el reconocimiento profesional de alguien a quien los años y la experiencia le han dado un lugar de privilegio y tranquilidad, en el cual quiera y pueda descansar sin perder trabajo, ni prestigio. Pero esto es un traba y no un elemento que exija y comprometa a estas personas a evolucionar y superarse cada día, por la concepción que hay del trabajo, porque la creatividad, la innovación y la reformulación constante de las estructuras de comunicación no son bienes perseguidos por todos, sino que por el contrario éstos, son la tranquilidad y la comodidad.
Por eso para nosotros los jóvenes profesionales, quienes no gozamos de un prestigio y una experiencia profesional, nuestro compromiso con las ideas debe ser irremplazable, como también perpetuo, para así comenzar a cambiar esta lógica de trabajo. Debido a esto nuestra labor será, instalar esta búsqueda constante de la reformulación de las herramientas de comunicación, y ponderación de las ideas por sobre todas las cosas.
Este es el mejor camino para perfeccionar nuestra profesión cada día, sin caer en un estancamiento, como también apuntar cada vez más a convertirnos en profesionales interdisciplinarios, para así abrir diferentes opciones y caminos posibles en el mundo de la comunicación.
http://expresionpr.wordpress.com/2010/03/29/relaciones-publicas-creatividad/
El punto principal es dónde poner el foco, es tener claro en qué lugar nace la creatividad. En estos tiempos de nuevas y diversas herramientas tecnológicas, aplicadas al mundo de la comunicación, en donde se originan y se modifican constantemente los modos de comunicarse en una sociedad, muchos creen que allí está la clave para realizar una campaña innovadora o creativa. Por el contrario, yo sigo creyendo que el valor en nuestro mercado está en las personas, en las buenas ideas, en las distintas visiones de un mismo tema y en la modificación de las concepciones adquiridas sobre situaciones de la vida cotidiana.
Las innovaciones tecnológicas y las campañas creativas de comunicación no son sinónimos para nada, y tampoco tienen una relación directa. Es creatividad en dos ámbitos diferentes, el tecnológico y el comunicacional. No se puede trasladar esta característica de un universo hacía el otro, algo que muchos creen hacer. No me cansaré de afirmar que no somos creativos por utilizar twitter, el creativo fue Jack Dorsey al crearlo. Por esto es que las ideas no se morirán jamás, sí claro, por suerte será así. Aquel que encuentre en su mente una interesante manera de romper los lineamientos, de cambiarle el foco a las cosas de todos los días, alcanzará esa distinción tan efímera como importante, que todos aquellos que trabajamos con ideas, buscamos decididamente.
Desde otra óptica la lejanía en el alcance de éste gran diferenciador de profesionales, que también podemos llamar pensamiento divergente, ingenio o inventiva se origina en el miedo al cambio o el miedo al error. En algunos movimientos artísticos como el teatro, se dice que no hay que tenerle miedo al ridículo, y tal vez sea algo que debamos adoptar. Entendiendo las distancias entre una ciencia y un arte, como también los valores que acarrea nuestro trabajo, inclusive desde lo económico, tal vez animarnos a salir de la normalidad nos ayude a encontrar este camino. Por su puesto poniendo en práctica la experiencia profesional y la aplicación de nuestra preparación académica a cada proceso, pero dando libertad a las ideas o a lo irracional y dándole el valor y el lugar de importancia que deben tener dentro de un proyecto de comunicación.
Una traba de esto, quizás sea, la trayectoria, el éxito o el reconocimiento profesional de alguien a quien los años y la experiencia le han dado un lugar de privilegio y tranquilidad, en el cual quiera y pueda descansar sin perder trabajo, ni prestigio. Pero esto es un traba y no un elemento que exija y comprometa a estas personas a evolucionar y superarse cada día, por la concepción que hay del trabajo, porque la creatividad, la innovación y la reformulación constante de las estructuras de comunicación no son bienes perseguidos por todos, sino que por el contrario éstos, son la tranquilidad y la comodidad.
Por eso para nosotros los jóvenes profesionales, quienes no gozamos de un prestigio y una experiencia profesional, nuestro compromiso con las ideas debe ser irremplazable, como también perpetuo, para así comenzar a cambiar esta lógica de trabajo. Debido a esto nuestra labor será, instalar esta búsqueda constante de la reformulación de las herramientas de comunicación, y ponderación de las ideas por sobre todas las cosas.
Este es el mejor camino para perfeccionar nuestra profesión cada día, sin caer en un estancamiento, como también apuntar cada vez más a convertirnos en profesionales interdisciplinarios, para así abrir diferentes opciones y caminos posibles en el mundo de la comunicación.
http://expresionpr.wordpress.com/2010/03/29/relaciones-publicas-creatividad/
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