Élida Carolina Contreras Reyes, 11 años de ser paracaidista
Desde muy pequeña le atrajo el uniforme y la disciplina militar, pero jamás se imaginó que en el transcurso de su preparación castrense iba a convertirse en una de las pocas damas que en Nicaragua han logrado conquistar el cielo desde un paracaídas. Es la mujer con más experiencia en saltos dentro del Ejército.
Esta joven que lleva 11 años de ser paracaidista es Élida Carolina Contreras Reyes, Teniente Primero del Ejército de Nicaragua, originaria de Nagarote e hija del pequeño ganadero Juan Andrés Contreras Umaña y Ena María Reyes Escobar.
En su familia nunca habían existido militares, por lo que ella se convirtió en la primera en formar parte del aparato castrense, en la que años después un hermano de ella le siguió los pasos y ahora cursa sus primeros estudios en la Academia Militar.
Su primaria y secundaria la hizo en el Instituto Nacional de Nagarote y una vez que se bachillera la idea de llegar a ser militar ya la tenía bien madurada, por lo que procedió primero a pedirle el consentimiento a sus progenitores y después hacer las gestiones para ingresar al Centro Superior de Estudios Militares.
“Siempre me ha gustado el Ejército y la disciplina. Gracias a la convocatoria que hizo el aparato castrense a través del Centro Superior de Estudios Militares me di cuenta y de ahí comencé a recopilar información para ingresar a la Academia para hacer el curso de cadete que es de cuatro años”, dice la oficial.
Vistiendo el uniforme diario de los efectivos del Ejército con su “Crispina” en la cabeza y las distinciones como oficial entre ellas las alas que portan los paracaidistas de las Fuerzas Armadas, Elida Carolina, recuerda claramente que ingresó a la Academia en 1998.
Confesó durante la entrevista con END, que al momento de ingresar jamás pensó que sería paracaidista. Hoy domina las técnicas para hacer saltos desde un avión o un helicóptero.
Al principio los primeros cursos de preparación física los sintió duros, “pero con el tiempo uno se va adaptando a los ejercicios”, relata.
Rompió los esquemas conservadores de la familia
A pesar de que ella mentalmente estaba lista hace diez años para enfrentarse esos ejercicios, también estuvo clara que vino a romper los viejos esquemas conservadores de la mayor parte de los nicaragüenses, quienes tienen la concepción que la mujer es para estar en la casa, cocinar y lavar la ropa.
“La mujer puede ser capaz y hacer las cosas mejor que el hombre”, dice la joven que ingresó a la Academia en un grupo de siete mujeres, pero sólo tres se graduaron, el resto se retiró por diversas situaciones.
Padres conscientes
Élida Carolina antes de presentar sus documentos para ingresar a la Academia primero le pidió el consentimiento a sus padres. “Ellos me apoyaron, me dijeron que si esa era mi decisión, que siguiera adelante”, contó. Después de cuatro años de preparación militar, se gradúo de teniente, obteniendo también una licenciatura en mando táctico de tropas generales con mención en comunicación.
Mando superior no se equivocó
Al concluir sus estudios en la Academia, el mando superior la ubicó en la Fuerza Aérea desde donde la oficial llegó a convertirse en la mujer militar con mayor experiencia en paracaidismo de la institución que este año ajustará 30 años de fundada.
Es en esa especialidad “donde yo empecé a hacer los primeros ejercicios para llegar a ser paracaidista”. Esto ocurrió en el 2002. Nuevamente se encontró con etapas duras como es la preparación física, así como aprender a doblar el paracaídas que va a utilizar en su lanzamiento al vacío desde una nave aérea.
“Doblar un paracaídas no es como doblar una sabana o un cobertor de cama, sino que hay que seguir un orden especial que lo enseñan los instructores en la Fuerza Aérea”, explicó.
Su primer salto a una altura de 800 metros lo llevó a cabo el 12 de agosto del 2002 en Los Brasiles. Entonces comenzó la conquista del cielo.
Nos contó que antes de colocarse en las espaldas el paracaídas y el casco de protección, al aspirante a paracaidista le practican un examen psicológico, así como exámenes teóricos, clases prácticas y físicas.
Élida Carolina una vez que cumplió todos estos requisitos, pasó a practicar su primer salto. A estas alturas ha acumulado seis saltos en la unidad de paracaidistas de las fuerzas armadas, los que actúan en cumplimiento de misiones como es ir a lugares donde no se puede ingresar en vehículos.
El objetivo es lanzarse en paracaídas y así caer en el terreno donde uno tiene que cumplir la misión. Para llevar a cabo el salto, el avión o helicóptero debe ir a una altura mínima de 800 a mil metros.
Cuenta que después de lanzarse al vacío a los 10 segundos se abre automáticamente el paracaídas. Ella y tres mujeres oficiales más son parte de las damas paracaidistas del Ejército, además de ocho damas cadetes.
Se prepara para la vida civil
Como el Código Militar establece un período para ser activo en las filas castrenses y después pasar a la vida civil, la oficial también ha visionado su futuro por lo que actualmente estudia una licenciatura en Administración de Empresas en la Universidad de Managua (UDM) donde lleva tres años de prepararse.
Dice que una vez que concluya esa carrera civil, buscará cómo hacer un postgrado o una maestría en marketing y “si Dios me lo permite, estudiaré otra carrera universitaria”.
Al inicio, algunos de sus compañeros en la universidad no creían que ella fuera una mujer paracaidista del Ejército y otros hasta le manifestaron que tampoco tenía edad (28 años) ni aspecto de militar.
Es soltera, su corazón todavía no se lo ha entregado a nadie, ya que sus responsabilidades militares la mantienen ocupada. Sonrió cuando le hicimos esta pregunta, pero está clara que el tiempo para el amor le llegará en su momento, así como le llegó la oportunidad de convertirse en la mujer con más experiencia en paracaidismo dentro de las fuerzas armadas.
Hay tiempo para todo en la vida
También está preparada psicológicamente para llegar al día en que encontrará a esa persona que la acompañará en su vida. En esta parte de la entrevista Élida Carolina para responder parafraseó partes del Eclesiastés de la Biblia. El proverbio bíblico donde calzan algunas de sus declaraciones está en el capítulo III y dice:
“Hay tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar y tiempo de curar; tiempo de destruir y tiempo de edificar; tiempo de llorar y tiempo de reír; tiempo de lamentarse y tiempo de danzar; tiempo de esparcir las piedras y tiempo de amontonarlas; tiempo de abrazarse y tiempo de separarse; tiempo de buscar y tiempo de perder; tiempo de guardar y tiempo de tirar; tiempo de rasgar y tiempo de coser; tiempo de callar y tiempo de hablar; tiempo de amar y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra y tiempo de paz”.
Élida Carolina dice que le gustaría que su primer hijo sea militar, pero el mensaje que sus padres le dieron cuando ella les solicitó autorización para formar parte del Ejército le quedó grabado para siempre porque es del criterio que los hijos que vaya a tener en el futuro, también tendrán su derecho de elegir lo que quieran estudiar “y no les impondrían a ellos qué es lo que van a estudiar”.
Le gusta leer libros del escritor brasileño Paulo Coelho. Su libro favorito es “El Alquimista”. También le gusta la poesía, es aficionada a la música de Beatles y la música del recuerdo. Baila merengue, cumbia y baladas.
Su ubicación
Élida Carolina quien será ascendida en septiembre próximo –en las actividades del Aniversario de las Fuerzas Armadas- al grado de Capitán, está asignada al Centro Superior de Estudios Militares donde es primer profesor de comunicaciones. Imparte clase a los futuros oficiales que egresen de la Academia Militar.
Comunicaciones abarca el uso y empleo de los medios de radio y el área de los sistemas de telefonía y computación. Ya lleva impartiendo clases en tres cursos de generaciones diferentes de cadetes.
Especialista en tiro al blanco
La oficial también cuenta en su hoja de servicio con la especialidad en el tiro con pistola. Ha participado en los campeonatos que se han realizado a nivel de la institución militar donde ha obtenido el segundo y tercer lugar.
A nivel de las Fuerzas Armadas Centroamericanas (CFAC), ha participado en la región en torneos de tiro donde también ha obtenido el primero y segundo lugar y en representación de la Federación Nacional de Tiro de Nicaragua ha participado en los juegos centroamericanos y del Caribe, donde ha obtenido el segundo y tercer lugar.
Y para despedirse de los lectores de END, la oficial le envió un mensaje a las mujeres más jóvenes que si tienen interés en formar parte del Ejército que lleguen a la Academia Militar cuando se hagan las convocatorias porque “uno aunque sea mujer y quiere siempre puede”.
Aclaró que una mujer perfectamente puede llegar a ser militar sin olvidar su tiempo de recreación o incluso las fiestas y “creo que para eso todos nos tomamos un tiempo, hay tiempo para divertirse, para compartir y es como en cualquier otro trabajo”.
La enseñanza militar
El Centro Superior de Estudios Militares General de División José Dolores Estrada Vado del Ejército de Nicaragua se fundó el 30 de mayo de 1993 en honor a las madres nicaragüenses.
El Centro tiene el reconocimiento del Consejo Nacional de Universidades (CNU) y los alumnos egresados pasan a formar parte del cuerpo de oficiales del Ejército de Nicaragua otorgándoseles el título de Licenciado en Ciencias Militares.
Las especializaciones en que salen los graduados son Ingeniería militar, Blindados, Mando Tacto Aéreo, Mando Táctico Naval, Logística, Comunicaciones, Artillería Antiaérea, Artillería Terrestre y Medicina.
Desde muy pequeña le atrajo el uniforme y la disciplina militar, pero jamás se imaginó que en el transcurso de su preparación castrense iba a convertirse en una de las pocas damas que en Nicaragua han logrado conquistar el cielo desde un paracaídas. Es la mujer con más experiencia en saltos dentro del Ejército.
Esta joven que lleva 11 años de ser paracaidista es Élida Carolina Contreras Reyes, Teniente Primero del Ejército de Nicaragua, originaria de Nagarote e hija del pequeño ganadero Juan Andrés Contreras Umaña y Ena María Reyes Escobar.
En su familia nunca habían existido militares, por lo que ella se convirtió en la primera en formar parte del aparato castrense, en la que años después un hermano de ella le siguió los pasos y ahora cursa sus primeros estudios en la Academia Militar.
Su primaria y secundaria la hizo en el Instituto Nacional de Nagarote y una vez que se bachillera la idea de llegar a ser militar ya la tenía bien madurada, por lo que procedió primero a pedirle el consentimiento a sus progenitores y después hacer las gestiones para ingresar al Centro Superior de Estudios Militares.
“Siempre me ha gustado el Ejército y la disciplina. Gracias a la convocatoria que hizo el aparato castrense a través del Centro Superior de Estudios Militares me di cuenta y de ahí comencé a recopilar información para ingresar a la Academia para hacer el curso de cadete que es de cuatro años”, dice la oficial.
Vistiendo el uniforme diario de los efectivos del Ejército con su “Crispina” en la cabeza y las distinciones como oficial entre ellas las alas que portan los paracaidistas de las Fuerzas Armadas, Elida Carolina, recuerda claramente que ingresó a la Academia en 1998.
Confesó durante la entrevista con END, que al momento de ingresar jamás pensó que sería paracaidista. Hoy domina las técnicas para hacer saltos desde un avión o un helicóptero.
Al principio los primeros cursos de preparación física los sintió duros, “pero con el tiempo uno se va adaptando a los ejercicios”, relata.
Rompió los esquemas conservadores de la familia
A pesar de que ella mentalmente estaba lista hace diez años para enfrentarse esos ejercicios, también estuvo clara que vino a romper los viejos esquemas conservadores de la mayor parte de los nicaragüenses, quienes tienen la concepción que la mujer es para estar en la casa, cocinar y lavar la ropa.
“La mujer puede ser capaz y hacer las cosas mejor que el hombre”, dice la joven que ingresó a la Academia en un grupo de siete mujeres, pero sólo tres se graduaron, el resto se retiró por diversas situaciones.
Padres conscientes
Élida Carolina antes de presentar sus documentos para ingresar a la Academia primero le pidió el consentimiento a sus padres. “Ellos me apoyaron, me dijeron que si esa era mi decisión, que siguiera adelante”, contó. Después de cuatro años de preparación militar, se gradúo de teniente, obteniendo también una licenciatura en mando táctico de tropas generales con mención en comunicación.
Mando superior no se equivocó
Al concluir sus estudios en la Academia, el mando superior la ubicó en la Fuerza Aérea desde donde la oficial llegó a convertirse en la mujer militar con mayor experiencia en paracaidismo de la institución que este año ajustará 30 años de fundada.
Es en esa especialidad “donde yo empecé a hacer los primeros ejercicios para llegar a ser paracaidista”. Esto ocurrió en el 2002. Nuevamente se encontró con etapas duras como es la preparación física, así como aprender a doblar el paracaídas que va a utilizar en su lanzamiento al vacío desde una nave aérea.
“Doblar un paracaídas no es como doblar una sabana o un cobertor de cama, sino que hay que seguir un orden especial que lo enseñan los instructores en la Fuerza Aérea”, explicó.
Su primer salto a una altura de 800 metros lo llevó a cabo el 12 de agosto del 2002 en Los Brasiles. Entonces comenzó la conquista del cielo.
Nos contó que antes de colocarse en las espaldas el paracaídas y el casco de protección, al aspirante a paracaidista le practican un examen psicológico, así como exámenes teóricos, clases prácticas y físicas.
Élida Carolina una vez que cumplió todos estos requisitos, pasó a practicar su primer salto. A estas alturas ha acumulado seis saltos en la unidad de paracaidistas de las fuerzas armadas, los que actúan en cumplimiento de misiones como es ir a lugares donde no se puede ingresar en vehículos.
El objetivo es lanzarse en paracaídas y así caer en el terreno donde uno tiene que cumplir la misión. Para llevar a cabo el salto, el avión o helicóptero debe ir a una altura mínima de 800 a mil metros.
Cuenta que después de lanzarse al vacío a los 10 segundos se abre automáticamente el paracaídas. Ella y tres mujeres oficiales más son parte de las damas paracaidistas del Ejército, además de ocho damas cadetes.
Se prepara para la vida civil
Como el Código Militar establece un período para ser activo en las filas castrenses y después pasar a la vida civil, la oficial también ha visionado su futuro por lo que actualmente estudia una licenciatura en Administración de Empresas en la Universidad de Managua (UDM) donde lleva tres años de prepararse.
Dice que una vez que concluya esa carrera civil, buscará cómo hacer un postgrado o una maestría en marketing y “si Dios me lo permite, estudiaré otra carrera universitaria”.
Al inicio, algunos de sus compañeros en la universidad no creían que ella fuera una mujer paracaidista del Ejército y otros hasta le manifestaron que tampoco tenía edad (28 años) ni aspecto de militar.
Es soltera, su corazón todavía no se lo ha entregado a nadie, ya que sus responsabilidades militares la mantienen ocupada. Sonrió cuando le hicimos esta pregunta, pero está clara que el tiempo para el amor le llegará en su momento, así como le llegó la oportunidad de convertirse en la mujer con más experiencia en paracaidismo dentro de las fuerzas armadas.
Hay tiempo para todo en la vida
También está preparada psicológicamente para llegar al día en que encontrará a esa persona que la acompañará en su vida. En esta parte de la entrevista Élida Carolina para responder parafraseó partes del Eclesiastés de la Biblia. El proverbio bíblico donde calzan algunas de sus declaraciones está en el capítulo III y dice:
“Hay tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar y tiempo de curar; tiempo de destruir y tiempo de edificar; tiempo de llorar y tiempo de reír; tiempo de lamentarse y tiempo de danzar; tiempo de esparcir las piedras y tiempo de amontonarlas; tiempo de abrazarse y tiempo de separarse; tiempo de buscar y tiempo de perder; tiempo de guardar y tiempo de tirar; tiempo de rasgar y tiempo de coser; tiempo de callar y tiempo de hablar; tiempo de amar y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra y tiempo de paz”.
Élida Carolina dice que le gustaría que su primer hijo sea militar, pero el mensaje que sus padres le dieron cuando ella les solicitó autorización para formar parte del Ejército le quedó grabado para siempre porque es del criterio que los hijos que vaya a tener en el futuro, también tendrán su derecho de elegir lo que quieran estudiar “y no les impondrían a ellos qué es lo que van a estudiar”.
Le gusta leer libros del escritor brasileño Paulo Coelho. Su libro favorito es “El Alquimista”. También le gusta la poesía, es aficionada a la música de Beatles y la música del recuerdo. Baila merengue, cumbia y baladas.
Su ubicación
Élida Carolina quien será ascendida en septiembre próximo –en las actividades del Aniversario de las Fuerzas Armadas- al grado de Capitán, está asignada al Centro Superior de Estudios Militares donde es primer profesor de comunicaciones. Imparte clase a los futuros oficiales que egresen de la Academia Militar.
Comunicaciones abarca el uso y empleo de los medios de radio y el área de los sistemas de telefonía y computación. Ya lleva impartiendo clases en tres cursos de generaciones diferentes de cadetes.
Especialista en tiro al blanco
La oficial también cuenta en su hoja de servicio con la especialidad en el tiro con pistola. Ha participado en los campeonatos que se han realizado a nivel de la institución militar donde ha obtenido el segundo y tercer lugar.
A nivel de las Fuerzas Armadas Centroamericanas (CFAC), ha participado en la región en torneos de tiro donde también ha obtenido el primero y segundo lugar y en representación de la Federación Nacional de Tiro de Nicaragua ha participado en los juegos centroamericanos y del Caribe, donde ha obtenido el segundo y tercer lugar.
Y para despedirse de los lectores de END, la oficial le envió un mensaje a las mujeres más jóvenes que si tienen interés en formar parte del Ejército que lleguen a la Academia Militar cuando se hagan las convocatorias porque “uno aunque sea mujer y quiere siempre puede”.
Aclaró que una mujer perfectamente puede llegar a ser militar sin olvidar su tiempo de recreación o incluso las fiestas y “creo que para eso todos nos tomamos un tiempo, hay tiempo para divertirse, para compartir y es como en cualquier otro trabajo”.
La enseñanza militar
El Centro Superior de Estudios Militares General de División José Dolores Estrada Vado del Ejército de Nicaragua se fundó el 30 de mayo de 1993 en honor a las madres nicaragüenses.
El Centro tiene el reconocimiento del Consejo Nacional de Universidades (CNU) y los alumnos egresados pasan a formar parte del cuerpo de oficiales del Ejército de Nicaragua otorgándoseles el título de Licenciado en Ciencias Militares.
Las especializaciones en que salen los graduados son Ingeniería militar, Blindados, Mando Tacto Aéreo, Mando Táctico Naval, Logística, Comunicaciones, Artillería Antiaérea, Artillería Terrestre y Medicina.
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